Retomamos el caso de “alta suciedad” relacionado con el Club Borsalino, esta vez de la mano de Ahoztar Zelaieta, periodista de investigación que se ha encargado del seguimiento y destape de la trama oculta tras éste. Ahoztar nos propone como punto de partida colocarnos “a vista de pájaro” para poder así comprender mejor qué implica hablar de prostitución, por una parte, y qué hacerlo de proxenetismo, por otra. Nos aclara que es esta última práctica delictiva la que, amparándose en “la opacidad y la impunidad” y gracias a lo “transversal de los intereses económicos que hay alrededor”, impera en el estado español y en Euskal Herria. Práctica que expone a las prostitutas a “sucesos de violencia y de asesinatos y que además no están registrados en las estadísticas oficiales”, nos recuerda a la vez que subraya el particular riesgo que corren las prostitutas migrantes en esta situación. Señala, en este sentido, la responsabilidad política (refiriéndose tanto a la implicación directa de ciertas personalidades, como a la actuación cómplice desde las instituciones), pero también la ausencia de un seguimiento exhaustivo por parte de los medios de comunicación, así como la “falta de sensibilidad” de la sociedad. Ante esto, nos dice que “ahora y siempre, el faro de la denuncia sobre el proxenetismo tiene que ser el acompañamiento a las víctimas” y dejar de hablar de ellas para hablar con ellas.

• Suelta la olla: "Hay responsabilidad política en este asunto porque hay un mirar a otro lado"
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