«Verano 2017»-Bego Oleaga-
Ha llegado septiembre y en Gasteiz parece que empezamos a desentumecernos y que poco a poco volvemos a revivir al aletargamiento veraniego. También el espacio de la “La Escotilla” de Hala Bedi nos invita a participar.
El verano de este año ha sido para mí diferente a otros más cercanos. Bastante… no sé cómo definirlo. ¿Emocionante? Porque debido a diferentes circunstancias y momentos que he vivido con intensidad, sentimientos y emociones se agolpaban en mi cerebro con velocidad y fuerza. Emoción, camaradería, alegría, rabia, impotencia, preocupación, empatía, miedo, ternura, aprendizaje de la solidaridad… en fin, un cúmulo de emociones intensas a las que poco a poco he tenido que ir buscando un hueco en mi interior para transformarlas en emociones y sentimientos positivos; en instrumentos que me proporcionen ilusión y energía para enfrentarme a este descomunal desorden social.
En el mes de Julio participé en la Caravana Abriendo Fronteras-Mugak Zabalduz. Alrededor de 500 mujeres y hombres de diferentes puntos de la Península, tomamos parte en ella para denunciar las políticas europeas, la existencia y condiciones de los CIES, esas cárceles camufladas, en los que se retiene a las personas emigrantes, la militarización y cierre de fronteras, en especial las altamente militarizadas de Ceuta y Melilla, ciudad en la que se centró el grueso de las actividades de denuncia de la Caravana.
MELILLA: conmoción, rabia, vergüenza, preguntas. Por las omnipresentes vallas y cuchillas; por la situación del centenar de menores que deambulan por la ciudad, viviendo en condiciones infrahumanas, a la espera de poder saltar hacia la Península y hacia la enriquecida Europa; por los cientos de menores que se albergan en los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes protagonistas de largas y duras travesías inimaginables para nosotras. Por las mujeres porteadoras que en las fronteras de Ceuta y Melilla son explotadas y maltratadas como esclavas… conmoción, rabia, vergüenza , ternura, interrogantes…POR LA CRUEL MANIFESTACIÓN Y CONSECUENCIAS DE LAS DESIGUALDADES SOCIALES.
MELILLA: conocimiento, aprendizaje de la solidaridad, admiración, agradecimiento y respeto hacia las asociaciones que en un entorno, mayoritariamente hostil, llevan años recibiendo y atendiendo a pie de calle a las personas que llegan, defendiendo e informando sobre las situaciones de vulneración de Derechos Humanos que sufren esas personas; compromiso por el que constantemente son criminalizadas y perseguidas.
MELILLA: Empatía, complicidad, sonrisas, y colaboración de algunas personas autóctonas que se sumaban a nuestras marchas por la ciudad y que se acercaban para charlar con nosotras.
MELILLA: Omnipresente presencia policial; cuidadores de este Orden Mundial del que nos beneficiamos nos guste más o menos reconocerlo.
MELILLA: Caleidoscopio, de las consecuencias del brutal expolio de recursos a los pueblos, de la guerras y de la industria armamentística.
MELILLA DE LAS 4 CULTURAS: CRISTIANA, MUSULMANA, HEBREA e HINDU que, según me comentó una mujer autóctona, históricamente gozaron de relaciones armónicas hasta la construcción de las vallas fronterizas en 1998. A partir de esa fecha el deterioro en las relaciones es notorio.
MELILLA: magnífica arquitectura modernista de principios del S.XX de la que apenas pude disfrutar, ni tuve oportunidad de acercarme a la Melilla antigua, ni callejear por sus barrios.
LLEGÓ LA DESPEDIDA DE MELILLA con todo el cúmulo de sentimientos encontrados. El hasta siempre y el recuerdo cariñoso con quienes compartimos esos días.
La población de NIJAR en Almería sería la última parada de la Caravana.
Algunas asociaciones de Nijar organizaron una mesa redonda en el Polideportivo. Personas extranjeras, fundamentalmente mujeres, compartieron con nosotras sus graves problemas relacionados con la vivienda, con la situación laboral en los invernaderos agudizados, más si cabe, en el caso de las mujeres.
ASENTAMIENTOS DE NIJAR. Chabolas construidas con plástico y madera. Trabajo en condiciones de esclavitud. Hombres que hace años llegaron de Mali, Costa de Marfil, Mauritania… Invernaderos que son la despensa de Europa. Una pintada resumía la situación con toda su crudeza. Decía así “SOBREVIVI EN EL MAR PERO ME MUERO POCO A POCO EN ALMERIA”.
DE VUELTA la comodidad y la abundancia de GASTEIZ; ciudad que también oculta muchas Melillas.
El 28 de agosto nos enteramos que: Touria Baqali y Karima Rmili, dos mujeres porteadoras marroquíes murieron en una avalancha en el paso fronterizo de Tarajal en Ceuta.El 31 de agosto. Siete mujeres murieron en el mar por una ‘devolución en caliente’ ejecutada por la Guardia Civil cuando intentaban llegar en patera a Melilla, según la ONG Caminando Fronteras. El accidente se produjo cuando una patera, que trasladaba a 45 personas, llegó a aguas españolas y la Guardia Civil les bloqueó el paso.
Estas muertes y cuanto pudimos conocer en Melilla quedarían ocultas e impunes si no existieran asociaciones comprometidas en su visibilización, difusión, denuncia y exigencia de responsabilidades. Asociaciones que, sobre todo, dignifican a las personas más vulnerables porque reivindican derechos y justicia.
Y sin acabar de ordenar esta mochila cargada de sentimientos y emociones, me reafirmo en la necesidad de organizarnos, de reforzar los movimientos sociales y de implicarnos activa y socialmente, porque como decía Benedetti “En la calle codo a codo, somos mucho más que dos”
Para concluir: El próximo lunes, 25 de septiembre, tendrá lugar una concentración ante los juzgados de Gasteiz a cuenta de una denuncia presentada ante el Contencioso-Administrativo contra las malas prácticas de Lanbide que ha sufrido un trabajador autónomo de Baracaldo-Vizcaya a la que estáis invitadas.
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