El cierre de los rocódromos municipales en Gasteiz dejará sin trabajo a toda la plantilla
Según han denunciado los propios trabajadores, «la mala gestión del Ayuntamiento» en la adjudicación del servicio de rocódromos municipales en Gasteiz, ha provocado una situación en la que «la plantilla se quedará sin trabajo».
La gestión de estos rocódromos se adjudica periódicamente a empresas privadas, según ha explicado a Hala Bedi el sindicato ESK. Sin embargo, en la última de estas licitaciones solo se ha presentado una empresa, la cooperativa Arabako Rokodromoen Teknikariak (A.R.T), que habría solicitado más dinero del que el Ayuntamiento destina a este sector, con el objetivo de «mantener la calidad del servicio» ante la próxima apertura de un nuevo rocódromo en Salburua.
Como consecuencia de ello, la adjudicación habría quedado desierta, es decir, no se ha adjudicado a ninguna empresa. Y, por ello, el consistorio ha decidido cerrar los rocódromos municipales, que llevan años prestando sus servicios en diferentes centros cívicos de la capital alavesa.
«Usuarias sin rocódromos. Plantilla sin trabajo». Este es el resultado de esta decisión, según los propios trabajadores. A día de hoy, la plantilla consiste en cuatro socios cooperativistas (que también trabajan en los rocódromos) y cinco trabajadores por cuenta ajena, que realizan tareas de refuerzo, ya sea a jornada completa durante todo el curso o jornadas parciales más puntuales. Por otro lado, en el buzón ciudadano del Ayuntamiento ya se están recibiendo múltiples quejas por parte de los usuarios.
El rocódromo de Salburua, «muerto de la risa»
Una de las consecuencias directas de esta situación sería el rocódromo de Salburua. La apertura de este rocódromo, en el que las instituciones han invertido más de 130.000€, ya acumulaba meses de retraso: inicialmente debía inaugurarse en febrero de 2018, pero dicha fecha se acabó retrasando a septiembre.
La nueva situación de impasse respecto a los rocódromos municipales, no ha hecho sino agravar esta situación, que dejaría el recinto de Salburua «a estrenar y muerto de la risa», según palabras del sindicato ESK.
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