‘Glovo’ desembarca en Gasteiz, las pésimas condiciones laborales también
Es cada vez más habitual observar en Gasteiz empresas como ‘Glovo’ o ‘Just Eat’, empresas que funcionan mediante apps y te envían a casa el pedido en bicicleta en un tiempo record. Todo es bonito hasta que se conoce la realidad de las personas empleadas: falsos autónomos, sobre los cuatro euros el pedido… Son solo unos de los ejemplos que analizamos en este artículo.
La empresa ‘Glovo’ ha desembarcado en Gasteiz. Una empresa más, al igual que puede ser ‘Just Eat’ o ‘Deliveroo’, encargadas ambas de envíos de paquetes o comida a domicilios. Algo, conocido en Estados Unidos como gig economy, que se podría traducir como economía de los pequeños encargos. Empresas que funcionan, normalmente, a través de apps y con estructuras laborales precarias para las repartidoras.
Condiciones lamentables, con unos mínimos que cumplir, son solo una pequeña parte de la precariedad de las empleadas. Gente que intenta vivir como autónoma llevándose una media de cuatro euros y 20 céntimos por pedido. Este es el ejemplo que empleados han denunciado en reiteradas ocasiones en la aplicación ‘Deliveroo’. La compañía anuncia las franjas horarias donde se pueden apuntar los repartidores cada semana. El hecho de que se hayan apuntado no quiere decir que tengan que repartir porque hasta el último momento pueden decidir.
Esta misma empresa, por ejemplo, publica los turnos online los lunes. A partir de ahí, todos los repartidores se lanzan a por ellos. Hay turnos de media hora pero también de tres horas, cada uno elige el que prefiere. El tiempo y la valoración de cada repartidor influye también en el reparto: son monitorizados por GPS y los tiempos cuentan.
En caso de no poder hacer un turno, puedes «soltarlo» y que lo coja otro compañero. Eso sí, hasta que alguien no lo coja te sigue correspondiendo a ti. Los trabajadores al ser autónomos tienen que poner sus medios de transporte, en este caso la bicicleta, por lo que si se estropea el arreglo corre de su cuenta.
Una investigación del centro de estudios Brookings en Washington señala que las empresas que se denominan «sin empleados» han ido aumentando su importancia hasta suponer 24 millones de prestadores de servicios (los repartidores o similares) en 2014, frente a los 15 millones de 1997. Unas cifras que se pueden comparar con los 145 millones de asalariados que había en el país en 2014 frente a los 129 millones de 1997.
Falsos autónomos
Unas condiciones laborales inestables, con ingresos irregulares y en los que muchos señalan que es complicado llegar a un sueldo. Esa es la realidad. Las compañías rechazan tener relación de asalariados con ellos y venden estos puestos de trabajo como positivos por su flexibilidad a la par que facilitan el acceso a una manera de tener ingresos que puede ser complementaria a otra actividad.
El caso donde la polémica ha sido más evidente ha sido con Uber, donde un tribunal de Londres condenó a la empresa a reconocer a varios conductores como empleados de la compañía con todos sus derechos, como vacaciones pagadas, descansos o salario mínimo. El argumento era, «si los tribunales han determinado si un trabajador es o no asalariado basándose en si la empresa dictaba instrucciones: si lo hace, sí existe una relación laboral». Así de simple. Se trata, por lo tanto, de falsos autónomos.
Según ha informado Gasteiz Hoy, varios de los negocios han sido incluidos en Glovo sin autorización previa por parte de los hosteleros. En el caso de ‘Just Eat’, sin embargo, son los propios restaurantes los que gestionan las condiciones de las personas empleadas.
¿Quieres apoyar a Hala Bedi?
En Hala Bedi construimos un proyecto comunicativo libre, comunitario y transformador. En el día a día, cientos de personas participamos en este proyecto, observando la realidad que nos afecta y tratando de transformarla junto a los movimientos populares.
Nuestros contenidos son libres porque nadie nos dicta qué podemos publicar y qué no. Y porque difundimos estos contenidos de forma libre y gratuita, con el objetivo de difundir, compartir y transformar.
Sin halabelarris, las socias y socios que apoyan económicamente a Hala Bedi, esto no sería posible. ¡Hazte halabelarri y apoya a Hala Bedi!