Semana especial para Gasteiz, para las y los gasteiztarras que año tras año conmemoramos una fecha fatídica, la muerte de 5 obreros a las puertas de la iglesia de San Francisco en el bario de Zaramaga. El domingo, un año más, y ya van 43, las calles de Gasteiz se llenarán de gentes para reclamar justicia y reparación.

Lo que mal empezó, la llamada transición española, todavía no ha acabado y va bastante mal. Empezó sin ruptura con la dictadura y sus dirigentes, siguió con feroz represión, continuó con un lavado de cara mal apañado y aquí estamos todavía con cientos de presos políticos y sin abordar la pluralidad nacional de un estado que se formó y se mantiene a base de fuerza y amenaza militar.

Empezó mal porque tiñó de sangre, represión y falta de libertades las calles no sólo de Euskal Herria sino de todo el conjunto del Estado Español; basta hacer un repaso a la hemeroteca entre 1975 y 1985, por ejemplo, para llenar tomos de conculcación de derechos humanos y civiles: no había derecho de reunión, ni libertad de expresión, infinidad de partidos ilegalizados; y sin embargo, sí había estructuras políticas y sociales derivadas de la dictadura franquista que ahogaban y reprimían las ansias de libertad y derechos de la población: asociaciones de vecinos/as, ecologistas, feministas, antimilitaristas, clase trabajadora en general, partidos políticos de izquierdas, jóvenes inconformistas….toda esta gente sufrió las consecuencias de la llamada ejemplar transición española.

Eta Euskal Herrian?

Aquí esos primeros años tuvimos dos hechos dramáticos y luctuosos: El 3 de marzo de 1976 en Gasteiz y los San Fermines de 1978 en Iruñea. Además de un reguero de muertos en manifestaciones, controles, comisarías etc…Para quien no lo haya visto, le recomiendo el documental San Fermines 78. Una joya para entender esa época, y cómo el status político, económico y militar de la dictadura impuso el miedo, la represión y las muertes en las calles para mantenerse en el poder, para seguir mandando y gobernando en la incipiente democracia española.

Y aquí estamos, a 28 de febrero del 2019, con 12 ciudadanos y ciudadanas catalanas imputadas/os por rebelión, secesión, traición a la patria y no sé que delitos más. 10 políticos y dos activistas sociales juzgados por poner urnas para que la gente expresará su opinión. Presos y presas políticos, presos por sus ideas, no por actos que se puedan considerar delictivos.

Me imagino que la mayoría de las oyentes de Hala bedi irratia habrán visto ya el vídeo con las declaraciones de Jordi Cuixart; para quien no lo haya hecho, se lo recomiendo encarecidamente: 17 lecciones de dignidad política y humana.

Catalunya, un país petit que se merece que el sol lo encuentre todos los días.