¿La crema hidratante más barata es la mejor opción?
Hoy en la sección científica hablamos con Deborah Bello, Licenciada en Química, realizando el doctorado en Química en la Universidad de A Coruña sobre Divulgación científica a través de la relación entre la ciencia y el arte contemporáneo. Divulgadora científica. Autora de Todo es cuestión de química (Ed. Paidós, 2016). Profesora de ciencias en secundaria y ciclos formativos.
Os dejamos con el artículo sobre las cremas hidratantes publicado en su blog
Cada cierto tiempo se publican noticias que cuestionan la eficacia de los cosméticos. Ayer llegaba a la prensa el resultado de un estudio de la OCU sobre cremas hidratantes para la cara. La conclusión fue que la mejor crema hidratante del mercado es, sorprendentemente, la más barata.
Las preguntas que nos asaltan son ¿Funcionan las cremas hidratantes? ¿Está justificada la diferencia de precios? Las respuestas, a continuación.
¿CÓMO FUNCIONAN LAS CREMAS HIDRATANTES?
Nuestra piel está formada por tres capas: epidermis, dermis e hipodermis. Las cremas hidratantes sólo actúan sobre la capa más superficial, la epidermis. La parte más superficial de la epidermis, el estrato córneo, está formado por unas células denominadas corneocitos. En la imagen superior se corresponden con las células naranjas aplanadas. Estas células son el resultado de la transformación de células vivas en células estructurales. Este proceso de transformación se denomina queratinización, ya que los orgánulos de estas células se disuelven y su interior queda lleno de queratina.
Durante el proceso de queratinización, las células exudan parte de las sustancias que dan lugar a la película hidrolipídica, que en la imagen se corresponden con las bolas azules de la superficie. Esta película contiene, entre otras, aminoácidos, sebo, agua y ácido láctico, que confieren elasticidad, acidez y protección frente a las agresiones bacterianas.
El agua que llega hasta la superficie de la piel proviene del interior, de la dermis, y se va perdiendo por evaporación hacia el exterior. El proceso inverso no sucede, el agua no penetra más allá de la dermis. Las cremas hidratantes no aportan agua, sino que evitan que la piel la pierda. La pérdida excesiva de agua causa envejecimiento prematuro, pérdida de suavidad, firmeza y resistencia frente a agresiones ambientales, etc.
Los principales grupos de sustancias que ha de tener una crema hidratante son los emolientes, oclusivos y humectantes.
Los emolientes rellenan los intersticios entre los corneocitos, aportando flexibilidad y suavidad.
Los oclusivos forman una barrera impermeable sobre la piel que evita la evaporación de agua y dan sensación de tersura.
Los humectantes son sustancias que captan el agua ambiental, son altamente higroscópicas, y actúan impidiendo la pérdida de agua de la piel. La investigación y el desarrollo de cosméticos ha puesto el foco especialmente en esta familia de sustancias, ya que las moléculas más novedosas son las que permiten mantener la hidratación de la piel durante más horas y no dan problemas de oclusión en pieles grasas.
Las sustancias hidratantes más punteras de la actualidad son los hialuronatos. Los hialuronatos son derivados del ácido hialurónico, capaces de captar 1000 veces su masa en agua. La capacidad de penetración en la piel y por tanto su efecto de relleno es limitado, pero existen fórmulas innovadoras denominadas comercialmente hialuronatos hidrolizados o fragmentados, capaces de difundir hasta la dermis.
La crema que encabeza el ranquin no contiene este tipo de sustancias humectantes innovadoras, sino que se basa esencialmente en oclusivos, como derivados de la silicona y emolientes sencillos como la glicerina, que es el ingrediente principal.
¿A QUÉ SE DEBE LA DIFERENCIA DE PRECIOS?
En la imagen superior aparecen representados los principales parámetros que influyen en el precio final de un producto cosmético.
Algunos de esos parámetros no mantienen relación con la funcionalidad del producto, sino que hacen referencia a la necesaria inversión en servicios, marketing y formación científica de proveedores. Una forma de abaratar costes es minimizar o prescindir de la plantilla de trabajadores que se dedicaría a estas funciones. Como ejemplo de estas prácticas tenemos a la crema de marca blanca que salió mejor posicionada en el ranquin de la OCU, ya que sólo se vende en una gran superficie, sin personal con formación científica encargado de aconsejar al cliente, sin invertir en posicionamiento en punto de venta o publicidad en medios de comunicación. En este caso el ranquin de la OCU les ha servido como campaña publicitaria gratuita. No es la primera vez que la OCU pone en la cabeza de la clasificación a esta compañía y a este tipo de productos cosméticos de bajo coste.
Los otros parámetros atienden directamente a la funcionalidad del producto, es decir, a aspectos científicos relacionados con la investigación, el desarrollo y la calidad de la materia prima.
El desarrollo de un nuevo cosmético necesita entre dos y ocho años desde que se empieza a investigar hasta que llega al punto de venta. En ese largo proceso se busca no sólo la efectividad de las nuevas moléculas, sino su seguridad y tolerancia. Las grandes compañías del sector cosmético invierten cientos de millones de euros anuales en investigación y cuentan con miles de investigadores en plantilla.
Otro ejemplo esclarecedor lo encontramos en las patentes. Cada nueva molécula que se desarrolla en un laboratorio cosmético se registra por 5 años, renovables hasta un máximo de 25. Patentar una molécula en la Unión Europea cuesta alrededor de 35.000 €. Aunque pueda parecernos un precio elevado, la inversión más fuerte no está en la propia patente, sino en todo lo invertido hasta llegar a una molécula que se quisiera proteger con una patente.
Una vez caducada la patente, la molécula puede ser empleada por cualquier fabricante, con lo que el conocimiento y el avance científico se democratiza en pocos años.
Una forma efectiva de reducir costes es formular la crema con sustancias libres de patentes, menos innovadoras y, en consecuencia, menos funcionales. La crema que encabeza el ranquin está formulada con ingredientes baratos y libres de patentes.
La forma más efectiva de reducir costes y que por tanto la crema sea de las más baratas del mercado es: no invertir en investigación y desarrollo, no invertir en científicos, no invertir en ciencia.
¿Quieres apoyar a Hala Bedi?
En Hala Bedi construimos un proyecto comunicativo libre, comunitario y transformador. En el día a día, cientos de personas participamos en este proyecto, observando la realidad que nos afecta y tratando de transformarla junto a los movimientos populares.
Nuestros contenidos son libres porque nadie nos dicta qué podemos publicar y qué no. Y porque difundimos estos contenidos de forma libre y gratuita, con el objetivo de difundir, compartir y transformar.
Sin halabelarris, las socias y socios que apoyan económicamente a Hala Bedi, esto no sería posible. ¡Hazte halabelarri y apoya a Hala Bedi!