La semana pasada la policía israelí, acompañada por los servicios secretos, clausuró la oficina de HWC (Comités de Trabajadoras de la Salud) en el barrio jerosimilitano de Shuafat, bajo la acusación de que en sus dependencias se desarrollaban actividades terroristas. La organización ofrece servicios sanitarios y sociales a 62 escuelas de Jerusalem que al no ser reconocidas por el sistema educativo israelí no reciben ningún servicio de la administración; y llega a dar asistencia a más de 200.000 niñas. En la edición de esta semana hemos charlado con Juani Rishmawi, trabajadora de HWC y colaboradora de Hala Bedi Irratia, sobre la persecución política a la que se ven sometidas las ONGs palestinas en Jerusalem. Así mismo, Rishmawi ha denunciado que los proyectos de la oficina clausurada recibían financiación del gobierno de la CAV, y que éste no ha realizado hasta el momento ninguna declaración institucional de condena del ataque.