Haití la que fué perla del caribe …
Hay resumen de noticias que SE OPONEN A LA VERSIÓN OFICIAL CON VARIAS FUENTES :
Panama profundo .org la web de caritas e Iglesias de base de panamá
El comandande Fidel ha escrito :
La lección de Haití
noche en Haití por su ubicación geográfica, las emisoras de televisión
comenzaron a divulgar noticias de que un violento terremoto, con
magnitud de 7,3 en la escala Richter, había golpeado severamente a
Puerto Príncipe. El fenómeno sísmico se había originado en una falla
tectónica ubicada en el mar, a sólo 15 kilómetros de la capital
haitiana, una ciudad donde el 80% de la población habita casas endebles
construidas con adobe y barro
interrupción durante horas. No había imágenes, pero se afirmaba que
muchos edificios públicos, hospitales, escuelas e instalaciones de
construcción más sólida se reportaban colapsadas. He leído que un
terremoto de magnitud 7,3 equivale a la energía liberada por una
explosión igual a 400 mil toneladas de TNT.
Descripciones trágicas eran transmitidas. Los heridos en las calles
reclamaban a gritos auxilios médicos, rodeados de ruinas con familias
sepultadas. Nadie, sin embargo, había podido transmitir imagen alguna
durante muchas horas.
La noticia nos tomó a todos por sorpresa. Muchos escuchábamos con
frecuencia informaciones sobre huracanes y grandes inundaciones en
Haití, pero ignorábamos que el vecino país corría riesgo de un gran
terremoto. Salió a relucir esta vez que hace 200 años se había
producido un gran sismo en esa ciudad, que seguramente tendría unos
pocos miles de habitantes.
A las 12 de la noche no se mencionaba todavía una cifra aproximada
de víctimas. Altos jefes de Naciones Unidas y varios Jefes de Gobierno
hablaban de los conmovedores sucesos y anunciaban el envío de brigadas
de socorro. Como hay desplegadas allí tropas de la MINUSTAH, fuerzas de
Naciones Unidas de diversos países, algunos ministros de defensa
hablaban de posibles bajas entre su personal.
Fue realmente en la mañana de ayer miércoles cuando comenzaron a
llegar tristes noticias sobre enormes bajas humanas en la población, e
incluso instituciones como Naciones Unidas mencionaban que algunas de
sus edificaciones en ese país habían colapsado, una palabra que no dice
nada de por sí o podía significar mucho.
Durante horas ininterrumpidas continuaron llegando noticias cada
vez más traumáticas de la situación en ese hermano país. Se discutían
cifras de víctimas mortales que fluctúan, según versiones, entre 30 mil
y 100 mil. Las imágenes son desoladoras; es evidente que el desastroso
acontecimiento ha recibido amplia divulgación mundial, y muchos
gobiernos, sinceramente conmovidos, realizan esfuerzos por cooperar en
la medida de sus recursos.
La tragedia conmueve de buena fe a gran número de personas, en
especial las de carácter natural. Pero tal vez muy pocos se detienen a
pensar por qué Haití es un país tan pobre. ¿Por qué su población
depende casi en un 50 por ciento de las remesas familiares que se
reciben del exterior? ¿Por qué no analizar también las realidades que
conducen a la situación actual de Haití y sus enormes sufrimientos?
Lo más curioso de esta historia es que nadie pronuncia una palabra
para recordar que Haití fue el primer país en que 400 mil africanos
esclavizados y traficados por los europeos se sublevaron contra 30 mil
dueños blancos de plantaciones de caña y café, llevando a cabo la
primera gran revolución social en nuestro hemisferio. Páginas de
insuperable gloria se escribieron allí. El más eminente general de
Napoleón fue derrotado. Haití es producto neto del colonialismo y el
imperialismo, de más de un siglo de empleo de sus recursos humanos en
los trabajos más duros, de las intervenciones militares y la extracción
de sus riquezas.
Este olvido histórico no sería tan grave como el hecho real de que
Haití constituye una vergüenza de nuestra época, en un mundo donde
prevalecen la explotación y el saqueo de la inmensa mayoría de los
habitantes del planeta.
Miles de millones de personas en América Latina, África y Asia
sufren de carencias similares, aunque tal vez no todas en una
proporción tan alta como Haití.
Situaciones como la de ese país no debieran existir en ningún lugar
de la Tierra, donde abundan decenas de miles de ciudades y poblados en
condiciones similares y a veces peores, en virtud de un orden económico
y político internacional injusto impuesto al mundo. A la población
mundial no la amenazan únicamente catástrofes naturales como la de
Haití, que es sólo una pálida sombra de lo que puede ocurrir en el
planeta con el cambio climático, que fue realmente objeto de burla,
escarnio y engaño en Copenhague.
Es justo expresar a todos los países e instituciones que han
perdido algunos ciudadanos o miembros con motivo de la catástrofe
natural en Haití: no dudamos que realizarán en este instante el mayor
esfuerzo por salvar vidas humanas y aliviar el dolor de ese sufrido
pueblo. No podemos culparlos del fenómeno natural que ha tenido lugar
allí, aunque estemos en desacuerdo con la política seguida con Haití.
No puedo dejar de expresar la opinión de que es hora ya de buscar soluciones reales y verdaderas para ese hermano pueblo.
En el campo de la salud y otras áreas, Cuba, a pesar de ser un país
pobre y bloqueado, desde hace años viene cooperando con el pueblo
haitiano. Alrededor de 400 médicos y especialistas de la salud prestan
cooperación gratuita al pueblo haitiano. En 227 de las 237 comunas del
país laboran todos los días nuestros médicos. Por otro lado, no menos
de 400 jóvenes haitianos se han formado como médicos en nuestra Patria.
Trabajarán ahora con el refuerzo que viajó ayer para salvar vidas en
esta crítica situación. Pueden movilizarse, por lo tanto, sin especial
esfuerzo, hasta mil médicos y especialistas de la salud que ya están
casi todos allí y dispuestos a cooperar con cualquier otro Estado que
desee salvar vidas haitianas y rehabilitar heridos.
Otro elevado número de jóvenes haitianos cursan esos estudios de medicina en Cuba.
También cooperamos con el pueblo haitiano en otras esferas que
están a nuestro alcance. No habrá, sin embargo, ninguna otra forma de
cooperación digna de calificarse así, que la de luchar en el campo de
las ideas y la acción política para poner fin a la tragedia sin límite
que sufren un gran número de naciones como Haití.
La jefa de nuestra brigada médica informó: “la situación es
difícil, pero hemos comenzado ya a salvar vidas”. Lo hizo a través de
un escueto mensaje horas después de su llegada ayer a Puerto Príncipe
con refuerzos médicos adicionales.
Tarde en la noche comunicó que los médicos cubanos y los haitianos
graduados de la ELAM se estaban desplegando en el país. Habían atendido
ya en Puerto Príncipe más de mil pacientes, poniendo a funcionar con
urgencia un hospital que no había colapsado y utilizando casas de
campaña donde era necesario. Se preparaban para instalar rápidamente
otros centros de atención urgente.
¡Sentimos un sano orgullo por la cooperación que, en estos
instantes trágicos, los médicos cubanos y los jóvenes médicos haitianos
formados en Cuba están prestando a sus hermanos de Haití!
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