Cruz de Olarizu: Sr. Alcalde, cuentenos la verdad a los vitorianos y vitorianas si no quiere que le crezca la nariz
Artículo de opinión sobre la Cruz de Olarizu escrito por Josemari López de Arbina, exconcejal del Ayuntamiento de Gasteiz.
Desde hace un par de años se vienen oyendo manifestaciones suyas en torno a la cruz de Olarizu de todo tipo, llegando a decir verdaderos dislates sobre su construcción así como el significado de la misma.
Ante tales aseveraciones, no me he podido contener y aprovechando este confinamiento obligado, he decidido dar mis opiniones acompañadas de datos recogidos de diferentes fuentes.
Refiriéndome en primer lugar a la construcción de la cruz, los tres precursores: Apraiz, Guereñu y Olazagoitia, en compañía de otros montañeros de la sociedad de montaña a la que pertenecían, entre los que estaba mi aita, ya habían levantado otras cruces en diferentes montes de Alava siguiendo la recomendación del Papa León XIII en el año jubilar de 1900 de que se erigiesen cruces en los montes. Como buenos católicos que eran, decidieron participar en la construcción de la cruz de Olarizu, sin conocer que la misma iba a tener otras connotaciones diferentes.
La cruz fue erigida para conmemorar la Santa Misión que se celebró en Vitoria durante el mes de noviembre de 1951.
De la Santa Misión sólo decir que se trataba de una celebración medieval, caída en desuso en el siglo XIX y recuperada por la iglesia franquista tras la Guerra Civil en el contexto de la ideología de la época, participando en su organización las autoridades civiles, religiosas y militares. (fuente: Ahaztuak).
El 26 de marzo de 1952 el Ayuntamiento Constitucional acuerda autorizar la construcción de la cruz.
Tres días después, el 29 de marzo de 1952, celebró sesión el Consejo Provincial del Movimiento presidida por el Jefe Provincial y Gobernador Civil Luis María Ballestero en la que se ordenaba: “Que en esa monumental cruz y en su basamento de piedra, se graben los nombres de los sacerdotes alaveses mártires de nuestra Cruzada que dieron su vida por Dios y por España”. (fuente: archivo municipal)
Dicha orden tajante fue origen de graves desavenencias entre los promotores y el gobernador civil, ya que Apraiz, López de Guereñu y Sáez de Olazagoitia se negaban a lo que el gobernador ordenaba. (fuente: archivo municipal).
La cruz se empieza a construir y al cabo de siete meses el gobernador Ballestero envía a Emilio Apraiz un durísimo escrito recodándole la obligación de grabar en la cruz lo que él había ordenado. (fuente: gaceta municipal)
22.11.1952. Iba a llegar el día de la inauguración de la cruz. Los nombres que el gobernador exigía poner en la cruz seguían sin aparecer.
Con espíritu totalmente autoritario, el Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento Luis Martín Ballestero, exige a Emilio Apraiz lo siguiente:
“Que en el plazo de 24 horas estén los nombres de los sacerdotes con la grabación completa en la cruz”. (fuente: gaceta municipal).
23.11.1952. Es domingo, día previsto para la inauguración. La cruz aparecía con los nombres de los sacerdotes que dieron su vida por Dios y por España.
Entre el amplio programa de actos, se incluía un Vía Crucis que partiría desde la campa de Olarizu. Concluido el rezo de las catorce estaciones, el obispo franquista José María Bueno Monreal, procedería a bendecir la cruz, oficiando acto seguido la santa misa.
Los tres promotores vitorianos no aparecieron ese día.
Todos los preparativos se fueron al garete, se vinieron abajo, todos ellos suspendidos, no aplazados. Ni un solo acto pudo llevarse a cabo. La cruz nunca llego a inaugurarse ni bendecirse.
(fuente: archivo municipal 16.09.2002)
El coste de la construcción de la cruz fue de 42.000 pesetas que según aparece en el informe municipal fue sufragada por cuestación popular.
La realidad es que fue satisfecha por aportaciones de particulares y conocidas familias vitorianas, adictas al régimen, cuyos nombres así como las cantidades aportadas figuran en los periódicos de la época. (fuente: archivo municipal).
En aquellos años en que se funcionaba con la “cartilla de racionamiento” los vitorianos y vitorianas bastante tenían con llegar a fin de mes, racionando la comida. No estaban para hacer donativos para una cruz.
Sr. Urtaran: En octubre de 2017, dentro del Plan de Memoria Histórica que usted presentó al grupo creado en el Ayuntamiento sobre el franquismo en Vitoria-Gasteiz, decía que se debía contextualizar la simbología franquista, colocando placas informativas en los tres símbolos franquistas que aún están presentes en nuestra ciudad: catedral de María Inmaculada, Gobierno Civil y Cruz de Olarizu.
(fuente: Gasteiz Hoy 9.10.2017)
En Marzo de 2017, en el programa “equipo de redacción” de la televisión pública vasca, se abordo el asunto de la memoria histórica y los símbolos franquistas. A preguntas de la presentadora a la historiadora Virginia López de Maturana sobre cuantos símbolos existían en territorio alavés, se refirió a cinco en concreto: escudo de la Catedral Nueva, escudo del antiguo Gobierno Civil, la cruz de Olarizu, monumento en Legutio y una escultura en Fontecha. (fuente EiTB).
Curiosamente en abril de 2018 el ayuntamiento encargo a dicha historiadora la elaboración de un informe técnico sobre los vestigios de la guerra civil y la dictadura franquista en Vitoria. Un día después de que un medio de comunicación publicase en exclusiva la decisión del concejo de Mendiola sobre la cruz, cambió la versión que había dado un año antes sobre la misma.
A la vista de todo lo anterior, según mi criterio, no hay ninguna duda que la cruz de Olarizu pertenece a una simbología franquista que hay que hacerla desaparecer.
En los últimos tiempos, usted Sr. Urtaran se ha posicionado al lado de los franquistas que en aquellos años de la dictadura apoyaron el monumento en cuestión, enarbolando y ensalzando el mismo.
Su postura le coloca en un calificativo lamentable. Póngaselo usted mismo.
Como dice el refrán: “si quieres conocer a Manolillo dale un carguillo”.
Por último decirle que deje de intentar, con tantas mentiras y engaños, que los vitorianos y vitorianas pensemos como usted, teniendo que creernos que esta cruz forma parte de nuestro patrimonio, de nuestra tradición y de nuestra cultura y que este símbolo franquista, debemos aceptarlo como un símbolo de Gasteiz.
15 de Abril 2020
Josemari López de Arbina
Exconcejal del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz
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