Comienza a declarar la testigo que destapó la «barra libre» del caso De Miguel
El 5 de marzo comenzó a declarar en los juzgados alaveses Ainhoa Alberdi, testigo clave en el juicio por el Caso De Miguel. Se trata de la abogada y empresaria que destapó la trama corrupta, armada con una grabadora y numerosos correos electrónicos. En una nueva colaboración entre Hala Bedi y el periodista de investigación Ahoztar Zelaieta, analizamos la primera jornada de esta semana clave en el juicio por el mayor caso de corrupción en la historia reciente de Araba.
- Alberdi fue «coaccionada» para que abonase una comisión ilegal de 100.000€ por la adjudicación de contratos públicos.
- “Lo normal en estas situaciones”, según le comentó un cargo del PNV. La empresaria denunció «hechos delictivos».
- Tras enfrentarse a los líderes de la trama, pasó a ser vetada en concursos públicos.
Primera jornada en una semana decisiva
Sobre las 9.00 del día 5 de marzo, comenzaba el desfile de los imputados, ante los reporteros gráficos desplazados a la puerta del Palacio de Justicia. Allí se encontraban de guardia, esperando la foto más mediática de la mañana. El último en llegar fue Alfredo De Miguel, quien curiosamente casi logró colarse por la espalda y evitar así ser fotografiado. Un chistido a tiempo fue suficiente para mover a los allí presentes para no perder la foto. Mientras los demás acudían acompañados, Alfredo De Miguel llegaba solo y con cara de pocos amigos.
Dentro, en la sala de prensa acondicionada para seguir el proceso, hasta una veintena de periodistas, y al menos, 17 medios de comunicación: Noticias de Álava, El Correo, El Mundo, El Independiente, El Español, eldiarionorte.es, Cope Vitoria, Radio Vitoria, Euskadi Irratia, Radio Euskadi, Cadena Ser, Onda Cero, Radio Nacional de España, TVE, ETB, Agencia EFE, Europa Press… Una amplia presencia de medios a la que, por primera vez en un juicio de estas características, también pudo acceder Hala Bedi, con el objetivo de seguir de cerca una semana determinante en este proceso judicial por uno de los casos de corrupción más graves en la historia de Araba.
La defensa llevaba tiempo bombardeando el caso, en una estrategia compartida por el PNV, partido con el que todos los imputados guardan una estrecha relación. De hecho, desde 2010, durante los años previos al arranque del juicio, el PNV ha puesto continuamente la diana sobre el fiscal y el juez que instruyeron el caso, Josu Izagirre y Roberto Ramos -ahora apartado del caso-. Mientras, los abogados defensores tratan de desacreditar la información de la denunciante, Ainhoa Alberdi. Han llegado a poner en cuestión incluso la cadena de custodia de las pruebas que aportó la denunciante, aunque la propia Ertzaintza ha desmentido esa acusación.
En la sesión de ayer, la defensa tenía turno para alegar antes del interrogatorio del fiscal a la empresaria que denunció los hechos. Los abogados de la defensa, en bloque, intentaron un último recurso para evitar su testimonio. Esgrimían como argumento que la denunciante habría tenido conocimiento de algunas conversaciones en calidad de abogada y no como socia o empresaria, por lo que, según la defensa, debía respetarse la confidencialidad de los datos de esas conversaciones. El tribunal desestimó dicho recurso de última hora, y finalmente, comenzaron a escucharse las 24 grabaciones presentadas como prueba, que serán reproducidas íntegramente y analizadas por el tribunal, con la ayuda de la propia Alberdi.
Ainhoa Alberdi: la clave del caso
Durante las sesiones en las que tendrá que declarar, Alberdi, testigo clave en este proceso, declarará bajo medidas para proteger su intimidad. Los acusados estarán a pocos metros de ella. Sin embargo, a lo largo de la sesión de ayer, la empresaria ratificó todas y cada una de las informaciones de su denuncia, presentada en diciembre de 2009. Algunos medios han presentado a la empresaria como “presunta víctima”, y en este sentido, es importante advertir que en materia de corrupción no existe la figura de arrepentido, infiltrado o confidente, lo cual acentúa la desprotección o el desamparo de los testigos. De hecho, a día de hoy, ni siquiera existe un estatuto de protección de funcionarios para denuncias por casos de corrupción.
Alberdi ha llegado a afirmar que sintió miedo hasta que decidió denunciar. Aún así, lleva nueve años con tratamiento médico. La testigo añadió que se ha sentido «perseguida por los medios de comunicación» y que tuvo que presentar denuncia contra uno de ellos por lesionar su intimidad.
En la «barra libre» de la trama De Miguel
Según relató la empresaria, en noviembre de 2008, Alfredo De Miguel la citó en su despacho de la Diputación Foral de Álava, donde le reclamó el pago de una tercera parte de la adjudicación de un contrato público en el Parque Tecnológico de Miñano, es decir, una comisión de 100.000€. Más tarde, el 9 de diciembre del mismo año, le remitió un correo electrónico con este mensaje: “Lo nuestro lo dejamos en 100 y ni una cosa ni otra”. Y lo hizo desde su cuenta oficial de la Diputación, precisando que debía fraccionar la cifra en dos pagos.
La propia Alberdi mostró a Julián Sánchez Alegría (ex-presidente de la Red de Parques Tecnológicos), también imputado, el email con la petición de una comisión ilícita de 100.000€. Durante la sesión de ayer, entre otras grabaciones, se pudo escuchar una conversación sobre este asunto. Sánchez Alegría tenía claro a qué se refería la cifra, aunque se limitó a pedir al diputado que actuase «con más discreción».
Tal y como relató Alberdi, en una reunión con De Miguel y con el ex-juntero jelkide Aitor Tellería, ambos le habían comentado que el acuerdo consistía en dividir la cifra de la adjudicación en tres partes, siendo la tercera la que cobraban ellos. Los jelkides subrayaron en dicha reunión que el objetivo de la empresa que habían constituido era «hacerse con contratos públicos». En una de las conversaciones grabadas, Alfredo De Miguel llegó a decirle: “Tienes que pasar por caja”. Aitor Tellería espetó a la empresaria que “sí o sí» iba a cobrar, y añadió que conseguir contratos no era “barra libre”. La comisión se pagaría a través de una factura a «alguna empresa». La empresaria preguntó a De Miguel «cuánto dinero tendría que pasar por caja» y si era «para el partido».
Según sus propias palabras, la empresaria grabó las conversaciones para documentar la “impunidad” sobre unos “hechos delictivos” que se cometían con “total naturalidad”, utilizando despachos de la Administración y correos electrónicos oficiales.
Vetos y presiones
En su declaración, Alberdi también afirmó que tras enfrentarse al «conseguidor» de la trama, el constructor Jon Iñaki Etxaburu, pasó a ser “vetada” y le invitaron a no presentarse a otros concursos públicos. Además, un cargo del PNV le confesó que aquella era la «consecuencia normal” en este tipo de situaciones. En este contexto, Alfredo De Miguel llamó al padre de la empresaria para recriminar las largas de su hija a la hora de pagar «la comisión”. Y por si esto fuera poco, familiares suyos del PNV llegaron a recriminarle por su denuncia. Todo este entramado inquisitorial impuesto sobre la empresaria denota, además, cierto machismo y paternalismo en torno a la trama corrupta.
Recogemos a continuación algunas declaraciones textuales de Ainhoa Alberdi, la empresaria que denunció la trama de comisiones en el caso De Miguel:
“Me dijeron que había que pasar por caja, que esto no era gratis”
“Me llama soberanamente la atención que eso [pedir comisiones ilegales] se haga vía ‘email’ y en sitios oficiales. Me sorprende esa alegría…. De ahí mi temor. Si esto era tan fácil de hacer no sería la única a la que se le había hecho”
«Temía que no fuera la única a quien se lo hacían. Esto era tan fácil de hacer que no sería la única a la que se le habían pedido comisiones. El susto que me llevé era monumental”
“Alfredo De Miguel telefoneó a mi padre para decirle que yo debía tener cuidado con lo que contaba y a quién se lo contaba”.
Caso De Miguel: PNV, el pegamento que todo lo une
Además de todo esto, la sombra del PNV sigue proyectándose sobre el caso De Miguel. Entre otros elementos, la empresaria también considera que en su momento fue convocada a “reuniones sospechosas” en las que participaba alguien que “no pintaba nada” allí. Se refiere a un directivo de Ipar Kutxa, Pablo Larrabide, des-imputado del proceso al final de la fase de instrucción, al igual que Asier Arzalluz, hijo del ex-presidente del PNV Xabier Arzalluz. Cabe recordar que, casualmente, Ipar Kutxa realizó varias donaciones a la Fundación Sabino Arana, detectadas en 2013 por el Tribunal de Cuentas durante el primer ejercicio que fiscalizó la entidad del PNV.
Alberdi también relató que el despacho Uría Menéndez asesoraba a la trama del caso De Miguel. Este mismo despacho realizó un informe sobre el proyecto automovilístico Epsilon, impulsado por el PNV y por el que Alfredo De Miguel también fue imputado. Dicho informe, muy criticado por el Tribunal de Cuentas, llevaba la firma de Mario Fernández, quien más tarde ascendería a presidente de Kutxabank. Recientemente, Fernández ha sido condenado en el caso Kutxabank por un delito de apropiación indebida.
Entre otras muchas cosas, la testigo clave del caso también manifestó que uno de los integrantes de la trama era “un delincuente potencial” y se ha referido a un «asunto de drogas”. Durante toda la sesión, una de las pocas reprobaciones del Tribunal ha sido dirigida al fiscal cuando éste se ha referido a la “desvergüenza” de los imputados.
No es la primera vez que Hala Bedi trata de seguir de cerca el considerado como el mayor caso de corrupción en la CAV, y la sombra del PNV siempre ha estado presente en esta búsqueda. En diciembre de 2016, en el contexto de una charla sobre el caso De Miguel organizada por ADI, la asociación contra la corrupción en Araba, Hala Bideo tuvo la oportunidad de charlar con los periodistas Iker Rioja y José Manuel Cámara. Ambos llevan varios años siguiendo el caso de cerca, y en este video de apenas 9 minutos ofrecieron un resumen muy clarificador del caso, en el que el PNV funciona como el «pegamento» que une todas las piezas de la trama.
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