Que conste que en este artículo no ponemos en cuestión las capacidades de liderazgo de personas que no tienen estudios universitarios, ni que tengamos que poner limites académicos a las personas para participar en política. Nuestra reflexión va en otro sentido.

Y es que, tras la proclamación de Patxi López como candidato a dirigir la secretaria general del PSOE y viendo su escaso currículum académico, nos viene a nuestra mente de politólogos una pregunta. ¿Cómo explicamos a los jóvenes universitarios que han invertido tiempo y dinero en una formación y que ahora trabajan en un mercado laboral precario, que para triunfar en política no hace falta realizar grandes esfuerzos?

«Explicar a un joven universitario con empleo precario que Patxi López puede dirigir un partido como el PSOE se nos hace muy difícil»

Cuando preguntamos esto a militantes socialistas se defienden con el argumento de que en democracia cualquier persona puede acceder a puestos de responsabilidad. No es nuestra intención cuestionar este principio, es más, lo compartimos y respetamos. Cualquier persona puede acceder a puestos de responsabilidad pública siempre que el pueblo lo desee y se le otorgue legitimidad democrática. El problema es que en este caso no creemos que exista esa legitimidad, en primer lugar porque el proceso socialista para elegir a su líder esta diseñado por una gestora que desde el minuto uno adolece de falta de esa legitimidad democrática.

«Cualquier persona puede acceder a puestos de responsabilidad pública siempre que el pueblo lo desee y se le otorgue legitimidad democrática»

Otra cuestión es, que en un sistema donde impera una partidocracia, los líderes de esos partidos se reclutan y seleccionan de maneras poco transparentes y dependiendo más de tensiones internas, en muchos casos ocultas y de peloteos políticos entre las distintas facciones de un partido, dando la posibilidad a personas mediocres a que se impongan a talentos en alza.

«Partidos cerrados y debates no públicos sitúan en el poder a personas mediocres»

El PSOE parecía que quería caminar para solucionar este problema hasta que tumbaron, gracias a esas tensiones internas oscuras a un secretario general que si gozaba de legitimidad democrática.

«Los partidos políticos en el Estado Español son unas maquinarias perfectas de desaprovechar talento»

Volviendo a la pregunta inicial, ¿Cómo explicamos a jóvenes universitarios este hecho? concluimos que no tenemos una respuesta satisfactoria para ellos y solo podemos darles la razón con un hecho que si se puede demostrar politológicamente. Los partidos políticos en el Estado Español son unas maquinarias perfectas de desaprovechar talento.