Rishmawi, responsable de proyectos de la organización sanitaria palestina Health Work Committees y colaboradora habitual de Hala Bedi Irratia, fue detenida la madrugada del pasado 13 de abril de su casa de Beit Sahour, en el área de Bethlehem, Cisjordania, donde reside desde hace más de 35 años. Desde entonces ha sido sometida a aislamiento, continuos interrogatorios, y traslados constantes de prisión. Su comparecencia ante la justicia militar del régimen de ocupación israelí se ha pospuesto hasta en cuatro ocasiones.

Durante este proceso su organización se ha visto ilegalizada y clausurada, y varios trabajadores de la misma, entre ellos dos directores financieros y la directora general, han corrido su misma suerte. Sobre Rishmawi pesan más de cinco acusaciones entre las que se encuentran la pertenencia a organización ilegal y el desvío de fondos de la cooperación al Frente Popular para la Liberación de Palestina, una de las principales organizaciones históricas de la izquierda palestina. Tales acusaciones tienen muy poca verosimilitud habida cuenta de los férreos controles a los que están sometidas las subvenciones públicas a la cooperación, lo cual no es un obstáculo para que el régimen de Tel Aviv continúe con este castigo ejemplarizante contra esta cooperante.

El encarcelamiento de Rishmawi, si bien sigue los mismos protocolos que se les aplican al resto de presas y presos palestinos, cobra especial relevancia al tratarse de una ciudadana europea y un referente para todo el movimiento de solidaridad con Palestina, especialmente en el estado español, y en Euskal Herria, donde ha colaborado coordinando la labor de multitud de brigadas internacionalistas y ha dado periódicamente testimonio de la realidad palestina a través de los micrófonos de Hala Bedi.

La situación de Rishmawi se hace cada vez más delicada a medida que su encarcelamiento se prolonga en el tiempo, dada su edad y delicado estado de salud. Por ello, y dados los elevadísimos costes a los que las palestinas deben de hacer frente para contar con asistencia legal dentro del entramado de la jurisdicción militar israelí, su familia ha puesto en marcha una campaña de recogida de aportaciones económicas: www.kukumiku.com/proyectos/libertad-para-juana-ruiz/

Desde el movimiento de solidaridad con Palestina en Gasteiz y desde Hala Bedi Irratia os animamos a que aportéis en la medida de vuestras posibilidades. El arresto de Juani y sus compañeras supone un intento de desmantelar el movimiento de izquierdas en Palestina y de amenazar a la comunidad solidaria a nivel internacional. Del desenlace de su caso depende en gran medida el futuro de la solidaridad con Palestina. Queremos a Juani libre en las calles de Palestina y en las ondas de Hala Bedi. Juani askatu!!!