Archivado: ¿Alguien va a exigir condenas al PP de los crimenes del franquismo alguna vez de forma mantenida?
Desde REBELIÓN.ORG Carlos Tena ,pone encima de la mesa las relaciones de Soraya de Santamaría , importante dirigente del PP jamás ha condenado la dictadura de Franco ni sus crímenes pero exige que la presidenta del tribunal constitucional explique porque su marido fue criado por una señora, que su hijo llegó a ser parlamentario del parlamento vasco, el Sr . Landa.
Soraya no se haya ido a Irán para no volver, donde con ese nombre
hubiera hecho carrera entre los pro americanos de la zona. Me refiero a
una hija pepera de José Antonio Sáenz de Santa María (Gijón, 1919 –
Madrid 2003), militar español que desarrolló encantado toda su carrera
sirviendo a la dictadura franquista.
El papá de Soraya, hijo y
nieto de una familia típica de la burguesía asturiana, que por si fuera
poco se decidió muy joven a entrar en la comunidad falangista, para
luego alistarse como voluntario en 1936, al lado de los rebeldes del
general Franco, siempre anduvo dispuesto a matar rojos al precio que
fuera, escapando de la noble Asturias gracias al dinero entregado a
mercenarios joseantonianos para que le pasaran a la “liberada Galicia”,
donde los fusilamientos en masa ya había hecho célebre al Caudillo y su
alzamiento nacional.
Su indudable arrojo como soldado en las
batallas de Somosierra y del Ebro le hicieron acreedor de varias
medallas, y al terminar la asonada franquista lucharía, como
comandante, en la coordinación de las fuerzas implicadas en la
represión y exterminio del heroico maquis.
Para ello creó una
red de colaboradores y confidentes, logrando la eliminación de la
guerrilla tras varias operaciones, aunque su éxito siempre se achacó a
la información obtenida bajo torturas.
En septiembre de 1971,
siendo coronel, se hizo cargo de la Jefatura de Estado Mayor de la
Guardia Civil con el cometido de luchar contra ETA, siendo ascendido a
general en 1975.
En ese puesto, Sáenz de Santa María asumió
los preparativos en la ejecución por fusilamiento de cinco jóvenes
antifascistas, miembros de ETA y el FRAP, que fueron salvajemente
asesinados. el 27 de septiembre de 1975, tras un Consejo de Guerra en
el que ninguno tuvo las mínimas garantías jurídicas y procesales.
Tras
la muerte de Franco, el papá de Soraya, apoyó a las mesnadas conocidas
como los Guerrilleros de Cristo Rey, al Batallón Vasco Español, la ATE,
Triple A, etc., con implicación no sólo de los servicios secretos SECED
(Servicio Central de Documentación), sino de altos cargos del aparato
del Estado, como el Señor X, personaje clave en la trama de decenas de
crímenes, asaltos, secuestros y robos que se cometieron en aquella
época.
Bajo el palio del PSOE, Sáez de Santamaría regresó a la
Guardia Civil, esta vez como Director General. Fue cuando convivió con
los atentados de los GAL, y antes de su muerte reconoció la
participación en ellos, directa e indirecta, del Ministerio del
Interior y la Guardia Civil.
El papá de Soraya, además, fue
quien entrego el cargo que detentaba al hoy delincuente Luís Roldán,
recluso al que se aplicó el régimen de tercer y segundo grado desde
2005, habiendo sido condenado por malversación, cohecho, fraude fiscal
y estafa, a 31 años de prisión en 1995.
Ese mismo año 95, el
papá de Soraya fue convocado por el Senado, para una comparecencia
sobre el GAL, para que explicara dichas actividades durante los años en
los que estuvo al frente de la Guardia Civil (Felipe González era
presidente), pero el PP exigió que ésta fuera a puerta cerrada, como lo
había sido para otros comparecientes, y para que declarase no sólo
sobre aquellos hechos, sino también de épocas anteriores. José María
Aznar, sin embargo, aconsejó que la vista fuera suspendida y nunca se
realizó con posterioridad.
Un año más tarde, el papá de Soraya
fue inculpado por el juez Garzón en el Sumario Oñaederra (relativo a
los primeros asesinatos del GAL entre 1983 y 1984), junto a los
generales Rodríguez Galindo y Cassinello, aunque fue absuelto de los
cargos imputados, lo que provocó airadas protestas de sus dos
compañeros de armas.
Hoy, Soraya, hija de aquel demócrata y
militar, se permite el lujo de exigir a la Presidenta del Tribunal
Constitucional para que explique por qué el esposo de esta, fue criado
por una niñera, cuyo hijo Karmelo (Landa) llegaría a convertirse en
parlamentario vasco.
Semejante ignominia no es siquiera
lamentable, sino que nos lleva a la pregunta: ¿No es más lógico que
esta singular diputada pepera explicara públicamente, qué sabe de los
secretos del terrorismo de Estado que su papá se llevó a la tumba? Y
ya, puestos en eso, ¿por qué ni ella, ni su partido, se niegan a
condenar el franquismo, régimen político responsable de miles de
crímenes contra la Humanidad, aún impunes?
Y no lo hace, sencillamente porque el Rey y sus colegas socialistas del hemiciclo, en el fondo, la apoyan encantados.
Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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