Llueve en la memoria de las luchas
Una gota, dos gotas… llover en el monte y en los campos se ha convertido en una difícil labor. El agua de lluvia huye de la primavera declarándose insolvente en su quehacer de preservar el verdor convenido. El plante iba siendo anunciado desde hace ya un tiempo. Aunque todo el mundo habla de ellas, las reivindicaciones del sector húmedo de la vida están siendo ninguneadas,
atropelladas, apaleadas. el buen tiempo la ha hallado culpable y la tiene presa, después de torturarla hasta doblegarla bajo sus pies.
Mientras, al amanecer, la lluvia llora a escondidas avergonzada en su celda, humedeciendo y nutriendo la última capa terráquea en contacto con el cielo, pese a que ésta será secuestrada en las primeras horas de sol, en manos de su señor, el primer calor del día. El buen tiempo que todo lo seca, lo quema, lo destruye, lo arrasa, lo vende, lo precipita. Usurpa la humedad del último aliento natural para transformarlo en dinero, se alía con el estado del malestar para proyectar un mundo engañoso infecto de babas, grueso y resbaladizo en la capa más baja, reluciente en la pequeña cima. Una gota, dos gotas…los próximos días está anunciada la concesión del tercer grado para la lluvia. El buen tiempo seguro que, tras el recurso del estado del malestar, pronto la volverá a encerrar en una celda. El verdugo se esconde tras la capa de legitimidad que otorga la autoridad coercitiva y torturadora que ansía apropiarse de hasta la última gota de agua. Agua para el monte comunal, agua para la tierra que nos alimenta, agua para los pueblos que siguen diciendo no a las centrales eólicas en sus montes, agua para las personas que comparten la sensibilidad natural que nos inunda, agua para todas aquellas que se cuestionan el manjar envenenado del buen tiempo, agua para satisfacer la necesidad de hacer las cosas de otra manera. Una gota, dos gotas…los endrinos ya huelen a miel. Las abejas se acercan a ellos con la incertidumbre de la vida. Llueve en la memoria de las luchas. El mal tiempo nos espera, hagámoslo realidad.
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