El Ayuntamiento no cumple su palabra: los rocódromos seguirán cerrados en 2019
«El servicio de rocódromos volverá a funcionar a pleno rendimiento en uno de enero, tras la aprobación del nuevo pliego», afirmó el Ayuntamiento de Gasteiz hace dos meses. A pocos días de que comience 2019, el concurso para gestionar los espacios de Hegoalde, Ariznabarra y Salburua ha vuelto a quedar desierto y los rocódromos seguirán cerrados como lo llevan desde 2019.
El servicio de rocódromos volverá a funcionar a pleno rendimiento el uno de enero, tras la aprobación del nuevo pliego. Así de contundente se pronunció el pasado 29 de octubre el Ayuntamiento de Gasteiz el pasado 29 de octubre. Menos de dos meses después y a 10 días de 2019, el Ayuntamiento no ha cumplido su palabra: seguirán cerrado como lo llevan desde el pasado mes de agosto. La razón: el concurso para gestionar los espacios de Hegoalde, Ariznabarra y Salburua ha vuelto a quedar desierto.
Desde Eskalatzaileak Sutan! han querido pronunciarse al respecto: «Vuestra palabra no vale nada, Gorka Urtaran eta Estíbaliz Canto: inork ez ditu zuen apurrak nahi!! Kalitatezko kirol zerbitzu publikoen alde!!», han expresado en las redes sociales.
A principios de agosto, se confirmaba que la adjudicación del servicio había quedado desierta y que, a consecuencia de ello, el Ayuntamiento de Gasteiz había decidido la suspensión temporal del servicio. “El deporte de la escalada puede que no sea el más mayoritario en nuestra ciudad, pero el compromiso históricamente adquirido por el Ayuntamiento ha sido muy grande y, año tras a año, la ciudadanía se ha ido familiarizando con su práctica”, denuncia el sindicato ESK.
Usuarias sin rocódromos; plantilla sin trabajo
La gestión de los rocódromos municipales de Gasteiz se adjudica periódicamente a empresas privadas. Sin embargo, en la última de estas licitaciones solo se presentó una empresa, la cooperativa Arabako Rokodromoen Teknikariak (A.R.T), que habría solicitado más dinero del que el Ayuntamiento destina habitualmente a este sector, con el objetivo de “mantener la calidad del servicio” ante la próxima apertura de un nuevo rocódromo en Salburua.
Como consecuencia de ello, la adjudicación quedaba desierta, es decir, no se adjudicó a ninguna empresa. Y, por ello, el consistorio ha decidido cerrar los rocódromos municipales, que llevan años prestando sus servicios en diferentes centros cívicos de la capital alavesa.
“Usuarias sin rocódromos. Plantilla sin trabajo”. Es el resultado de esta decisión, según los propios trabajadores. La plantilla consiste en cuatro socios cooperativistas (que también trabajan en los rocódromos) y cinco trabajadores por cuenta ajena que realizan tareas de refuerzo, ya sea a jornada completa durante todo el curso o jornadas parciales más puntuales. Por otro lado, en el buzón ciudadano del Ayuntamiento ha recibido múltiples quejas por parte de los usuarios durante todo el verano.
Una historia truncada
El sindicato ESKasegura que este defecto en la gestión municipal “ha truncado esta historia deportiva superior a los 20 años”, con el problema añadido de una inversión de más de 130.000 euros en una instalación en Salburua que no puede ser utilizada. El sindicato ha responsabilizado directamente a la concejala de deportes, Estibaliz Canto, a quien ha instado a “hacer algo más que lamentar las molestias que se están ocasionando” y plantear una solución “responsable y eficaz” al problema.
“Se ha llegado a decir que iban a permitir el uso de la instalación de un deporte de riesgo sin supervisión técnica”, denuncian. Y han mostrado su preocupación ante la propuesta, que no sólo no resolvería el problema generado a la plantilla que habitualmente trabajaba en las instalaciones, sino que podría aumentar las tareas de otras personas trabajadoras de los centros cívicos “que no tienen una capacitación técnica suficiente”.
El rocódromo de Salburua, “muerto de la risa”
Una de las consecuencias directas de esta situación la sufre el rocódromo de Salburua. La apertura de este rocódromo, en el que las instituciones han invertido más de 130.000 euros, ya acumulaba meses de retraso: inicialmente debía inaugurarse en febrero de 2018, pero dicha fecha se acabó retrasando a septiembre.
Una vez llegado el mes de septiembre, la situación de impasse respecto a los rocódromos municipales no ha hecho sino agravar el asunto que, al menos por ahora, ha dejado el recinto de Salburua “a estrenar y muerto de la risa”, según palabras del sindicato ESK.
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