Discriminación tránsfoba en las piscinas de Salinas de Añana y respuesta colectiva
El socorrista de Salinas de Añana (un ex legionario español) vetó el baño a un menor trans por llevar una camiseta que cubría su torso. Más tarde, todas las compañeras del campamento se lanzaron a las piscina con camiseta y al grito de «con camiseta».
Durante estos días de julio se ha celebrado el campamento Gazte Rock organizado por la Sala Hell Dorado y ofertado por el Instituto Foral de la Juventud de Araba. Este campamento está dirigido a jóvenes de 16 a 17 años con inquietudes musicales.
Durante la jornada del 11 de julio, según ha informado Aluak las jóvenes estaban disfrutando de un día de baño en las piscinas públicas de Salinas de Añana. Uno de los menores trans fue vetado del baño por llevar una camiseta que cubría su torso. El socorrista (un ex legionario español) le prohibió explicitamente el baño a pesar de hablar con las monitoras de los menores y éstas haberle explicado la situación.
En solidaridad ante tal discriminación, todas las compañeras del campamento se lanzaron a las piscina con camiseta mostrando todo su apoyo y al grito de «con camiseta». El socorrista acabó por expulsar a todo el campamento de las piscinas y llamando a la Ertzaintza. El Ayuntamiento de Salinas de Añana y la Diputación de Araba han sido alertadas de este caso y tienen pleno conocimiento de los hechos «pero parece que no quieren que se difundan», denuncia Aluak.
«Formación adecuada y útil»
Ante este episodio, han sido varios los mensajes de rechazo a la actuación del socorrista y en apoyo de todas las jóvenes. Desde Lumagorri HAT, han reclamado a las instituciones que «todo el personal, directo o subcontratado, reciba formación adecuada y útil de cómo se debe tratar a toda la población, incluidas las personas trans».
«La transfobia debe erradicarse de la sociedad, en todos sus frentes, si bien es fundamental comenzar por los servicios públicos, ya que las instituciones tienen mayor capacidad de maniobra al respecto y poseen las competencias y los recursos necesarios. Es una cuestión de mera voluntad política. Sin embargo, año tras año comprobamos como, a la hora de comprometer recursos, los compromisos institucionales con la diversidad sexual y de género se quedan en papel mojado», han añadido.
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