Alfredo De Miguel ha sido considerado por la fiscalía «el líder de una trama organizada delicitiva» que cobraba comisiones ilegales. La defensa de los acusados sostiene que no se tendría que celebrar juicio oral.

El jueves 18 de enero ha sido el turno de la fiscalía en el juicio más grande de Araba contra la corrupción, el conocido como ‘Caso De Miguel’. Tenía que desmontar los argumentos de los abogados que piden, incluso, que no se abra juicio oral. Enfrente, un banquillo de los acusados completo de algunos antiguos altos cargos del PNV de Araba.

El jefe del Ministerio Público de Araba ha sostenido que la actuación de los acusado y de sus máximos responsables estaban amparada el poder establecido, más conocido como establishment. Se acusa a los sentados en el banquillo de no trasladar estas situaciones irregulares a la Justicia, lo cuál deberían haber hecho al ser unos funcionarios públicos. 

Alfredo De Miguel es considerado por la fiscalía «el líder de una “ama organizada delicitiva” que cobraba comisiones ilegales. Además, ha remarcado como graves las actuaciones en general: «Las comisiones no se reclamaban en un callejón oscuro; se hacía desde correos oficiales de la Diputación Foral de Araba“.

En relación al PNV, ha querido remarcar que los acusados no eran personas aisladas, sino que se encontraban «amparadas por todo el establishment».

«El señor De Miguel consigue que le hagan gratis unas obras en su domicilio», ha afirmado la fiscalía refiriéndose a un inmueble reformado por el Prudencio Hierro. Hierro, pudo ser uno de los adjudicatarios de contratos que ahora se encuentran bajo sospecha.

Todos los nombres de los acusados, peticiones y cargos aquí. A De Miguel, en concreto, se le acusa de 21 delitos: cohecho, tráfico de influencias, blanqueo de capitales, malversación de caudales públicos o falsificación de documentos mercantiles.