Aclaraciones y pasos que se dieron para construir la cruz de Kutzemendi – Josemari Lopez de Arbina –
- Entre los años 1936 y 1978 la jerarquía católica apoyó la dictadura franquista impuesta por las armas tras el golpe de Estado del 18 de Julio de 1936 contra la Segunda República.
- Esta cruz fue erigida para conmemorar la Santa Misión que tuvo lugar en Vitoria-Gasteiz entre el 14 y el 28 de noviembre de 1951.
- La iglesia, además de los militares y autoridades civiles, tuvo el papel mas importante en la Santa Misión.
- Al apoyar la dictadura, se convirtió en una iglesia franquista.
¿Qué fue la Santa Misión?
La iglesia católica, fiel aliada a la dictadura de Franco durante la guerra civil y la posguerra, desplegó toda serie de estrategias en todo el estado para recristianizar a las clases populares, como una medida para construir la nueva sociedad y el nuevo estado franquista.
Al estar la cruz ligada a la Santa Misión, cuyo objetivo era construir el nuevo estado franquista, no puede catalogarse como un símbolo religioso sino simplemente franquista.
Así lo reconocía el actual alcalde de Vitoria-Gasteiz, dentro del Plan de Memoria Histórica que el mismo presentó al grupo creado en el Ayuntamiento en octubre de 2017, al incluir la cruz de Olarizu como uno de los tres símbolos franquistas que permanecían en la ciudad.
Los llamados “promotores” ni siquiera aparecieron el día de la inauguración de la cruz al no estar de acuerdo con la simbología de la misma.
No se inauguró ni se bendijo, pero ahí quedo la cruz como los fascistas querían, con la placa conmemorativa colocada por ellos.
¿Quiénes fueron los verdaderos promotores de la cruz?
Responsables de la organización de la Santa Misión contactan con tres conocidos vitorianos aficionados a la montaña: Emilio Apraiz, Luis Saez de Olazagoitia y Gerardo López de Guereñu, a los que proponen figurar como promotores en la edificación de la cruz para conmemorar la Santa Misión.
Ninguno de los tres eran franquistas pero si católicos y, a pesar de que la iglesia en aquellos años apoyaba la dictadura, aceptaron la propuesta. El miedo a negarse seguramente tuvo bastante que ver.
Entre los máximos responsables en la organización de la Santa Misión figuran entre otros: Luis Martín Ballestero, jefe Provincial del Movimiento y Gobernador Civil de Alava (falangista) y Bruno Ruiz de Apodaka, jefe de la Policía Municipal de Vitoria (requeté).
El segundo día del comienzo de la edificación de la cruz, Ballestero comunica a Emilio Apraiz el verdadero sentido de la cruz y le impone “que en esta monumental cruz y en su basamento de piedra deberán gravarse los nombres de los sacerdotes alaveses, mártires de nuestra Cruzada, que dieron su vida por Dios y por España”.
Se origina una gran discusión entre ambos y a trancas y barrancas se construyó la cruz pero sin la participación de los tres montañeros, excepto la del arquitecto Emilio Apraiz que fue obligado a supervisarla.
Quien realizó la obra del levantamiento de la cruz, desde el principio hasta el final fue el constructor vitoriano Juan Cortazar de Construcciones “Otxandi”.
A los fascistas les habría gustado poner la “guinda” inaugurando y bendiciendo la cruz con la presencia de los tres montañeros, pero al conocer estos el sentido franquista y sentirse engañados, hacía días que habían desaparecido de la escena.
Por tanto, ellos no fueron los verdaderos promotores de la cruz.
Los auténticos promotores fueron Luis Martín Ballestero y Bruno Ruiz de Apodaka.
De ambos, el que más figura repetidamente como promotor de la cruz es Bruno Ruiz de Apodaka.
No hay más que meterse en Internet para conocer la actividad de este asesino, tanto en la guerra civil como en la posguerra.
Terminada la guerra civil, iba por los pueblos de la provincia con una camioneta y una brigada de requetés, sacando de sus casas a republicanas y republicanos para hacerles cavar su propia fosa y fusilarlos.
Muchos de ellos continúan sin aparecer.
El mismo se jactaba de haber dado muerte a 108 personas.
Bruno Ruiz de Apodaka, acompañado por su brigada, hizo la “saca” de la cárcel de la calle La Paz a 16 vitorianos para fusilarlos en el puerto de Azazeta.
Entre ellos estaba el entonces alcalde de Vitoria Teodoro González de Zarate.
Ahora otro alcalde, también de Vitoria, dice a las vitorianas y vitorianos que la cruz debe ser aceptada como símbolo de Vitoria-Gasteiz.
En mi opinión,tanto el alcalde Urtaran, como aquellas y aquellos que defienden la permanencia de la cruz, se posicionan al lado de los franquistas que la construyeron.
Josemari Lopez de Arbina
Ex concejal del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz y vecino de Mendiola
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