“Pero a los saharauis no…”
Según la legislación española, para poder ser considerado como nacional español, esto es, para poder obtener la nacionalidad española, se deben cumplir varios requisitos, entre los cuales, el más importante es el de haber residido de forma legal y continuada en España durante 10 años. Sin embargo, existen ciertas excepciones a esta regla: Por ejemplo, aquellas personas que sean nacionales de un país iberoamericano, de Filipinas, de Guinea Ecuatorial o aquellos que sean judíos sefardíes. En caso de ser alguna de estas personas, solamente hace falta cumplir con un plazo de 2 años de residencia legal en España y ya se podrá solicitar la nacionalidad española. Estas excepciones a la regla general tienen una explicación bastante sencilla. El estado español considera que, como una especie de compensación por la colonización y debido al vínculo que se ha generado entre la metrópoli y los habitantes de la colonia, existen motivos suficientes como para reducir el plazo de residencia para obtener la nacionalidad. Efectivamente, España colonizó Latinoamérica, Filipinas y Guinea Ecuatorial. Además, los reyes católicos expulsaron en 1492 a los judíos sefardíes del reino de Castilla y de Aragón. En 1498 los sefardíes fueron expulsados del Reino de Navarra. Sin embargo, España reconoce la vinculación existente entre esta comunidad judía y la nación española y les incluye en este plazo reducido para solicitar la nacionalidad.
Sin embargo, el estado español comete una gravísima omisión en la aplicación de la lógica anteriormente explicada, y es que obvia por completo al pueblo saharaui. España colonizó el Sáhara Occidental desde 1884 hasta el 26 de febrero de 1976. El Sáhara Occidental es el último país colonizado por España y cuyo recuerdo se encuentra más cercano en el tiempo. Sin embargo, España no aplica este plazo reducido de 2 años a los saharauis. Los últimos países iberoamericanos y Filipinas dejaron de ser colonia española en 1898. Guinea Ecuatorial logró la independencia en 1968 y la vinculación de los sefardíes con España se remonta más de cinco siglos en el tiempo… pero el Sáhara Occidental estaba bajo dominio español hace apenas 46 años. Sin embargo, por algún motivo, España se ciega ante el pueblo saharaui e ignora su existencia, así como su responsabilidad por casi 100 años de colonización y de explotación de los recursos naturales del territorio.
Realmente, el motivo de tan evidente discriminación hacia el pueblo saharaui es evidente. España no puede hacer enfadar a su socio marroquí. A Marruecos no le agrada que los saharauis puedan obtener tan rápido la nacionalidad española y que, con ello, obtenga la protección diplomática inherente a dicha ciudadanía. Sería problemático para Marruecos que un saharaui nacionalizado español muera en una manifestación en los territorios saharauis ocupados por Marruecos.
Este es solamente un ejemplo más de los chantajes y las concesiones que España permite al reino alauita, en perjuicio de los débiles, en perjuicio del pueblo saharaui y, sobretodo, en perjuicio de su propia lógica legislativa, pues realiza concesiones a sus antiguas colonias, pero a los saharauis no.
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