Eguzki llama a no bajar la guardia con Garoña hasta su «desmantelamiento seguro»
A juicio del colectivo ecologista y antinuclear Eguzki, el desmantelamiento de Garoña debe basarse en información clara y un proceso de transparencia de lo que se está proponiendo y haciendo pues los residuos radiactivos continúan allí y por tanto la peligrosidad sigue y debe primar la seguridad.
Tras décadas de trabajo y denuncia contra la energía nuclear y en particular contra Garoña este pasado jueves el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), anunció un “incumplimiento de las Especificaciones Técnicas de Funcionamiento en Parada (ETP)” en Garoña, “al no efectuar los requisitos de vigilancia requeridos previamente al movimiento de una carga superior a 816,5 kg por encima de la piscina de combustible gastado”
En primer lugar, esto demuestra que con la parada no han finalizado los riesgos, que persiste la falta de medidas de vigilancia, con responsables in vigilando y administraciones que omiten y minimizan estos incidentes, y que el proceso de desmantelamiento debe ser supervisado, seguro, público, transparente y completo.
A juicio del colectivo ecologista y antinuclear Eguzki, el desmantelamiento de Garoña debe basarse en información clara y un proceso de transparencia de lo que se está proponiendo y haciendo pues los residuos radiactivos continúan allí y por tanto la peligrosidad sigue y debe primar la seguridad.
Actualmente se ha presentado la fase 1 del desmantelamiento que debería ir acompañada de multitud de documentos, como son el Manual de protección radiológica durante las tareas de desmantelamiento; el Plan de gestión de residuos radiactivos y combustible gastado; el Plan de control de materiales desclasificables; el Plan de restauración; el estudio económico; o el estudio de Impacto Ambiental.
El proceso de desmantelamiento nuclear de la planta de Garoña requiere, a efectos legales, de la elaboración de un Plan de Desmantelamiento, elaborado y/o supervisado por una entidad pública reguladora.
El día 28 de diciembre de 2012 Garoña paró, se desconectó de la red eléctrica, extrajo el combustible gastado del núcleo y lo depositó en la piscina. Garoña cerró seis meses antes del fin de su licencia para no pagar impuesto Según recuerda la CNMC, en aquella fecha Nuclenor decidió sacar las barras de uranio del reactor y depositarlos en las piscinas de la planta para evitar pagar los nuevos impuestos energéticos que entrarían en vigor en breve, el 1 de enero de 2013.
Desde entonces, ya en situación de Garoña dispone de residuos radioactivos de alta actividad (combustible gastado) en la piscina (que se trasladarán a ese almacén a cielo abierto) y vertidos de efluente líquido radiactivo al rio Ebro. Las piscinas de combustible gastado se encuentran en el edificio del reactor, pero en una posición más elevada sobre la contención de la vasija y con un nivel de protección considerablemente inferior al del reactor.
Un informe del Consejo de Seguridad Nuclear -CSN- aseguró que la central de Garoña ha tenido tres accidentes entre el 20 de julio y el 17 de agosto del 2018, con caída de una cápsula de cesio 137 que se salió del envase de plomo, y un vertido de lodo radiactivo, que se volvió a verter quince días después.
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