Un Beef para el catedrático
10 de noviembre. Doctor en Historia y profesor de la UPNA, Joseba de la Torre. Blog “De que vais los Economistas?. Post “Contra los Colapsólogos”. Especial dedicación. Aquí la Chula Potra, colapsofílica, enamorada de la crisis irreparable del Capitalismo Global, para el que trabajas, funcionario público pero propagandista del lobby nuclear. Miembro de la Academia Económica. Progre a punto de jubilar.
No soy intelectual pero me pongo emocional con la crisis sistémica de estructuras sociales inadaptadas a los nuevos tiempos globales. Como tu praxis académica. Como tus sistemas de pensamiento y tus fidelidades ideológico-profesionales. Llevas tres décadas cobrando el sueldo del contribuyente navarro. La gente de la calle es tu jefe financiero. Pero no te acuerdas. Pretendes construir un discurso bizarro, despreocupado. Y no cuentas con el contexto verdadero, aleccionando desde tu estratosférico despacho. Desacreditas a la comunidad científica que sí toma la responsabilidad social que ahora toca.
Tienes una trasferencia propia con eso de hacerse rico con el colapso. Nadie lo hace denunciándolo, porque quien tiene el dinero, necesita negarlo. Así puede decirse que es usted quien está financiado, haciendo volteretas psicológicas para aparentar lógica en lo que has publicado.
Y tu valoración de la distopía, esclarecedora. Según tú, la culpa de que la gente tenga estados de ánimo depresivos, que sienta angustia, es de sí mismos y si es caso, de gente embaucadora, que los manipulan con operaciones antisistema para gente boba o loca. Tu sofisticación elitista infravalora el sufrimiento popular y su expresión, tildándola de “irracional”. La gente llegamos a nuestros límites por sufrimiento, ya sea hace un siglo o a 2000 km de tu cómoda casa y tu “inteligente” departamento. Y la causa suele estar en decisiones que necesitan de su esfuerzo y son tomadas sin su consentimiento. Es prepotente acusarles de la desazón generalizada, cuando la razón es que tu capitalismo ya no ofrece lo que antes lograba. Esto se llama CRISIS, es sistémica e irreversible, a pesar de los intentos propagandísticos del Pacto Verde. Porque las cifras de vuestros balances, que a la postre es lo que alimenta a la gente, se basan indefectiblemente en el uso de combustibles fósiles. Sin quemar carbono tu economía ni siquiera existe. Y está avalado por datos científicos de estudios. ¿Los conoces?
Tu discurso, aparentemente intelectual, tiene el mismo valor que los sermones de un cura medieval: “La academia económica está por encima de la realidad geológica demostrada del planeta”. Esto es una tradición, como en la religión, creada por nuestros bisabuelos fosilistas en Arabia y en Texas. Entonces los recursos eran abundantes y baratos y les hizo asumir, y ahí seguís, que el trigo brota en Wall Street. Pero son finitos, nos toca a estas generaciones asumirlo y esa tradición en la que basáis vuestro modelo económico es como la bula que hizo estallar a Lutero. Tu discurso es cuestión de fe. Por un cientifismo que, entre academia, sujetos consumistas y empresas, han convertido a la Economía en Diosa, solo porque os cuadra y os interesa. Tenéis fe que la ciencia responderá a un reto, que no es tecnológico sino geológico y que no depende de un descubrimiento, sino de llegar entre todos y todo, a consensos. Tenéis fe porque vuestro conocimiento está atomizado, vuestro diálogo con otras ciencias es raquítico e interesado, porque antes de buscar evidencias, queréis aumentar ganancias. Y así solo miráis datos que no os obliguen a la autocrítica y la revisión del status. No vaya a ser que al final del método encontréis a vuestro Ego. Maltrecho. Sistema de pensamiento el vuestro, supersticioso, os sentís por encima de otros estudiosos. ¡Muéstrame los datos en los que apoyas tu relato, vamos a llorar juntos un rato!
Ante esta crisis irreversible, la obligación es plantear conocimiento libre, de prejuicios e intereses, un proceso académico y social multidisciplinar, democrático y transparente. Apostar por los debates públicos de las tesis y las antítesis para que entre toda la comunidad alcancemos la síntesis. Diseñar un proyecto social según las claves: Transición energética, cambio climático, superpoblación urbana, escasez de recursos, contaminación y un montón de buenas personas que si les dejarais tiempo, recursos y decisión, tendrían la llave. Asumir el caos, provocado por el modelo capitalista caducado. Destapar la complicidad de la sociedad de consumo. Pensar en las verdaderas necesidades. Sentirnos, de nuevo, seguros. Que es de lo que se trata el conocimiento en este mundo. Solo hay dos clases de científicos: El que quiere evolucionar y el inadaptado. Y este arrastra en ese suicidio social a empresas, gobiernos, sindicatos, a pesar de que incluso organismos como la OTAN ya están diciendo que este modelo es inadecuado.
Te eriges en dios sociológico, creas una clase de transhumano, el colapsólogo, le adjudicas naturaleza de retrógrado. Detrás de un economista no siempre existe un reaccionario, pero hoy la economía está impidiendo la adaptación social al nuevo medio físico de agotamiento y cambio climático. Deuda pública para rescate a favor del capital privado. Energía nuclear, el mísero 4% de la estadística, a la baja y con pico geológico del uranio, que nadie ha podido nunca rentabilizar y que si lo parece es porque con vuestra lógica, nunca metéis en balances la huella ecológica. Necesitamos debate económico, claro que si. Pero con ética y con datos, aunque no resulten gratos. Aquí la Chula Potra. Provocando. Desde el barrio.
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