Ternura radical
Llevo ya un tiempo dándole vueltas al tema de los cuidados: esa palabra tan de moda últimamente que ha pasado a estar en el centro de muchos de nuestros discursos, y que, cada vez más, intentamos dar, y también recibir. Me he puesto a pensar en la ternura como forma de hacerlo, una diferente a lo ya conocido, a lo individual, a lo capital. Pienso en lo difícil que es evidenciar todas estas maneras nuevas de hacer, y en lo más difícil aún que es practicarlas, tanto con otres como con nosotres mismes, dentro de los sistemas que habitamos y que nos rodean por completo.
A veces la siento a mi alrededor y me inunda; a veces no he sabido darla, o se me ha olvidado que yo también la merezco; y otras veces, simplemente, me parece que nos quedamos en el discurso y que la práctica se pierde en un segundo plano.
“Los cuidados no se teorizan, se practican”, dice un parche hecho por @La Bixxa que llevo en mi pantalón: un recordatorio de que las palabras no sirven de mucho si seguimos olvidando que para generar cambios de verdad tenemos que cambiar comportamientos de los de verdad, de los que salen de las entrañas, de los que tenemos seguros hasta lo más profundo porque nos han acompañado, y nos han salvado, frente a mucha de la mierda que nos vamos encontrando por la vida.
Creo que lo difícil está ahí: en replantearnos no sólo algunas dinámicas y maneras de entender todo lo demás, sino en reflexionar hasta lo más hondo, en hacer una autocrítica sincera y darnos cuenta de que, quizá, el sistema se nos ha metido tan dentro que no es tan fácil ser tan tiernamente radicales al cuidar como pensamos.
O quizá sí, pero sólo con nuestro círculo cercano, con nuestra pequeña o gran familia elegida, y dejamos al margen a todes les demás, a muches que, quizá, no han tenido la suerte de poder construir una. Las amigas y los vínculos, ese gran privilegio que solemos olvidar.
Hay momentos también en los que nos acordamos de todo el mundo menos de nosotres, y a veces empezar a hacerlo es lo más tiernamente radical que nos vamos a encontrar.
¿Tiene sentido hablar de vincular desde los cuidados y la ternura, de okuparla, si está limitada a un grupo muy concreto de gente? ¿Y si nos olvidamos de que nosotres la merecemos también? ¿O nos estamos perdiendo en todo ello y estamos siendo irresponsables emocionalmente con quienes nos rodean? ¿Es la ternura hablar suavito y con apelativos o es algo más? ¿Cómo se da la ternura? ¿Hay una manera correcta de hacerlo o existen infinitas formas?
Tampoco creo que haya que ser blandite como una nube con quienes no nos tratan bien o con quien nos ha demostrado que no nos va a dar lo mismo de vuelta: creo que todes la cagamos, creo que todes nos enfadamos, hablamos mal, descuidamos y hacemos daño; lo que quiero decir es que me parece tremendamente capitalista, y academicista también, utilizarlo como fachada, perdernos en discursos cuyas prácticas van dirigidas a aquelles a quienes hemos decidido colocar en un escalón concreto, y no quedan más que migajas para todes les demás, o incluso para nosotres mismes.
No creo en la ternura si ésta no sirve para decirle a un amigo que está siendo un poco gilipollas, si de hecho lo está siendo, y en lugar de eso, como no es lo suficientemente tierno, preferimos expulsar a esa persona de nuestro lado sin oportunidad de reparación o decirle claramente “esto no está bien”. No creo que la ternura sea ponernos en el centro y no ser capaces de decir siquiera un “lo siento, no puedo”. No creo que el cambio vaya a venir si nuestros esquemas mentales no son enfrentados con la más absoluta sinceridad, si quiero que me cuiden pero mi autocuidado se sitúa por encima del respeto y de la mínima atención a quien tenemos al lado, ni siento que el cambio vaya a venir tampoco si no aceptamos que las personas, a veces, somos desagradables, y que no todo van a ser palabras de amor verdadero.
La ternura es otra cosa, o al menos lo es para mí: es preguntar cómo estás, es saber decir que no. Es un abrazo y es responder un mensaje. Es estar ahí incluso cuando las cosas no van bien. Creo que incluye todo lo que nos conforma como seres humanos, tanto lo bueno como lo no tan gustoso, y eso no se puede teorizar ni practicar sin abrazar nuestra capacidad de ver cuando lo estamos haciendo bien, ni tampoco sin enfrentarnos al espejo para comprobar que, a veces, somos nosotres quienes la estamos dejando de lado.
Diario de 1 insumise
Hala Bedi babestu nahi duzu?
Hala Bedin proiektu komunikatibo libre, komunitario eta eraldatzailea eraikitzen ari gara. Egunero, ehundaka gara proiektuan parte hartzen dugun pertsonak, eragiten digun errealitatea behatuz eta hura eraldatzen saiatuz, herri mugimenduekin batera.
Gure edukiak libreak dira, inork ez digulako agintzen zer argitaratu dezakegun eta zer ez. Eta eduki hauek dohainik eta modu libre batean zabaltzen ditugu, hedapena, elkarbanatzea eta eraldaketa helburu.
Halabelarririk gabe, Hala Bedi ekonomikoki sostengatzen duten bazkiderik gabe, hau ez litzateke posible izango. Egin zaitez halabelarri eta babestu Hala Bedi!