Consideran un ejemplo de huelga la llevada adelante los y las trabajadoras de Actividades Deportivas de Araba en verano. No olvidan que la Policía Municipal es la que va a desahuciar y a cortar los suministros eléctricos «a los sectores más precarizados de nuestra sociedad».

Los policías locales han aceptado la oferta de Urtaran y suspenden la denominada «huelga de celo». Mientras tanto, ‘Astindu’, la red solidaria de trabajadoras de Gasteiz, ha querido salir al paso y mostrar su opinión.

«No es una huelga», así de rotundo es el comunicado de la red. «Estos últimos meses hemos sido testigos de cómo, en estos momentos en los que varias familias nos vemos con el agua al cuello, estamos siendo sancionados por andar en bicicleta sin timbre o aparcar donde llevamos haciéndolo toda la vida. Y todo en nombre de una huelga de celo que tiene mucho de celo pero muy poco de huelga», afirman.

No entienden como se le puede llamar huelga «a este tipo de actitudes insolidarias, injustas e irrespetuosas».  Definen el concepto de huelga como» solidaridad, es complicidad de clase, justicia, respeto». Y ponen de ejemplo los y las trabajadoras de Actividades Deportivas de Araba: «Ante una falta de entendimiento con las subcontratas y el Ayuntamiento, salieron a la calle con humildad y respeto, buscando esa complicidad con los ciudadanos que tan lejos le queda a la Policía Municipal».

Censuran que para varios miembros de este cuerpo de policía, sea la ciudadana de a pie «la que tiene la culpa de la falta de entendimiento entre el Ayuntamiento y los sindicatos policiales».

No olvidan que la Policía Municipal es la que va a desahuciar y a cortar los suministros eléctricos «a los sectores más precarizados de nuestra sociedad». Les acusan también de aplicar la Ley Mordaza «a todas aquellas personas que, justa y legítimamente, luchan por una mejora de las condiciones sociales».

«No sois huelguistas, sois todo lo contrario», han concluido.