“‘El calor de la comunidad’ que no sentí el pasado 21 de Marzo en Gasteiz” -Tania Siriany-
Decía John Berger que “Las manifestaciones son ensayos para la revolución” y en investigaciones recientes de las Universidades de Harvard y Estocolmo se constata que “El calor de la comunidad es el principal factor de éxito para la transformación de una manifestación en cambios políticos y legislativos”. De manera reciente el 8 de Marzo y en las convocatorias de Pensionistas hemos constatado el valor que en este país damos al salir a la calle; mostrar de manera pública nuestras “Inquietudes” es importante en la sociedad vasca.
A diferencia de Bilbao, Donostia, Iruñea y otras ciudades en las que hubo una nutrida convocatoria de Manifestación o Concentración, además de diversidad de actividades a lo largo de la semana; en Gasteiz el Día Internacional contra el Racismo y la Xenofobia no hubo ninguna convocatoria para salir a la calle, ni se visibilizo la fecha de manera significativa exceptuando una charla sobre Lenguaje Racista organizada por Sareak Josten.
No he dejado de darle vueltas a la cabeza desde entonces y me permito compartir con vosotras mi explicación de porqué “Gasteiz is different” en temas de racismo con respecto a las otras ciudades vascas. La respuesta no es sencilla y lejos de ser una crítica pretende ser una reflexión.
Hablando con distintas personas migrantes y racializadas me he dado cuenta que la mayoría no sabían ni tenían consciencia de la reivindicación del 21 de Marzo, muchas me respondieron diciendo que era el Día Mundial de las personas con Síndrome de Down.
Lo anterior me lleva a preguntarme porque personas que en varios casos, diariamente viven situaciones de racismo y xenofobia como no poder acceder a contratos de alquiler, no poder trabajar por tener determinada creencia religiosa, ser objeto de miradas o comentarios en la calle, en sus trabajos, o el vivir distintas discriminaciones a raíz de la Ley de Extranjería y Asilo -la lista es larga- no se motiven a salir a la calle ese día o la fecha les pase desapercibida.
Definitivamente hay un largo camino a recorrer para que las personas migradas y/o racializadas le pongamos nombre a distintas situaciones cotidianas que vivimos y nos concienciemos que nuestra condición de migrantes conlleva vivencias frente a las que tenemos que empoderarnos y ponerles límite.
Soy consciente de las distintas culturas a las que pertenecemos en muchas de las cuales el salir a la calle y otras reivindicaciones no son tan usuales y tampoco el calendario de Naciones Unidas y los diferentes Derechos Humanos relacionados con la Discriminación Racial que se antojan como algo occidental, es complejo este debate, pero creo yo que las personas migradas debemos valorar el contexto en el que vivimos y vemos que para la sociedad vasca salir a la calle es estratégico e importante.
Que decir de construir una unión entre culturas y hacer una reivindicación conjunta, en una ciudad en la que los espacios de participación para personas migradas son tan escasos y también desprovistos de contenidos reivindicativos, en lo que a derechos se refiere, porque sitios para reunirse con inquietudes religiosas y culturales-folclóricas si que los hay. Es decir que estamos aisladas y desempoderadas en cuanto a derechos se refiere y la precariedad y la pobreza nos toca…
Fue SOS Racismo Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa, apoyados por diversos movimientos sociales y solidarios quienes organizaron estas convocatorias a lo largo de la orografía vasca y es admirable e indiscutible el papel que han jugado en estos territorios a lo largo de la historia, han sido un apoyo para mucha gente migrante y han sido generadores de un espacio de participación y reivindicación de derechos. En araba esta historia es diferente… No se si llegara el día que en Gasteiz veamos la importancia de hablar sobre ello…Lo que sí sé es que hasta hoy no hemos sido capaces de darle la vuelta a la situación y el vacío se siente.
Soy de la opinión de que espacios mixtos son fundamentales y necesarios, creo que la lucha antirracista debe nutrirse de gente autóctona y migrante. También creo que así como las personas migrantes debemos empoderarnos los distintos colectivos autóctonos que les preocupe el tema de las personas racializadas y migradas y pretendan ir de la mano con ellas o al menos construir algo horizontal y conjunto deben hacer una reflexión y deconstruir ciertas practicas que hacen los espacios escasamente participativos para la gente migrante… Por ejemplo ritmos imposibles de seguir, espacios que privilegian “caras blancas” frente a referentes racializados a la hora de lo público, de la prensa, metodologías que no empoderan a migrantes y que priorizan “el activismo” frente a la construcción de procesos, etc. son cuestiones a revisar…
Que distintos colectivos solidarios convocaran reuniones y diversas actividades de otros temas el pasado miércoles 21 de Marzo dice mucho de la escasa incidencia y consciencia e importancia que le damos al racismo en nuestra ciudad.
No es un tema fácil, la lucha antirracista creo yo que tiene que ver con la convivencia y la aceptación de la diversidad, con darle valor a la otra persona y reconocer su espacio, con dar ese calor de humanidad y solidaridad a opresiones que a veces no nos afectan, nos queda mucho trabajo por hacer…
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