Así son los Estados Unidos
Todos somos testigos de lo que sucedió en EEUU el 6 de enero: cientos de exaltados supremacistas irrumpieron en el Capitolio. Acción instigada por un Presidente histérico sin que hubiera ningún operativo policial para abortarla. A partir de ese hecho, la sociedad norteamericana ha agudizado sus contradicciones y debates. Pero no quiero analizar desde una emisora de Euskal Herria lo que está ocurriendo allá; prefiero abordar lo que sucede aquí.
Los sucesos del Capitolio han dejado en evidencia a la sociedad norteamericana y a una buena parte de nuestra sociedad que mira hipnotizada a los Estados Unidos. Los consideran, sin el menor sentido crítico, como ejemplo de democracia y como el modelo que debemos de seguir. El que un magnate fanfarrón compre votos y se presente como candidato, no les preocupa; que se adueñe de la gobernanza mundial refrendado por escasos votantes, les tiene sin cuidado. Para ellos, América tiene que ser nuestro referente y punto. Todos sabemos que los Estados Unidos arrastran un racismo estructural; que los negros, afros, latinos, las lesbianas o los gays son ralea de bajo pelaje ante una sociedad blanca y descendiente de cuáqueros puritanos. Su historia está plagada de intromisiones a lo largo del mundo, de invasiones sangrientas para cambiar gobiernos y robarles sus pertenencias. Todo lo dan por bueno estos paisanos nuestros embobados con aquella modélica democracia
Es el impacto deslumbrante que provocan los imperios en quienes se dejan deslumbrar. Estos acomplejados paisanos a los que aludo, no solo admiran a los yankis sino que, de tanto mirarles, desprecian lo propio. Para conocer el mundo, según ellos, hay que viajar a los Estados Unidos; el que se acerca a Cuba o Palestina, pierde tiempo y dinero. Una vez que han visitado Norteamérica, tienen que darla a conocer para que sus amistades les admiren. La ropa americana es la que da entidad; su música, su cultura, sus costumbres desplazan la música, la cultura y las costumbres de nuestra tierra. Las nuestras son mucho más antiguas y arraigadas que las de ellos pero quien manda. manda. Según esta mentalidad sumisa, tenemos que celebrar el halloween con todas las extravagancias que le acompañan y que nos llegan de ultramar.. Y ¿qué decir del idioma? Si no sabes inglés, no eres nadie. Yolanda Barcina, cuando presidía Navarra, ofreció la enseñanza en ingles para que muchos padres bobalicones dieran la espalda al euskera. Si alguien celebra su cumpleaños cantando zorionak zuri es que no se ha enterado en qué mundo vive. La gente moderna tiene que desgañitarse cantando happy birthday to you.
Así son los Estados Unidos de América. No tratan de respetar a otros pueblos, de reconocer sus valores y su historia. Los imperios, y Norteamérica lo es, tratan de someter a los pueblos para engullirlos; robarles primero las conciencias y luego las pertenencias. Lo ocurrido en el Capitolio desnuda al supremacismo yanqui y a todos los bobalicones que lo siguen a pie juntillas.
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