Fentanilo y la crisis de los opiáceos
En los últimos tiempos estamos viendo cada vez más noticias sobre la, mal llamada, crisis de los opiáceos en EEUU. ¿Qué está pasado en EEUU con la heroína y el fentanilo? ¿Porque mal llamada crisis de los opiáceos? AiLaket! ha hecho un análisis al respecto.
Según Jefrey Singer, en un artículomuy interesante escrito este enero del 2018, se está vendiendo la crisis del fentanilo y la heroína en EEUU como la crisis de los opiáceos. En este artículo el autor nos detalla como realmente la crisis es una consecuencia más de la guerra contra las drogas. Una guerra contra las drogas que en vez de arreglar, se ha convertido en un mayor problema del que en principio nos quiere “librar”.
Según los datos que aparecen en este artículo el número de sobredosis en EEUU en 2016 se estima en 64.000, y de ellos más del 30% estaba relacionado con el fentanilo. En el estudio donde encontramos estos datos hablan de que el número de sobredosis por fentanilo ha subido desde el 2013 en un 88%, y es ya la sustancia que más sobredosis produce (junto con otros opiáceos sintéticos distintos a la metadona) por encima de la heroína, la cocaína o la metanfetamina. Datos elocuentes de que el fenómeno está en claro aumento en estos últimos años.
¿Pero que es el fentanilo?
El fentanilo (N-(1-(2-feniletil)-4-piperidinil)-N-fenil-propanamida) es un opioide sintético. Quizás el fentanilo nos suene por el caso de la muerte de Prince ya que se relacionó con una sobredosis de esta sustancia. Desde que en 1898 la Bayer comercializara la heroína, tras un proceso químico de acetilación de la morfina, ha sido muchos los opiáceos sintéticos producidos por el ser humano. Entre ellos está el fentanilo, sintetizado por primera vez por Paul Jassen en 1960.
El fentanilo es alrededor de 50 veces más potente que la morfina, lo cual permite que su acción sea posible a dosis muy pequeñas. Esta cualidad es muy interesante a nivel terapéutico, ya que podemos conseguir unos efectos en nuestro organismo y tener muy poca toxicidad (porque nuestro cuerpo solo tiene que metabolizar cantidades muy pequeñas). Otra ventaja es que para su producción se necesita menor cantidad de productos y por lo tanto su síntesis es menos costosa. A partir del fentanilo se han sintetizado otros opiáceos sintéticos aun más potentes, como el carfentanilo, ocfentanilo y otros, que también han sido encontrados en algunas ocasiones en el mercado negro estadounidense. Podemos ver la imagen inferior que resulta muy gráfica para ver el potencial que tienen estas moléculas.
Es la imagen de la dosis que resultaría letal tanto de la heroína, el fentanilo y el carfentanilo. La actividad analgésica, para que veamos un dato práctico, del fentanilo se estima en 0,018mg/kg, así que para una persona de 70 kilos poca más de un milgrano ya es suficiente (otros opiáceos sintéticos tienen escalas de acción analgésica consumiendo tan solo microgramos).
El fentanilo se utiliza principalmente, como el resto de opiáceos, por sus efectos analgésicos, para aliviar el dolor intenso agudo y crónico). Es un depresor del sistema nervioso central. La vía de administración puede ser intravenosa, pero sobre todo se utilizan en parches (vía transdérmina) o en comprimidos.
Los efectos a corto plazo que describen las personas usuarias en este tipo de sustancias son bienestar y tranquilidad. El fentanilo puede generar dependencia, tanto física como psicológica, siendo este uno de los mayores inconvenientes de su uso continuado. Los efectos secundarios más frecuentes son: somnolencia, dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, estreñimiento, sudoración, fiebre y picor espontáneo. (Se presentan en 1 de cada 10 pacientes).
¿Que está pasando en EEUU?
Retomando el artículo de Jefrey Singer tenemos que entender la crisis del fentanilo y la heroína en dos ámbitos.
Por un lado saber que en lo últimos años la prescripción de fentanilo como analgésico se había multiplicado en EEUU, pero no ha sido este aumento de la prescripción lo que ha traído consigo el aumento de sobredosis sino todo lo contrario. Esto es, tras unos años de extensión en la prescripción, y debido a la mala prensa que se empezó a hacer por su uso (incluso se habla de “opiaciofobia” ya en algunos ámbitos), el personal médico dejó de prescribir fentanilo. A partir de ahí muchas personas han recurrido al mercado negro para seguir consumiendo fentanilo o en su defecto heroína. Así que el problema no ha sido tanto que se utilizará fentanilo a nivel terapéutico sino que se dejará de utilizar, en muchos casos de manera repentina, y que las personas que lo estaban consumiendo acudieran al mercado negro para paliar los efectos de la adicción.
Por otro lado vemos entonces que no es una crisis de opiáceos, sino de dos opiáceos en concreto, la heroína y el fentanilo. En el mercado negro estadounidense se está adulterando la heroína con fentanilo, y si sabemos ya que esa sustancia es de una mayor potencial podemos entender que los riesgos de sobredosis (en un mercado en el que no sabemos qué es lo que estamos consumiendo) aumentan.
Por último tenemos que entender que el contexto estadounidense en cuanto al tratamiento de las adicciones no es como el nuestro. No hay sanidad pública, no hay recursos específicos como podemos tener en nuestro entorno para el tratamiento de estos fenómenos, no cuentan con servicios de análisis de drogas como el de Ai Laket!!, no tienen Salas de Consumo Supervisado como la que tenemos en Bilbo ni tampoco los tratamientos de sustitución en caso de adicción a la heroína, o medidas contra las sobredosis como la naloxona no son accesibles.
¿Y qué está pasando en nuestro entorno?
Según el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías la situación es diferente que en EEUU según su último informe “parecen ir en aumento los problemas de los opioide sintéticos muy potentes”, además hablan también de un aumento en los últimos tres años de las muertes por sobredosis de heroína.
A través del sistema Europeo de Alerta Temprana Sabemos de algunas muertes asociadas a opiáceos sintéticos como el carfentanilo en Bélgica en 2015 o de 9 en Suecia por furantenilo, además de varias detecciones de estas sustancias durante el 2017.
La más cercana a nuestro entorno ha sido dos detecciones en Barcelona y una en Madrid través de los servicios de análisis de Energy Control donde ese detectó furantenilo en 2016. En uno de los casos éste había sido adquirió como tal en la web profunda, pero en otros dos pensaban que era carfentanilo.
Desde Ai Laket!! no hemos detectado fentanilo, si bien es verdad que analizamos muy pocas muestras de heroína, ni tampoco tenemos noticias de ninguna detección por parte de otras entidades que tienen en marcha el análisis de sustancias como la Sala de Consumo Supervisado de Bilbo (donde sí que tienen mayor presencia de este tipo de muestras).
De todas formas es importante conocer cómo cambian los mercados y las tendencias de consumo de las personas usuarias, estar alerta parece por lo tanto una buena medida, así como potenciar los recursos de los que nos hemos dotado durante estos años y que, como hemos visto a la contra en EEUU, tienen una importancia vital en este ámbito.
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