Hala Bedi con Pikara magazine
«No confiéis en ningún medio de comunicación con el que estéis siempre completamente de acuerdo porque será un panfleto disfrazado de periodismo». Y esta vez, le ha tocado a Pikara magazine, medio con el que hemos estrechado lazos, aún más, iniciando una serie de colaboraciones en nuestro programa sobre feminismos ‘O No Será/Edo Ez Da Izango’. Desde Hala Bedi nos sumamos a la ola de solidaridad que está recibiendo Pikara Magazine y todas las que lo conforman. Y para ello, no se nos ocurre mejor manera que difundir, una vez más, la lectura que ellas mismas han publicado: una inmensa lección de periodismo.
Carta a las lectoras de Pikara Magazine
Ante la polémica y las acusaciones que estamos recibiendo en redes sociales tras la publicación de una entrevista con Amarna Miller, Andrea Momoitio escribe una carta abierta a las lectoras de Pikara Magazine.
Un artículo de Andrea Momoitio
No sé si es habitual que un medio de comunicación publique una carta para sus lectoras mostrando su malestar con algunas de ellas, pero las críticas que se han vertido sobre nosotras a raíz de la entrevista de mi compañera June Fernández a Amarna Miller, una actriz porno, han sido tan dolorosas e injustas que he considerado importante contaros algunas cosas que me parece importante que sepáis. “No entréis al trapo”, nos dicen, pero, ¿cómo no vamos a entrar? El feminismo nos ha enseñado, entre otras cosas, que los trapos hay que airearlos y si con ello no es suficiente, frotar las manchas. Da igual cuánto te duelan después los nudillos.
Pikara Magazine es un medio de comunicación. Nosotras somos periodistas y creemos firmemente en el potencial de nuestra formación para la transformación social. Eso sí, hacer periodismo feminista implica encontrarse continuamente en una encrucijada. Los señores y las señoras que no entienden la perspectiva feminista como una herramienta de análisis dudan de nuestra profesionalidad. Nuestra defensa del periodismo situado, que no cae en las trampas de la objetividad y la neutralidad, se entiende en muchos ámbitos como falta de rigor y se considera nuestra forma de trabajar más militante que profesional. Nada que no sepáis ninguna de las personas que os dediquéis a cualquier profesión desde el más puro convencimiento de que el feminismo os aporta herramientas muy útiles para hacer mejor vuestro trabajo. Estas críticas, claro, no nos importan demasiado. Nos hemos atrevido a construir un medio de comunicación cuestionando todos los pilares del periodismo y Pikara, hoy, a pesar de los pronósticos de quienes nos querían mal avenidas, es un medio de comunicación de referencia no solo en el Estado español sino también en América Latina. Estamos, por supuesto, muy orgullosas de nuestro trabajo. Lo que sí nos duele, sin embargo, es la actitud de muchas compañeras feministas ante nuestra práctica periodística.
Hace unos meses, sin ir más lejos, una organización feminista nos invitó a presentar nuestro número en papel. Aceptamos gustosas la invitación, pero días antes de la cita nos encontramos con una desagradable sorpresa. La invitación partía de un colectivo que está trabajando muy activamente en contra de los vientres de alquiler y nos pidieron que durante nuestra intervención no nombrásemos un reportaje que había escrito precisamente yo, ‘Embarazos en diferido’, sobre el tema. Obviamente no fuimos. Lo hicimos no porque estemos a favor de la gestación subrogada —yo cada vez tengo más clara mi postura en contra de esta práctica— sino porque no podemos sentirnos cómodas en un espacio en el que se veta un texto periodístico donde se escuchan voces a favor y en contra, en el que se aportan datos y contexto, un texto escrito desde la perspectiva feminista, que recoge las voces de mujeres feministas de referencia que cuestionan la práctica y de las familias que han decidido llevar a cabo el proceso para cumplir con uno de los principales mandatos del patriarcado: formar una familia. El caso, queridas lectoras, es que nosotras hacemos periodismo. Hacemos buen periodismo y eso implica que tratamos muchísimos temas, los que nos interesan más y los que nos interesan menos; no tratamos de ser objetivas ni neutrales, pero sí somos rigurosas, metódicas y tratamos de ser lo más justas posibles. Este oficio nuestro va de analizar la realidad, de contar historias, de tratar de explicar por qué suceden las cosas que suceden. Si algo nos ha caracterizado en estos años, si algo nos puede definir, es que no tenemos miedo a incomodar ni a incomodarnos. Hemos publicado temas que nos han escocido muchísimo a nosotras también y lo hacemos conscientes de que nuestro trabajo tiene que contribuir a desarrollar el pensamiento crítico de la ciudadanía. La perspectiva feminista necesita también de un método, de herramientas, de unas formas concretas de trabajar. En periodismo y en cualquier disciplina. Quizá tengamos que revisar las referencias sobre el conocimiento situado. Revistas, blogs y proyectos de comunicación centrados en la publicación de opiniones y análisis sobre cuestiones relativas a la agenda feminista hay muchísimos en internet, de los que aprendemos mucho y que leemos gustosas, pero nosotras somos periodistas. Aquí, en estas páginas, obviamente, encontraréis análisis y opinión, pero también entrevistas, crónicas y reportajes. Si solo pudiéramos entrevistar a personas con las que estamos 100% de acuerdo sólo podríamos entrevistarnos a nosotras mismas y, ¿la verdad? en mi caso, ni eso. La entrevista que le hace mi compañera June a Amarna es una entrevista buena. El discurso sobre porno de una mujer que se denomina feminista tiene todo el sentido del mundo en una revista como Pikara. Miller es una mujer mediática, a la que queríamos escuchar con más calma, más allá de un titular polémico para que luego, cada quien, decida si está o no está de acuerdo. No tiene por qué gustaros lo que contesta. A mí, por si os interesa, me parece que el discurso se le cae en cada pregunta, pero decidid vosotras qué os parece lo que opina y, sobre todo, no confiéis en ningún medio de comunicación con el que estéis siempre completamente de acuerdo porque será un panfleto disfrazado de periodismo.
Para acabar, porque estoy triste y enfadada, solo una cosa más: Si alguien cree firmemente, como nos habéis dicho en Facebook, que promovemos la explotación sexual, por favor, acudid hoy mismo a denunciarnos al juzgado que esté más cerca de vuestra casa.
Qué pena más grande. El periodismo está más jodido de lo que creíamos: ni se respeta ni se entiende.
Un abrazo,
Andrea
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