La vida en el centro desde el antimilitarismo y el feminismo
Desde los feminismos nos llegó un importante y hermoso concepto; “poner la vida en el centro” con claros contenidos socioeconómicos y políticos que definen los elementos a tenerse en cuenta para que una vida digna sea posible para todas las personas.
Pero, como siempre, hermosos e interesantes conceptos que van calando socialmente, son apropiados y aprovechados políticamente para su instrumentalización, banalizar sus contenidos y ser utilizados para defender lo indefendible. Y es lo que ocurre con la idea de “poner la vida en el centro”
Pertenezco a un grupo formado por mujeres antimilitaristas y feministas. Durante estos días, hemos estado dando vueltas a ésta, ya, manida expresión y me gustaría compartir con quienes estén interesadas, algunos aspectos del debate.
Nuestra actividad social gira en torno a cuatro lemas que son los que nos unen y dan sentido a las acciones que realizamos:
CONTRA LAS GUERRAS/ POR UNA EUSKALHERRIA LIBRE DE PRODUCCIÓN MILITAR/ CONTRA EL EXPOLIO DE RECURSOS A OTROS PUEBLOS PARA NUESTRO CAPRICHOSO BUEN VIVIR/ POR EL FIN DE LA IMPUNIDAD DE TODA VIOLENCIA EJERCIDA CONTRA LAS MUJERES Y LAS NIÑAS EN SITUACIONES DE CONFLICTO.
Esto es cuanto nos une y lo que intentamos socializar, denunciar y reivindicar en los diferentes momentos y espacios en los que se desarrolla nuestra actividad. Dicho esto ¿Qué es para nuestro colectivo “poner la vida en el centro”? Vamos a ello.
1.- Frente a las políticas de Seguridad que se basan en la acumulación de armas y ejércitos presuntamente para evitar la guerra, nuestra visión es la de proteger la vida y el bienestar de las personas, de los pueblos y de los bienes de la Naturaleza. La seguridad para nosotras es bienestar y vida digna para las personas, son políticas de disminución de las desigualdades entre personas y entre países, es respetar los límites del planeta frente a políticas extractivistas y desarrollistas que ponen en peligro la vida de las personas, sobre todo las de las más desfavorecidas.
2.- Entendemos que hay que acabar con los ejércitos que solo traen muerte y destrucción, por muy humanitarios que se digan, y emplear ese inmenso dineral (más de 27.000 millones de euros solo en 2023 en el Estado Español) en la mejora de la vida, en el cuidado y en el bienestar de todas las personas.
3.- Estamos en contra de unas políticas económicas que midan sus resultados en términos de PIB (Producto Interior Bruto) en lugar de hacerlo en términos de IDH (Índice de Desarrollo Humano).
4.- Frente a visiones que consideran el trabajo reproductivo y de cuidados como no trabajo o trabajo de inferior categoría, al poner la vida en el centro elevamos estos
trabajos a la categoría de esenciales y los situamos por delante de cualquier otro mucho mejor pagados.
5.- Frente a megaproyectos de producción industrial, de extracción, de producción animal u hortícola, desde las políticas a favor de la vida nos inclinamos por la dimensión local y respetuosa con el medio, lo que evitaría muchas guerras e intervenciones colonialistas (estén o no disfrazadas de cualquier fin justo)
6.- Quieren hacernos creer que los ejércitos y la acumulación de armas garantizan la seguridad de los pueblos. No creemos en una paz y seguridad basada en las armas. Las políticas feministas de seguridad se basan en el cuidado y en políticas capaces de asegurar equidad y una vida digna para todas las personas.
7.- Estamos contra las guerras. Las guerras son la expresión extrema de la violencia heteropatriarcal. El capitalismo salvaje, cuyo objetivo es el sangriento negocio de las armas y el expolio de los recursos, es el único beneficiario de las guerras. En cambio para los pueblos implica muerte, sufrimiento, miseria, aumento de la pobreza, de la desigualdad y la deshumanización de las sociedades.
8.- Cuando decimos que la guerra empieza aquí, queremos poner sobre la mesa que en nuestro pequeño país, Euskal Herria, un centenar de empresas de la muerte están implicadas en la industria militar y cuentan con el apoyo de todo un entramado de poderosas instituciones (Gobierno Vasco, UPV/EHU, Entidades Bancarias, Patronal…etc.), información a la que se puede acceder mediante el exhaustivo trabajo recogido en el libro publicado por el Colectivo Gasteizkoak “Estas guerras son muy nuestras. Industria Militar Vasca”
9.- Y si de verdad estamos a favor de una vida que merezca la pena ser vivida, nos guste o no, tendremos que comenzar a asumir que las guerras nos benefician porque nos posibilita mantener unos privilegiados niveles de consumo y bienestar no universalizables y que además, priva a gran parte de la humanidad de bienes básicos y derechos fundamentales. Hemos naturalizado de tal manera las desigualdades económico-sociales, que ni siquiera nos interrogamos acerca de nuestro insultante modo de vida.
Y ¿Qué dicen los señores de la guerra? Concluyo con dos “perlas” para la reflexión.
El lehendakari Urkullu se reafirmó en el «no a violencia y el no a guerra» al recordar el éxodo de miles de niños y niñas en 1937 y lo ha comparado con el actual contexto de guerra en Ucrania (18-XI-22)…al mismo tiempo que el Gobierno Vasco entra en la empresa militar ITP Aero con una inversión de 6% de dinero público e inyecta a SAPA, también empresa de producción militar, 32Millones de fondos de la UE.
En la 68ª Asamblea Parlamentaria de la OTAN ( Madrid 2l-XI-22), Pedro Sanchez alabo a la OTAN, manifestando que España seguirá entregando material militar, que donará a Ucrania 270 millones y formará a sus militares en Toledo.
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