«Tiempo de cerezas» -Iñaki Lazkano-
Cuando en una sociedad las leyes del silencio se imponen ante graves vulneraciones de derechos o flagrantes violaciones de igualdad, nos encontramos ante una organización social enferma, insolidaria, altamente retrógada y conservadora.
Cuando los discursos racistas, xénofobos y machistas campan a sus anchas amparados por Partidos Populares de Ciudadanos como si fueran derecho de expresión u opinión, y una sociedad no reacciona enojada, iracunda, dolida…nos encontramos ante una organización social sin los mínimos derechos y deberes democráticos asimilados. Y no pensemos que tenemos que irnos lejos para ver o sentir ejemplos de estas actitudes, no hay que mirar lejos, al siempre sufrido sur; aquí, bien cerca también tenemos abundantes ejemplos: mafia y oposiciones amañadas en Osakidetza, desprecios y amenazas racistas en Tuvisa, asesinatos y violaciones machistas en nuestras calles…
¿Dónde está la reacción general? ¿Para cuando la indignación popular? Por suerte tenemos amigas y amigos que día a día nos sacan de nuestro letargo humano, que pelean contra molinos, escupen contra el viento, ponen en riesgo su comodidad vital, la nevera llena e incluso la cama caliente, y se lanzan a la pelea, sí a la “Kale Borroka”, a la lucha en islas lejanas y también en quirófanos cercanos. Se pueden llamar como tú o como yo: Zuriñe, Roberto, Manoel o Marta pero han decidido cambiar de apellido. No se permiten a sí mismos andar por la vida con lo que han conseguido hasta ahora, pelean desnudas, vestidas tan sólo con la dignidad que defender lo justo les proporciona. Se han rebautizado con apellidos que destilan solidaridad e ímpetu, compromiso y rebeldía.
Y son tan valientes que quizás se les quemen las alas en el intento, pero espero que una tribu de amigas y amigos estemos para recoger sus pedazos y les demos cobijo, fuerza, ayuda y aliento para recomponernos juntos y volver, esta vez sí, agarrados del brazo a las diferentes luchas.
“Todo cambia, la rueda de la gran ley gira sin pausa. Pero después de la lluvia, vendrá el buen tiempo”.
Todo cambia pero siempre habrá… tiempo de cerezas.
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