¿El mundo se va al carajo?
Queríamos que el verano durase para siempre, echar el resto y disfrutar, sobre todo disfrutar. Después de dos años de pandemia, acechando duramente las consecuencias de las diferentes crisis… es verdad, nadie quería que llegase septiembre; la vuelta a casa, al trabajo, a las penurias, a la realidad. Pero mirando el lado positivo de las cosas… que nos quiten lo bailao diría yo.
Que nos quiten lo bailao porque el mundo se va al carajo, es verdad. Hace años que el capitalismo salvaje viene acelerando diferentes elementos de una crisis civilizatoria; la emergencia climática, la crisis energética, de cuidados, el agotamiento de los residuos fósiles, las crisis migratorias… elementos y mas elementos que demuestran, fehacientemente que el capitalismo está agotando una fase, una fase que pone en riesgo el mismo planeta y la supervivencia en él.
Consecuencia de ello son el empobrecimiento de una gran parte de las sociedades, la pérdida de poder adquisitivo, la privatización y descomposición de servicios sociales públicos, el empeoramiento de la calidad de vida, especialmente para mujeres y personas migradas. El mundo se va al carajo, pero todas estas consecuencias las sufrimos las de siempre, en eso poca sorpresa.
Consecuencia de ello es también el auge del autoritarismo, del populismo y los movimientos de extrema derecha. Porque a rio revuelto ganancia de pescadores. No es casualidad el poder que esta obteniendo la extrema derecha en diferentes estados de Europa, siendo Italia el ultimo caso que conocemos. Como tampoco es casualidad el relato que se esta intentando imponer desde esos sectores (como decía fuertemente apoyados en la urnas); discurso xenofobo, machista, misógino, ultra nacionalista, autoritario y ultra liberal.
Un auge de la derecha y la extrema derecha que no nos queda tan lejos. Después de los resultados electorales de Marine Le Pen en Francia, esta por ver que puede ocurrir en las próximas citas electorales, especialmente en las del estado español. Y con esto poca broma. Porque en Euskal Herria sabemos de represión, de fascismo, de regresión de derechos sociales, de ataques a nuestro idioma y nuestra cultura.
El mundo se va al carajo, es verdad. Pero la única lucha que se pierde es la que no se da. Y ese creo que es el mejor antídoto contra esa lacra llamada capitalismo. Porque es verdad que es importante hacer una lectura seria y rigurosa de la realidad, poner negro sobre blanco, hablar de lo que viene o puede venir. Pero igual de importante que eso es creer que el futuro no es algo escrito, un destino al que estamos abocadas sin remedio, una fatalidad. Debemos convencernos, una vez mas, que el futuro depende de nosotras, de todos y todas. Depende de las luchas que estemos dispuestas a batallar, de los debates que queramos ganar, de los derechos que estemos dispuestas a defender y del país que queramos seguir construyendo.
Porque hay alternativa, siempre hay alternativa. Y desde mi punto de vista esa alternativa pivota en diferentes ejes: primero, en Euskal Herria son mayoritarios los valores progresistas y comunitarios. Segundo, tenemos un movimiento popular activo, reivindicativo y que sale cada día a la calle en defensa de derechos sociales y políticos y tercero, existen en nuestro pequeño territorio alternativas reales de izquierda, con propuestas a corto y largo plazo que apuntan transiciones hacia otro modelo.
Porque la batalla que nos viene es esa, la del modelo. Modelo energético, de cuidados, de servicios públicos, de consumo, reparto de la riqueza y una largo etcétera. Lo que esta en juego es la apisonadora del modelo capitalista, sustentado por grandes elites económicas y políticas o la transición hacia otro modelo de país, centrado en situar las vidas en el centro. Y en un mundo globalizado hay cosas que no están en nuestras manos, muchas por desgracia, pero hay muchas otras que si.
En Euskal Herria tenemos conciencia política, tenemos experiencia comunitaria y asociativa, tenemos capacidad de activación y movilización social. Y también tenemos responsabilidad, enpatia y sobre todo, una gran mayoría de vascos y vascas que sueñan con una vida mejor, mas justa, mas solidaria, mas vivible.
Los próximos meses y años deberemos afrontar este reto, deberemos dar la batalla allá donde cada una de nosotras estemos, en el movimiento feminista, ecologista, junto con los pensionistas o en las instituciones. Deberemos reconocernos y tejer redes, alianzas y confluencias. Deberemos ir de la mano, para hacer frente al fascismo, para hacer frente al capitalismo y sobre todo, para seguir construyendo cada día una Euskal Herria donde todos los derechos sociales, nacionales y políticos sean respetados. Porque mientras el mundo se va al carajo, aquí hay un pueblo digno!
Me gustaría despedirme mandando un beso enorme a la prisión de Zaballa. Por primera vez todos los presos y presas políticas alavesas están en cárceles de Euskal Herria. No se si me estáis escuchando o no, pero me emociono igual. Ongi etorriak denak Euskal Herrira!!
DENAK ETXERA ETA MUXU BANA!!
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