“La empresa ha anunciado una gran inversión en la planta de Vitoria-Gasteiz, pero por desgracia, como siempre, viene de la mano del chantaje a la plantilla para empeorar sus condiciones”, afirman en una nota de prensa conjunta los sindicatos LAB, ELA y ESK; después de que la multinacional anunciara una inversión de 12000 millones de euros en la planta de Gasteiz y Emilio Titos, director de ésta, firmara un acuerdo con instituciones públicas de EAE y Araba para escenificar su apoyo y “presionar” a los sindicatos. Esto, en un contexto en el que la tensión por la negociación del convenio colectivo está escalando.

“Poco ha tardado la clase política en salir a la palestra como altavoz de la empresa, sin preocuparse por la plantilla, ni por sus condiciones laborales. […] La empresa no quiere un acuerdo, quiere atacar las condiciones de la plantilla, imponiendo las suyas”, han denunciado dichos sindicatos. También han criticado la “presión” de las instituciones públicas, sabiendo que firmar el convenio no significa blindar la inversión.

Ayer, 15 de junio, llevaron a cabo una asamblea abierta a toda la plantilla, convocada por estos tres sindicatos, en la que acordaron convocar huelga la última semana de junio, del 27 al 1 de julio, con el fin de reivindicar unos mínimos para el futuro convenio. Estos mínimos son mantener el poder adquisitivo, no ampliar flexibilidad ni imponer la sexta noche, mejorar el contrato de relevo, descartar un modelo discriminatorio con las nuevas incorporaciones, cerrar y concretar la movilidad en el propio acuerdo de convenio y  regular y acordar las condiciones de las personas (unas 500) que trabajan fines de semana y festivos.

Los sindicatos CCOO y UGT también han criticado la evolución de la negociación del convenio y la imposición del empeoramiento de las condiciones laborales, en lo económico y en lo relativo a la flexibilidad. Por su parte, han decidido endurecer las movilizaciones y llamar dos jornadas de huelga de 24 horas, los días 22 y