¿Sin dejar a nadie atrás?
“No dejar a nadie atrás” es uno de los principales lemas de la Agenda 2030, la Agenda que Naciones Unidas ha puesto en marcha para combatir la pobreza y caminar hacia la sostenibilidad, una Agenda a la que se han adherido las principales instituciones del País Vasco.
Sin embargo, leo en twitter un hilo que compromete cualquier supuesto intento de cumplir con este precepto, cuyos datos son dignos de cualquier altavoz posible para denunciar la dramática situación que los sostiene. El equipo de Urkullu saca pecho cuando enuncia que somos uno de los países que mejor IDH, índice de desarrollo humano tiene, con el puesto número 12 del ranking mundial según los últimos datos disponibles, pero oculta otras realidades que están sufriendo cada vez más personas en nuestro territorio.
Según datos del Eustat, el País Vasco es la comunidad del estado español donde más personas sin hogar hay por cada 100.000 habitantes, sólo superada por la ciudad de Ceuta. Aquí, a día de hoy, donde tanto nos gusta aludir a la calidad de vida que tenemos, hay 4.456 personas sin hogar, más del doble que hace diez años, y aproximadamente la mitad de ellas tienen un nivel de estudios secundarios, lo que demuestra que ese perfil de persona pobre está cambiando, o mejor dicho, que la pobreza está llegando a nuevos perfiles de personas o que perfiles que antes no tenían ese peso dentro de las situaciones de pobreza, lo están aumentando. Cada vez son más quienes están en la parte hundida del titanic y como eso no traslada una bonita imagen, se ponen los focos sólo en la parte alta del mismo.
Bajar de la parta alta a la hundida del titanic es un camino que hay personas que se ven obligadas a recorrer por diferentes motivos, aunque antes de analizarlos cabe decir que más allá de las razones, la cuestión es que las instituciones responsables no se dotan de los suficientes flotadores para tener medios para atender a estas situaciones de pobreza y vulnerabilidad.
Hoy, casi la mitad de las personas sin hogar son personas inmigrantes, personas que vinieron a nuestro territorio buscando una oportunidad de mejorar sus condiciones de vida respecto a sus lugares de origen y que lo que aquí han encontrado es la realidad de la pobreza en el primer mundo. Nosotras, con el pasado que tenemos, no hemos sabido abrir los brazos y ser un territorio de acogida.
Hace pocos días se celebraba el día mundial contra la pobreza, un contexto en el que el propio Ararteko alertaba de que está creciendo la desigualdad social en Euskadi y subrayaba la necesidad de poner en marcha cambios estructurales profundos para evitar que las diferencias sociales sigan aumentando.
Así las cosas, aquí más que hablar de no dejar a nadie atrás, deberíamos estar hablando de ¿a quién estamos dejando atrás?
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