¿Por qué no los 365 días del año?
Hoy, 20 de junio, es el día internacional de las personas refugiadas, pero el día internacional para la defensa de los derechos de las personas migrantes o en busca de refugio, deberían de ser los 365 días del año.
2019 Día internacional de lxs refugiadxs. ¿Por qué no los 365 días del año?
Hoy, 20 de junio, es el día internacional de las personas refugiadas, pero el día internacional para la defensa de los derechos de las personas migrantes o en busca de refugio, deberían de ser los 365 días del año.
Desde que la humanidad existe y por diferentes causas, las personas hemos tenido la necesidad de salir de nuestro entorno, buscando otro lugar donde poder seguir desarrollando la vida. Los imperialismos: el egipcio, el romano, el español… siempre han utilizado la violencia para imponer su dominación y, así, poder robar y adueñarse de las materias primas, las tierras y los propios habitantes de los pueblos colonizados.Esta política colonial siempre ha obligado a muchas personas a salir de sus pueblos en busca de refugio.
Este drama se ha multiplicado por mil con la puesta en marcha del sistema capitalista neoliberal y la llamada globalización. Las grandes transnacionales, del norte global, y sus gobiernos, marcan las pautas del comportamiento mundial. Planifican dónde debe haber guerra, dónde expolio de materia primas, dónde abandonar los residuos generados, cómo tenemos que gestionar los destinos de las personas que huyen de estas situaciones…Acuñando un nuevo termino muy vergonzoso: necro-política, es decir, eliminar a quien ni puede consumir ni puede producir. Todo está planificado.
Hoy en día, desde estamentos internacionales se pretende diferenciar entre personas migrantes y personas en busca de refugio, pero es algo que no compartimos. ¿Dónde se encuentra la diferencia entre una persona que sale de su tierra por las consecuencias del cambio climático, o expulsada por el expolio de una multinacional, o por la violencia de una dictadura o por la guerra? El problema reside en que las causas que obligan a abandonar el lugar de origen, radican en los intereses de una estructura económica y política corrupta.
En la actualidad, más de 70 millones de personas en el mundo, por diferentes causas, han tenido que salir de su tierra en busca de otra donde poder vivir. Según datos de CEAR, sólo el 1% de estas personas llega a Europa. Aun así, la población de este continente tenemos muy poca memoria histórica: miles y miles de personas en busca de refugio salieron del estado español durante la guerra civil y otras miles y miles de personas en busca de refugio salieron, entre los años 1940 y 1945, de todo Europa como consecuencia de la segunda gran guerra.
Ahora, asumimos que nuestros gobiernos paguen cantidades ingentes de dinero a países como Turquía, Libia o Marruecos para que hagan de barrera ante las personas que pretenden llegar al “paraíso” europeo. Países que no ofrecen ninguna garantía de trato a las personas en tránsito. En el mejor de los casos, les retienen en campos de concentración, en otros les abandonan en el desierto y, en el peor de los casos,les venden como esclavas e incluso hunden sus pateras en alta mar (en 2018, se contabilizaron 2.300 muertes en el Mediterráneo). Tratos inhumanos y vejatorios, tráfico de órganos de menores,tráfico de mujeres y niñas para explotación sexual… todo esto es lo que realmente estamos no sólo permitiendo con nuestra indiferencia, sino además pagando con nuestros impuestos.
La problemática de las personas en busca de refugio no acaba en la externalización de fronteras. Cuando llegan a la deseada Europa, se encuentran con más dificultades. Conseguir el derecho a asilo se ha convertido en una proeza. Según datos de CEAR, en el año 2018 de las 54.065 (385 en Araba) personas que solicitaron asilo en el estado español, solo el 24% obtuvieron algún tipo de protección y, en estos momentos, 102.890 solicitudes continúan pendientes de resolución.Acceder a la asistencia sanitaria universal, alquilar una vivienda o encontrar un trabajo es casi un imposible.
Además, en su día a día, se tienen que enfrentar a los crecientes falsos rumores racistas, que lleva tiempo poniendo en circulación la extrema derecha y que son muy fáciles de asumir por la sociedad.Sólo desde el reconocimiento de las personas que llegan a nuestros pueblos y ciudades buscando un sitio donde poder vivir y el compromiso de reforzar la convivencia social entre todas, podremos freno a los mensajes racistas
Por eso denunciamos la falta de defensa de los derechos sociales y humanos de estas personas por parte de los gobiernos europeos, así como la poca implicación de nuestras instituciones más próximas para garantizarles unas mínimas condiciones de vida.
Por eso queremos gritar alto y claro que todas las personas debemos de tener los mismos derechos. Ninguna persona es ilegal.
Ongi Etorri Errefuxiatuak Araba – Gasteizkoak – Emakumeok Gerraren Aurka – Congreso de los pueblos Colombia País Vasco
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