Irudia: Saltoki /Google maps

Varios trabajadores y trabajadoras de Saltoki Logistika Araba, afiliados del sindicato LAB, han denunciado las condiciones de trabajo «deplorables» y situaciones de «carácter infrahumano» que viven los y las trabajadoras de esta empresa vendedora de suministros para instalaciones de fontanería, climatización, calefacción, electricidad, etc.

Política interna de la mentira, el engaño y el miedo

Según han relatado, la relación «vejatoria» de la empresa para con los trabajadores comienza ya en las entrevistas de trabajo, en las cuales muchas personas se han visto, por una parte, «violentadas por cuestiones de género» en entrevistas «sexistas» y, por otro lado, «engañadas respecto al tipo de trabajo, condiciones y remuneración».

La jefatura, han explicado, llama a los trabajadores a firmar los contratos de ingreso después de llevar ya tiempo trabajando, tiempo arbitrario que ellos creen «adecuado». Además, les muestran un contrato irregular, con el espacio referido al valor de la hora de trabajo sin completar, argumentando que es un dato «confidencial». Las trabajadoras insisten en que esa información es vital para ellas y para nada ajena o «fuera de su incumbencia».

Explican que el objetivo evidente de la empresa es tener a la plantilla «atemorizada» y «dependiente», con una gran carga de responsabilidades, ya que es la única manera de que los trabajadores y trabajadoras toleren el trato que se les da. «La política interna de Saltoki hacia los trabajadores y trabajadoras está basada en la mentira, el engaño y el miedo», aseveran.

Una vez afincados en sus puestos de trabajo, las personas empleadas se ven expuestas a todo tipo de abusos y prácticas «deplorables». Por una parte, las eventuales «reestructuraciones caprichosas» de los equipos de trabajo imposibilitan la conciliación familiar.

Por otro lado, denuncian que la dirección de la empresa se valió de la pandemia del covid-19 como excusa para aplicar más «control y represión», obviando las medidas sanitarias a tomar para garantizar la salud de las trabajadoras. Por ejemplo, explican, se pasó «completamente por alto la desinfección de la maquinaria y las aglomeraciones en los vestuarios, mientras se prohibía a la plantilla fumar en los descansos, porque «al dueño de la empresa, al verlos fuera del perímetro interno del almacén, le da sensación de estar presenciando una huelga», en palabras textuales de la jefatura.

Accidentes laborales

Por último, las trabajadoras de Saltoki han querido incidir en la falta de seguridad y los múltiples factores por los que suceden un alto número de accidentes laborales. La plantilla, sin la formación necesaria por la «flexibilización y la precarización» del empleo, está sometida a exigencias de mínimos de producción, generando un «caldo de cultivo» idóneo para accidentes.

Además, el procedimiento de la empresa una vez ocurrido el accidente, es calificado de «inapropiado» por los trabajadores. Afirman haber presenciado gran cantidad de accidentes graves en los que la empresa ha evitado llamar a la ambulancia, registrar el evento o tratarlo con la mutua.