En febrero de 2014 las ambulancias de Araba comenzaron una huelga para denunciar que “subrogación tras subrogación van mermándose las condiciones laborales de la plantilla a un ritmo frenético”.  Cumplen ya 1.300 días de huelga, huelga que poco incide en el día a día debido al 100% de servicios mínimos que les imponen desde el Gobierno Vasco.

23 de junio de 2017. Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco, con el Consejero Jon Darpón a la cabeza, decide adjudicar el último concurso a la UTE conformada por Larrialdiak (SSG ) – Maíz . Desde entonces, denuncian las trabajadoras de las ambulancias, que todo han sido problemas para la plantilla que presta el servicio en la Red de Transporte Sanitario Urgente en Álava.

Denuncian las trabajadoras que “subrogación tras subrogación van mermándose las condiciones laborales de la plantilla a un ritmo frenético y a pesar de ser conocedor de todo ello el Ejecutivo de Urkullu, no toma cartas en el asunto para solventar y acabar con este abuso”. Las cifras son claras: 1.300 días en huelga desde febrero del 2014. Probablemente, el hecho de que esta huelga no haya tenido el eco de otras se debe a los servicios mínimos establecidos desde el Gobierno Vasco: 100% de servicios mínimos.

Denuncian la falta de suministro material necesario para la atención sanitaria (medicación, sueros, material fungible), tanto en ambulancias como en almacenes para poder ser repuestos

Pero los máximos responsables eluden cualquier tipo de responsabilidad considerando que no son de su competencia. Incumplimiento de la Normativa de Ley de Prevención de Riesgos Laborales, la uniformidad con restos biológicos debe ser lavada por cada trabajadora en su domicilio, bases sin ventilación, algún caso de plaga de cucarachas, ausencia de taquillas necesarias, ausencia de zona de lavado y desinfección de material  contaminado siendo compartida con la limpieza de menaje propio, vestuarios y duchas de aseo personal inexistentes, aislamiento defectuoso para mantener temperaturas óptimas en las distintas estaciones… Son sólo unos ejemplos a los que se suma la falta de suministro material necesario para la atención sanitaria (medicación, sueros, material fungible), tanto en ambulancias como en almacenes para poder ser repuestos. Una situación grave en la que las trabajadoras consideran que las mayores afectadas son las mismas pacientes.

Además del incumplimiento de los pliegos de condiciones de concurso también se dan inaplicaciones de los Convenios Colectivos en vigor: dentro de una misma empresa mantienen 5 convenios diferentes para mayor beneficio. A pesar de estar reconocidos y habiendo sentencia del Tribunal de Justicia avalando el derecho a dichos convenios, las trabajadoras han tenido que judicializar el asunto.

También hay trabajadoras, que a día de hoy, se encuentran con una congelación salarial desde el año 2011 sin poder desbloquear esa congelación y actualizar las condiciones estipuladas en su convenio. El objetivo, claro está, es ahorrar a costa de lo que sea.

“Sobreexplotada, con salarios tardíos y erróneos, sin abastecimiento de material, con sus derechos laborales pisoteados y sin medidas de prevención de riesgos laborales”. Así definen las trabajadoras la plantilla a día de hoy su situación. En este sentido, piden comprensión a la ciudadanía pero miran también al departamento de sanidad del Gobierno Vasco pidiéndole movimientos. Recuerdan, además, que hay quien se están enriqueciendo con esta situación: son las grandes empresas que gestionan los servicios de usuarias y trabajadoras de RTSU de Álava.

La solución que plantean las trabajadoras pasa por un marco común para todas las trabajadoras de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. La situación sólo se da en Araba

Las trabajadoras plantean una solución “sencilla”: un marco común a todas las trabajadoras de la provincia y de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, en general. Esta situación, cabe recordar que sólo se da en territorio alavés y que la lucha cuenta con el respaldo de los sindicatos UGT, CCOO, LAB, ELA y USO.