Salhaketa denuncia la opacidad tras los muros de Zaballa donde han fallecido cinco presos en lo que va de año
El pasado 21 de septiembre fallecía el quinto preso en lo que va de año dentro de la cárcel de Zaballa. Salhaketa ha realizado hoy una concentración frente a la delegación de gobierno para exigir medidas ante lo que considera la "crónica de una muerte anunciada".
Salhaketa ha realizado a una concentración hoy frente a la Delegación de Gobierno para denunciar la quinta muerte ocurrida en la cárcel de Zaballa en lo que va de año. El pasado 21 de septiembre fallecía a causa de una supuesta sobredosis un preso donostiarra de 50 años en el 3er módulo de la macro-cárcel de Araba.
Salhaketa ha lamentado que, una vez más, haya sido un colectivo de funcionarios quien difundía la trágica noticia, extrañamente seis días más tarde de lo ocurrido. Denuncian la opacidad tras los muros de la cárcel de Zaballa en lo que a las muertes de su interior respecta, acusan a la cárcel de mentir cuando afirma que informó de la muerte del preso, pues, según han explicado al igual que en anteriores ocasiones la cárcel «nunca ha informado a las asociaciones de las muertes ocurridas en sus dependencias».
La quinta muerte de 2019
Como ha señalado Salhaketa se conoce poco de la última muerte en la cárcel de Zaballa. El preso de 50 años era donostiarra, respondía a las iniciales A.F.N. y su centro de cumplimiento de condena no era Zaballa, sino que había sido trasladado para acudir a un juicio. Según fuentes de la cárcel y funcionarios la causa de la muerte fue una supuesta sobredosis pero no hay más datos para poder contrastar esa información.
La misma semana en la que ocurría la fatal muerte del preso donostiarra otro preso era hospitalizado grave por un supuesto intento de suicidio del que, al igual que en los casos anteriores, no se tiene más información
Un año negro en la cárcel de Zaballa
En enero de 2019 esta cárcel se cobraba la vida de un joven de 28 años: el 17 de enero los compañeros de J.A. se encontraron a este joven muerto sobre las 03:00 horas de la mañana. Se trataba también de un varón, vecino de Bizkaia.
En febrero, otro joven también perdía la vida en la misma cárcel.
La tía y el padre del otro fallecido el 1 de abril en la cárcel de Zaballa comparecían días después de la muerte junto a Salhaketa para denunciar que la muerte de su familiar también se podría haber evitado.
A petición expresa de la familia, decidieron poner cara a Jonathan “para que deje de ser un número más en esta lista inaceptable de fallecimientos en prisión”. Se llamaba Jonathan y se apellidaba Costillas Rituerto, había nacido el año 1994 y era vecino del barrio de Zaramaga. Tenía 24 años. Según pudo saber la familia, Jonathan apareció ahorcado en su celda del módulo 7 el 1 de abril por la tarde.
Por último, Zaballa se llevó por delante la vida de otro joven, esta vez de 28 años, que se encontraba preso en la cárcel de Araba. Según pudo confirmar Hala Bedi, el joven falleció el jueves 25 de abril en el módulo 5.
Salhaketa, en un comunicado, denunció que se trata de “una nueva crónica de muertes anunciadas”.
En lo que llevamos de años, son un total de 134 las personas fallecidas en las cárceles de todo el Estado español, la aterradora media de casi 3 muertes a la semana. Cinco de ellas, en Araba. Salhaketa exige que «saber lo que pasa en las cárceles no es solo un derecho de toda la ciudadanía vasca, sino una responsabilidad social».
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