Narcotráfico, proxenetismo y mafias policiales dan juego a la casta política y empresarial alrededor de este Club situado en el barrio gasteiztarra de San Martín. Una historia que empequeñece el guión de la película Airbag. Gonzalo Antón, Maite Pagazaurtundua, Luis Javier Telleria, Joxean Tolosa o Alfonso Arriola aparecen en este trabajo de Ahoztar Zelaieta.

A mediados de este año 2018 arrancó un juicio en la Audiencia Provincial de Araba en torno al tráfico de seres humanos, proxenetismo y venta de cocaína. El proceso se centraba en el conocido Club Borsalino, situado en el barrio gasteiztarra de San Martin.

El Club Borsalino operó durante años bajo una licencia municipal revestida de discoteca. Pero, hace diez años, el Cuerpo Nacional de Policía y la Audiencia Provincial ocultaron a la opinión pública la relación del Borsalino con una red de clubs ligada al narcotráfico y la corrupción policial.

En esa época, en el año 2008, esta red contaba con la protección de un responsable de la unidad de emergencias del Cuerpo Nacional de Policía. El Club Borsalino, en concreto, estaba vinculado a una sociedad por cuyo consejo habían pasado personajes populares del mundo de la pelota y el propietario del restaurante El Caserón, situado en el barrio de Armentia: ‘Manolo’.

La sociedad que explotaba el ahora mediático y sancionado club había sido creada por un popular pelotari fallecido hace algunos años, que vendió sus acciones al hermano del mediático pelotari Joxean Tolosa.

Más tarde, Sebastián Deagra Barreira se hizo con el control de la sociedad del Club Borsalino. Se trata de un empresario que manejaba otros clubs en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa y a lo largo de la carretera Madrid-Irún. Sebastián Deagra manejaba una inmobiliaria por cuyo consejo pasó un candidato de la lista del PSE por Zizurkil (Gipuzkoa): Iñaki Barinaga Argoitia. Iñaki Barinaga también ha compartido intereses con uno de los hermanos de Iñaki Ugarteburu Artamendi, vinculado éste a una formación política liderada por Iñaki Galdós, que comenzó su andadura en política en la Federación Vasca de Pelota, se afilió a Eusko Alkartasuna, fue concejal y encabezó una escisión denominada en un primer momento Alkarbide.

Iñaki Barinaga y su padre se habían hecho con una mercantil que fue administrada por el pelotari Joxean Tolosa. Tolosa es hoy reportero de EiTB y compañero de trabajo de Xabier Euzkitze (asesor cultural del alcalde de Donostia, Eneko Goia) en la retrasmisión de los partidos de pelota que la cadena de televisión pública contrata con Asegarce. Se trata de una productora ligada a sociedades de apuestas deportivas, fundada por el cocinero y presentador Karlos Arguiñano.

El entonces director de EiTB y hoy en día Presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, creó una empresa de apuestas deportivas, Kidem, en la que «colocó» a varios burukides y a Edu Barinaga, fundador de la productora Baleuko.

La red del Club Borsalino de Gasteiz

Pero, ¿por qué este club ubicado en Gasteiz? La red del Borsalino, investigada en 2008, estaba vinculada a otros cinco clubs de alterne de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. El empresario Pedro Nadal Elduayen, que manejaba otros clubs en Gipuzkoa y Burgos, también se hizo cargo de la sociedad del Borsalino.

¿Recordáis a ‘Manolo’, el empresario responsable de El Caserón? Pues un empresario oriundo de Burgos y más que conocido en Gasteiz, Gonzalo Antón, fue socio de una empresa vinculada a ‘Manolo’. Y es que Antón acumula varias polémicas en su meteórica carrera de camarero hasta propietario del entonces quebrado Club Deportivo Alavés. La más sonada fue su protagonismo en el caso San Antonio, un affaire por el que fueron investigados dos responsables del Ayuntamiento: Alfonso Alonso y Javier Maroto, ambos populares.

Alonso y Maroto son también protagonistas de varias decisiones políticas y personales vinculadas a El Caserón, desde el denominado Pacto de El Caserón del PP vasco hasta la boda que celebró en ese restaurante Javier Maroto con la plana mayor del PP.

Luis Javier Tellería, miembro del PNV alavés y amigo del principal acusado por el denominado caso De Miguel, utiliza frecuentemente un reservado en El Caserón para realizar reuniones. En este sentido, Gonzalo Antón había fichado a uno de los imputados del caso De Miguel como director deportivo y blindó su contrato antes de ser despedido. Se trata de Alfonso Arriola, exdirector del Parque de Miñano y ex-director de Pesca en el Gobierno Vasco.

En la investigación sobre la red de clubs del caso Borsalino durante 2008, con sentencia datada en 2010, había una trama de narcotráfico en clubs de alterne, al igual que en el caso se juzga ahora. El pelotari fundador de la sociedad del Borsalino había sido detenido en Gasteiz durante una sospechosa operación de la Ertzaintza del año 2003, en la que incautaron dos kilos de cocaína.

Junto al pelotari, cuyo nombre no trascendió al público, fue detenido un vecino navarro. Este navarro, cuyo nombre tampoco fue publicado, sería detenido de nuevo en otra operación desarrollada en Nafarroa tan solo un año más tarde. La Policía Foral implicó a este navarro el “mayor alijo” de cocaína hasta la fecha: cinco kilos de cocaína que distribuían en clubs de alterne.

Operaciones contra el narcotráfico en Gasetiz

Diez años antes, varios agentes de la Ertzaintza habían sido procesados por inducir al delito a varios narcos. Entre los procesados estaba ‘Txuri’, que años más tarde tendría un papel importante en el caso Tellería por espionaje, y ahora ligado a la Policía Judicial.

Otro de los procesados era el mando de la Policía Judicial en Araba, años más tarde administrador de una empresa de seguridad creada por el capo del clan de La Rosa: actualmente procesado por estafa a la Hacienda en un caso que implica a un hijo del ex-Fiscal General, Conde Pumpido.

La citada empresa de seguridad contaba con un delegado que había sido director de la Policía de lo Criminal en la Ertzaintza y cuya esposa asesora al “fontanero del PNV”, uno de los “arrepentidos” del caso De Miguel.

Entre la operación de Gasteiz y la de Nafarroa se habían producido otras dos relevantes detenciones por narcotráfico. En Gasteiz, la Policía Municipal incautaba 600 gramos de cocaína destinados a clubs de alterne. Y poco más tarde, la Ertzaintza detuvo a un alcalde y un edil del PP de Laguardia por tráfico de cocaína. El ya ex-alcalde fue investigado por el fiscal del caso De Miguel en torno a corrupción política ligado a unos promotores: la familia Antía Echaniz, naturales de Azkoitia y emparentados con la familia de Xabier Arzalluz Antía.

Los promotores del affaire de Laguardia fueron absueltos, como los del caso San Antonio. Su empresa, Antía Eraiki, había fichado al marido de la ex-parlamentaria del PSE Maite Pagazaurtundua: más tarde en UpyD, formación integrada en la coalición europea ALDE junto al PNV y ahora Ciudadanos.

El fiscal del caso De Miguel había destacado en su carrera como fiscal en Lugo por investigar tramas del PP. Tanto el PNV como el PP lo han puesto en su diana, hasta el punto de ver truncada su carrera hacia Fiscal Jefe de Euskadi o delegado de Fiscalía Anti-Corrupción en Euskadi: una figura que lleva cinco años de dilaciones en su creación. Este fiscal investigó en su día una trama de sobornos ligada a partidos políticos en Euskadi vinculada a la obras del TAV que finalmente fue archivada.

El fiscal también se encargó del caso de espionaje entre el PNV y el PP que implicó a agentes del CNI y los servicios de información de la Ertzaintza en un affaire sobre informes en torno a empresarios y familias del PP y del PNV: caso Tellería, denominado así por el apellido de un burukide imputado ahora en el caso De Miguel.

Redes que siguen operando hasta la actualidad

En los últimos años, Gasteiz ha sido destino de toneladas de cocaína. En 2017, fueron incautados 500 kilos de cocaína en el fallido polígono de Jundiz. Siete años antes, en 2010, se produce un alijo de 2.000 kilos de cocaína que implicaba al ex-director del aeropuerto de Foronda.

Distintas fuentes apuntan a una guerra entre clanes de las Fuerzas de Seguridad del Estado en torno al control de información sobre el narcotráfico en Gasteiz. Y también señalan la existencia de partidas de mus y de póker vinculadas a esta guerra, en la que participaba la alta sociedad de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

Incluso algunas fuentes señalan la existencia de una trama de apuestas deportivas en torno al meteórico ascenso y luego caída deportiva y financiera del club de fútbol de élite de Gasteiz.

Por aquella época se dilucidaba en los juzgados la trama Tragaperras del PNV, archivada tras dilaciones que facilitaron la prescripción de los delitos. Entre los implicados había dos jeltzales que fallecieron antes de conocerse el archivo de la causa.

En su día, las licencias para clubs de alterne las facilitaba el edil del PSE Dimas Sañudo, cuya carrera política no ha estado exenta de polémicas por irregularidades e incluso por una denuncia de acoso sexual.

En 2011, el senador Dimas Sañudo declaró ser propietario de Bus Shop SL, creada junto al militante del PSE Paulino Colmenero. Por entonces ambos eran ediles en Bilbao. La mercantil repartía beneficios «en B» y emitió facturas a una sociedad creada por sus guardaespaldas, según testificó uno de los socios.

Un clan asturiano, beneficiado con licencias para clubs en Bilbao, mantuvo relaciones comerciales con el ex-edil Paulino Colmenero, tío y padrino político del ex-Consejero de Interior Rodolfo Ares.

El clan asturiano fichó como socio de una de sus empresas al popular ex-alcalde del PNV Kortezubi, alias ‘Markopollo’. El clan asturiano mantuvo alianzas comerciales con un grupo vinculado a la corrupción del cuartel de Intxaurrondo: el clan de La Rosa.

El clan asturiano y el clan de La Rosa han controlado la mayor red de clubs de alterne del Estado español: vinculada a una millonaria estafa a Hacienda, mafias del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil en Catalunya y varios ex-mandos de la Ertzaintza.

El clan de La Rosa manejó en su día los dos clubs más importantes de Gasteiz, con licencias otorgadas por cargos del PP y clubs sonados en Gipuzkoa con licencias otorgadas por alcaldes del PSE.