La Asociación de Entidades de Iniciativa e Intervención Social de Álava (AISA) ha decidido expulsar al sindicato ESK de la mesa negociadora del IV Convenio de Intervención Social de Álava, a pesar de la significativa presencia de ESK en el sector. Esta decisión se ampara en una ley que penaliza a las opciones sindicales minoritarias.

AISA, compuesta por 19 asociaciones, fundaciones y cooperativas, entre ellas Hogar Alavés, Nuevo Futuro y la Comisión Antisida de Álava, argumenta que ESK no alcanza el 10% de representatividad en el sector, requisito legal para formar parte de la mesa negociadora. Actualmente, ESK cuenta con un 8,24% de representación, con 7 de las 85 delegadas del sector.

Sin embargo, en la negociación del III Convenio de Intervención Social de Álava, ESK participó con una representación del 9,52%, sin que esto supusiera un impedimento para su inclusión en la mesa en aquel entonces. Esta discrepancia ha generado críticas hacia AISA por su falta de coherencia y transparencia en la aplicación de los criterios de representatividad.

Además, se da la paradoja de que UGT sí tendrá representación en la mesa a pesar de no contar con ninguna delegada en el sector, gracias a una ley aprobada en 1985 que discrimina a las organizaciones sindicales minoritarias en la negociación colectiva sectorial, aunque tengan representación en el sector, y permite participar de la misma a los sindicatos mayoritarios aunque no la tengan.

ESK ha denunciado que esta expulsión es un intento de silenciar su voz en la negociación del convenio y ha anunciado que celebrará una asamblea para abordar la situación y acordar las respuestas ante lo que consideran una ofensiva inaceptable por parte de una patronal que, financiada al 100% por dinero público, no tiene reparos en discriminar a las organizaciones minoritarias.

El sindicato ha afirmado que, lejos de amedrentarse, intensificará su labor sindical en el sector y luchará por conseguir el convenio de intervención social que merecen los y las trabajadoras del sector.

Esta situación pone de manifiesto las tensiones existentes entre la patronal y los sindicatos en la negociación de convenios colectivos, así como las dificultades que enfrentan las organizaciones sindicales minoritarias para hacerse oír en estos procesos.