TRABAJO DECENTE – PRECARIEDAD LABORAL – PRECARIEDAD VITAL

Acabamos de celebrar ese DÍA MUNDIAL La tasa de paro y de precariedad en nuestro país duplica la tasa  europea, tenemos una menor productividad y una cultura de relaciones laborales basadas en la competitividad, marcada por la devaluación salarial y una rotación de trabajadores debido a la preeminencia de los contratos temporales.

Ciertamente, el paro (especialmente el de larga duración) la temporalidad y los sueldos bajos son los tres pilares sobre los que se fundamenta la precariedad vital y ahí está su gravedad. Una puerta que para muchos, una vez cruzada, se convierte en una puerta cerrada y sin retorno, y para muchos otros, en puerta de entrada y de salida permanente del mercado laboral (en una visión distinta y paradójica de las famosas puertas giratorias).

¿DÓNDE ESTÁN LOS POBRES?

Esto se preguntaba un político en la Asamblea de Madrid, ya que, decía él, no los veía por ninguna parte.

Estructuras interconectadas como las causas de la pobreza y la desigualdad: el mercado laboral precario, las dificultades para acceder a la vivienda y la falta de ingresos mínimos.

Los precios de locura y abusivos de las habitaciones de alquiler impiden el acceso a un techo digno. La situación de precariedad de muchas vidas es desesperante, siempre colgando de un hilo, cada día viviendo la incertidumbre de qué pasará mañana.  ¡Quizá la factura mental sea la última que tengan o tengamos  que pagar…! (hemos celebrado ese día también hace poco)

Paradójicamente, la Pandemia nos ha hecho descubrir que muchos de los trabajos más precarios son esenciales para el funcionamiento de la Sociedad.

Lo que se observa en la realidad es que lo que genera en la mayoría es frustración y resignación que neutraliza la transformación de podría tener si se lograse formar un colectivo organizado. Está claro que la precariedad tiene una connotación sociopolítica fundamental.

Esta dimensión sociopolítica de la precariedad podemos descubrirla a partir del hecho de que, en países similares de nuestro entorno, las cifras de precariedad son muy distintas. La causa es la diferencia en las políticas laborales que se han ido implantando y la cultura empresarial subyacente.

Unas políticas laborales marcadas por las ideas neoliberales de la desregularización, pero tanto o más por la nueva versión  castiza de la picaresca y el “pelotazo”, es decir, ganar el máximo en el menor tiempo posible y con el menor esfuerzo. Una de las causas que lo ha hecho posible ha sido la diferencia de fuerza negociadora entre trabadores y empresarios, con el visto bueno del Gobierno de turno.

TRABAJO DECENTE

Tenemos que destacar la necesidad de unas verdaderas políticas activas  de ocupación (PAO) ¿Volverán a ser humo y tan ineficaces como las elaboradas  hasta ahora?  Este es un interrogante muy serio y por eso sería necesario llevar a cabo un seguimiento muy estrecho para que no sea así.

A TODAS las personas hay que darles, sobre todo, una VIVIENDA y un TRABAJO DECENTE  con el que poder ganarse la vida y hacer así su aportación a la Sociedad. En este sentido  deberían entenderse como una inversión en las personas y no como un gasto. Exactamente igual que en la educación.

De la actuación política en el ámbito laboral y económico, en diálogo con los trabajadores y los empresarios en condiciones de igualdad, dependen millones y millones de vidas de trabajadoras y trabajadores. Que sean esas condiciones precarias o en condiciones acordes a la dignidad de todas las personas es lo que está en juego, tanto a nivel local como global. Seguramente, sin duda, es uno de los principales retos que tenemos como Sociedad.

DIGNIDAD Y TRABAJO

Recordar la historia es siempre un ejercicio necesario, pero no para recrearse en la nostalgia, sino para aprender de todo aquello que se hizo bien y, por supuesto, también de los errores, que se cometieron, al mismo tiempo que nos sirve para seguir buscando y mirando hacia el futuro. Sin dejar, nuca atrás, los hechos más dramáticos de nuestro tiempo., millones de hombres y mujeres, sobre todo jóvenes, de muchas y diferentes nacionalidades, que se han visto expulsados del mercado de trabajo y obligados a refugiarse en una marginación sin retorno. ( R.G.I. – Renta Mínima y Salario Ciudadano)

Tal y como tenemos organizada la Sociedad capitalista, para la mayoría de las personas el trabajo es el camino normal y generalizado de acceder a unos ingresos con los que atender a las necesidades individuales.

¿A qué tipo de trabajo nos estamos refiriendo o estamos hablando?

Trabajos basura, contratos basura, horarios basura,… puede ser que nuestra Sociedad tiene mucho aún que mejorar en cuanto a condiciones laborales.

“El capitalismo no es lo que dicen los libros de economía sobre el mercado libre”, sino esa lucha por prevalecer en el poder y en el mercado en el que están inmersas todas las empresas grandes y pequeñas. Este capitalismo afecta a todos los ámbitos de la Vida Social.

Ya desde la escuela, nos preparan o nos preparamos para un futuro profesional que probablemente abarcará buena parte de nuestra existencia hasta la vejez. El mismo ritmo del calendario pivota sobre las jornadas laborales, necesarias para que la Sociedad, y nosotros con ella, podamos avanzar.  ¿Cómo vivir este fenómeno con un mínimo de coherencia y dignidad? (Recuperar los bienes comunes, reivindicar el buen vivir ´Juan Carrera y David Murillo)

UN COMPROMISO RENOVADO.

El drama del desempleo (especialmente el juvenil) el impacto de la globalización en la deslocalización del empleo industrial, la precarización del trabajo, muchas normativas y la reforma de la vida laboral, la brecha de género y la intensidad tecnológica de nuestro tiempo.

En definitiva muchos cambios de la vida económica y social, muchos cambios en el mundo del trabajo, muchas reformas de las leyes y la normativa laboral…

Necesitamos de un profundo análisis y reflexión sobre cómo abordar las nuevas realidades y cómo buscar alternativas y plantear propuestas dirigidas a mejorar la situación de una parte, nada menospreciable, de la población que corre, está en peligro y en riesgo de quedar excluida, si no somos capaces de encontrar y adoptar las medidas políticas, económicas y sociales necesarias – obligadas – para evitarlo.

Amigas y compañeros: La política o la hacemos nosotras  y nosotros o nos la hacen.

“Está bien que los mayores entiendan, entendamos  el mundo de los jóvenes, y que los jóvenes sepan que la Vida no es de usar y tirar y que la memoria y el compromiso es lo que, en realidad, da y dará sentido al tiempo y a la Vida”      (Luis García Montero)