33 personas con discapacidad intelectual de Araba están en listas de espera para una plaza residencial
Familiares de Gasteiz y Aiara, tras tiempo calladas y tras tres años de espera en algunos casos, han querido visibilizar y denunciar esta grave situación ante la opinión pública alavesa.
33 personas con discapacidad intelectual forman la lista de espera para una plaza residencial en Araba, muchas de ellas en situación crítica o de desamparo por motivos de orfandad, desarraigo o incapacidad de sus personas cuidadoras. Así lo ha dado a conocer APDEMA, la Asociación a Favor de Personas con Discapacidad Intelectual de Araba.
Ante la «inacción» del Instituto Foral de Bienestar Social de la Diputación Foral de Araba y tras tres años de espera en algunos casos, familiares de Gasteiz y Aiara han querido visibilizar y denunciar esta grave situación ante la opinión pública alavesa.
Después de años de reivindicaciones no atendidas, las familias denuncian que desde 2008 no se ha creado ninguna plaza en recursos residenciales en todo Araba que atienda la creciente demanda registrada en la última década.
«Manifestamos nuestro hartazgo ante la pasividad institucional tras la enmienda firmada por todos los partidos políticos representados en las Juntas Generales de Araba el pasado 26 de septiembre de 2018, por la cual instaban a la Diputación Foral de Araba a poner en marcha en 2019, en el menor tiempo posible, dos recursos de viviendas con apoyos para personas con discapacidad intelectual de entre 8 y 12 plazas cada uno».
Al respecto, consideran que los contactos mantenidos entre familiares y los responsables forales de Bienestar Social durante el presente mes de mayo han sido nuevamente «esteriles».
Así mismo, los familiares afirman que esta situación es sólo el prólogo de un problema de gran envergadura que se agravará en los próximos años: el envejecimiento de las personas con discapacidad intelectual y sus familiares. No es para menos: en la actualidad, el 80% de las personas con discapacidad asociadas a APDEMA son mayores de 45 años.
Muchas de ellas, además, viven con padres mayores de 80 años y, en muchos casos, con problemas de salud. Es por esto que las familias se quejan de la falta de previsión y planificación institucional.
Por último, las familias también denunciana la existencia de lista de espera en los Centros Ocupacionales del herrialde.
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