Hace ya tiempo que el Movimiento Feminista de Euskal Herria señala con insistencia la crisis de cuidados en la que estamos inmersas y la dimensión global de ésta. Tanto la jornada de huelga del 30 de noviembre como, en concreto, la manifestación de la tarde en Gasteiz, venían a denunciar la injusticia del régimen de cuidados que “sostiene el sistema capitalista, patriarcal y colonial” y a reclamar que “otro sistema es posible”.

Miles de personas han acudido a dicha manifestación; entre ellas, trabajadoras del hogar y de cuidados, trabajadoras de residencias de mayores, familiares, pensionistas, estudiantes, jóvenes, campesinas, sindicalistas, feministas y personas migradas. El Movimiento Feminista ha celebrado la capacidad demostrada para “hacer pueblo, organización y movilización”.

El recorrido de las huelgas feministas tuvo sus hitos en 2018 y 209. “Con las huelgas feministas celebradas el 8 de marzo situamos los trabajos de cuidado en la agenda política”, han recordado las feministas.

El negocio de los cuidados

Han denunciado que el régimen de cuidados en el Euskal Herria es “absolutamente asistencialista y familista”, además de mercantilizado y privatizado. Respecto a los trabajos del hogar y de cuidados, han subrayado la histórica infravaloración y invisibilización, y la explotación de las trabajadoras amparado por la ley de extranjería y el racismo estructural.

“Hay que mirar a largo plazo”, sostienen, “y es el momento de empezar a materializar el sistema de cuidados público-comunitario digno”. Igualmente, para que todas las personas tengan acceso al derecho del cuidado, reclaman también “pensiones dignas, derecho a la vivienda, derecho al padrón, tiempo para cuidar, permisos, tierras, ganado, bosques”.

Acuerdo Social, mensaje directo a los gobiernos de Euskal Herria

Por eso, el movimiento feminista junto con los agentes sociales y sindicatos que han confluido en este llamamiento, han elaborado un Acuerdo Social sobre los cuidados. Con él como base común, se han dirigido “expresamente” a los distintos gobiernos de Euskal Herria para que “marquen la agenda en la dirección del sistema público de cuidados” de forma inmediata.

El camino no termina aquí

El movimiento feminista ha expresado en diversas ocasiones que la huelga no es un objetivo en sí mismo, sino una herramienta más en el camino hacia el sistema público de cuidados. Por eso, han concluido la manifestación recordando que “queda mucho camino y habrá más hitos como el de hoy”, que seguirán organizándose y construyendo bases sólidas para la lucha.