¿»Nucleares sí, por favor»?
Ediciones Deusto es una editorial especializada en libros de empresa y ensayos políticos y económicos. El pasado 8 de febrero se cubrió de gloria y publico un libro titulado Nucleares, sí, por favor. Escrito por Manuel Fernandez Ordoñez, doctor en física nuclear. En su promoción expresa:
La situación internacional nos ha hecho despertar de nuestro letargo y nos ha hecho darnos cuenta de que eso que nos hace vivir bien, la energía, no es nuestro, no lo tenemos, se lo compramos a otros. Estamos en medio de una crisis energética con altísimos precios y enorme inflación que esta afectando a nuestra industria, el empleo y está disparando la pobreza energética. Es momento de abrir los ojos y darse cuenta de que hay una energía que siempre ha estado ahí, con nosotros, criticada por muchos, la energía nuclear juega un papel fundamental en nuestra sociedad, siendo una de las bases sobre las que se asienta nuestro bienestar. Atacada siempre con medias verdades y argumentos falsos, este libro desmonta todas las falacias del discurso antinuclear y te explica porque la energía nuclear es la energía del futuro. Estás ante el libro definitivo para comprender de una vez por todas de que el camino hacia el progreso es imposible sin la energía nuclear.
Manuel Fernández trabaja para la industria privada y es profesor en un master en la universidad Francisco Marroquin titulado Emprendimiento ambiental y ecología de libre mercado. Como detalle recordar que el tal Marroquin, fundador de ese centro, uno de los liberales más radicales de Sudamérica, era apodado de pequeño como Muso, porque el embajador italiano en Guatemala durante la época de Mussolini, amigo de Marroquin Padre, le regalo un trajecito de fascista con el que le vistieron.
Con estos pocos datos puede definirse este libro, editado por el grupo Planeta, como un manual de marketing a favor del lobby nuclear.
Manuel, en su presentación, dice que nos hemos dado cuenta que la energía no es nuestra. Tampoco el uranio, puesto que solo EEUU, Rusia, China, Holanda, UK, Alemania, Francia, Brasil y Japón lo venden con fines comerciales. Habla de la crisis energética, pero no dice nada que se debe al agotamiento de los recursos, entre ellos, por supuesto, el uranio. Este material llego a su pico en 2016. Y si no nos hemos dado mucha cuenta es entre otras cuestiones porque la energía de origen nuclear que hemos consumido nunca ha subido de un 5% mas o menos de todo lo que consumimos.
Ademas, la energía nuclear es de bajo rendimiento energético, entre otras cosas por las grandes medidas de seguridad que necesita, indudablemente y si no queremos acabar todas como en Chernobyl o Fukushima. En los planes financieros de las centrales, los gastos de instalación no compensan los relativamente bajos gastos de uso y para cuando la central deja de ser útil todavía los primeros no han sido rentabilizados, a pesar de los segundos. Además, siempre necesitan inversión de dinero público para su instalación. Pero además hay un coste que nunca tienen en cuenta los interesados y que es un agujero financiero: Los costes de desmantelamiento y la gestión de los residuos.
Parece ser que si nuestra sociedad y sus lobbys, empresariales y científico divulgativos como el que hoy nos ocupa, apuestan por este tipo de energía, los motivos deben ser más políticos, tecnológicos y militares que sociales.
En el último capitulo de esta gran operación de posverdad esgrimen los nuevos reactores de IV generación, pero estos reactores son mucho mas peligrosos que los anteriores, pudiendo ocasionar, si se estropean, no una fuga, como las que conocemos, sino una explosión nuclear.
Da miedo ver a una universidad, a un grupo editorial, financiando y promocionando un discurso de pura postverdad en la boca de otro científico que a cambio de dinero, da cobertura con su supuesta legitimidad intelectual a temas que son una agresión a los intereses comunes. Cientificos idiotas que son tan bobos que se convierten en un peligro para sí mismos.
¿Quieres apoyar a Hala Bedi?
En Hala Bedi construimos un proyecto comunicativo libre, comunitario y transformador. En el día a día, cientos de personas participamos en este proyecto, observando la realidad que nos afecta y tratando de transformarla junto a los movimientos populares.
Nuestros contenidos son libres porque nadie nos dicta qué podemos publicar y qué no. Y porque difundimos estos contenidos de forma libre y gratuita, con el objetivo de difundir, compartir y transformar.
Sin halabelarris, las socias y socios que apoyan económicamente a Hala Bedi, esto no sería posible. ¡Hazte halabelarri y apoya a Hala Bedi!