Varias vecinas del Casco Viejo quieren dar una respuesta a la necesidad de la vivienda y poner en marcha un nuevo proyecto de convivencia, basándose en el modelo de cesión de uso. Las experiencias de La Borda (Barcelona) o Abaraska (Donostia) han servido de referencia para poner en marcha la cooperativa Bizikoopon en Gasteiz.

Una de las asambleas de la cooperativa ‘La Borda’ en Barcelona

El Casco Viejo de Gasteiz puede presumir de tener un nuevo proyecto en marcha: Bizikoopon, una cooperativa que pretende dar una respuesta a la necesidad de la vivienda y desarrollar un proyecto de convivencia. Una cooperativa formada, en principio, por diferentes vecinas del mismo barrio y que tienen un especial arraigo a él.

Para poder llevar a cabo el proyecto, quieren poner en prática el modelo de cesión de uso, un modelo que hace de la cooperativa la máxima responsable de la construcción o de la rehabilitación del edificio. Además, será la propia cooperativa la única propietaria de las viviendas.

La idea del edificio ya la tienen desarrollada: espacios de uso compartido que van más allá de las actuales unidades de convivencia, propiciando de esta manera la vida comunitaria. Por lo tanto, las unidades de vivienda serán pequeñas y habrá espacios de uso común.

«Queremos aportar nuestro granito de en la construcción de la comunidad vecinal»

Para hacer posible este proyecto, la cooperativa de vivienda garantizará el derecho al uso de la vivienda a la vez que impedirá hacer negocio con ella. Cada una de las personas que pase a formar parte de la cooperativa aportará una cantidad de dinero inicial para formar parte de la cooperativa y una cuota mensual por el uso de la vivienda. «Queremos fomentar el valor de uso frente al valor del cambio», explican.

Estas viviendas, por lo tanto, no se podrán ni comprar ni vender: serán propiedad de la cooperativa. Este es, de forma resumida, el modelo de cesión de uso.

Una apuesta por la propiedad colectiva

En la medida de lo posible, otro de los objetivos de quienes forman esta cooperativa será «aportar nuestro granito de en la construcción de la comunidad vecinal», ya que quieren tener en cuenta las características y problemáticas del barrio.

A través de la cooperativa, tienen la intención de fomentar el valor de uso frente al valor de cambio, haciendo una apuesto en favor de la propiedad colectiva. No es para menos, ya que la gestión de la vivienda y de los espacios comunes queda en manos de la cooperativa, que es una entidad sin ánimo de lucro y tiene un fin social.

Abaraska proiektuaren asanblada, Donostian

Otros ejemplo como referencia

Aunque este proyecto sea una novedad en Gasteiz, es un modelo que ya ha calado en otros paises como Uruguay o Dinamarca. Han querido tomar estos proyectos como referencia, pero también experiencias más cercanas como Abaraska, en Donostia.

Uno de los proyectos más conocidos es el situado en el barrio de Sants, en Barcelona. Se trata de La Borda, otra cooperativa de vivienda basada en el modelo de cesión de uso que se puso en marcha en el año 2014 con la ayuda de otras cooperativas situadas en el mimso barrio, como puede ser la cooperativa de crédito Coop 57.

«Nos parece importante compartir de manera pública el propio proceso: conocer el recorrido de otras cooperativas nos ha sido de gran ayuda»

«Nos parece importante compartir de manera pública el propio proceso por diferentes razones» y es por ello por lo que las últimas semanas han estado en contacto con diferentes colectivos del Casco Viejo gasteiztarra explicándoles sus intenciones y el propio proyecto. Y es que, para las compañeras que ya son parte de Bizikoopon «conocer el recorrido de otras cooperativas nos ha sido de gran ayuda».

Por otra parte, consideran que «la difusión del modelo podría servir como un freno a la especulación. Con esta forma de organizarse se sale de la lógica de la economía tradicional promoviendo otro tipo de valores».

Además de ello, han anunciado una presentación pública para los próximos días: será el 7 de noviembre a las 19:00 horas en la sociedad Errexala (Calle Cuchillería, 62).