No hay dos sin tres
Estamos en época electoral. Una época, tengo que reconocerlo, que se me está haciendo más larga que nunca, ya que han coincidido dos citas electorales en un breve espacio de tiempo. Es verdad que tengo el ánimo por las nubes, como miles y miles de arabarras que el pasado domingo 28 de abril celebramos de lo lindo el haber echado a Maroto, desde Araba, en las elecciones a Madrid. Una hazaña increíble, que no ha sido de un partido político concreto, sino que ha sido fruto del trabajo y la lucha incansable, estas últimas décadas, en cada pueblo de Araba y en Gasteiz por transformar nuestro herrialde gris, fatxón, español e hiper masculinizado en un territorio diferente, más de izquierdas, feminista, diverso, internacionalista, euskaldun y preocupado por el medio ambiente y nuestros montes y tierras.
Después de haber desalojado a Maroto de la alcaldía de Gasteiz hace 4 años, ahora echarlo del Congreso de los Diputados de Madrid es justicia poética, como se ha dicho por ahí últimamente.
Era primavera de 1999, yo tenía 22 años cuando en mi pueblo, en Agurain, me propusieron ir tercera en las listas de Euskal Herritarrok. Yo militaba en Jarrai, y con alguna duda dije que si. Recuerdo aquellos años de concejal con mucha nostalgia, aprendí un montón con Iñaki, Ion y el grupo municipalista, pero también me tocaron vivir momentos duros, muy duros; represión, ilegalizaciones, huelgas de hambre por los presos y presas políticas vascas, cargas policiales cada día… 4 años después, en 2003, me presentaba de nuevo en la lista, pero esta vez esa lista estaba ilegalizada, en Agurain y en el resto de pueblos de Euskal Herria.
Eran tiempos duros para Araba y las gentes de izquierdas y abertzales. Lo que yo viví en Agurain puede que sea en parte reflejo de ello. Mayorías en el Ayuntamiento del PNV (o del PP, en el caso de Gasteiz y Araba). Pero fuera de las instituciones, modelo A y B en colegios privados de monjas y escuelas. Machismo y violencia sexista sin nadie que se posicionara claramente en contra y sin recursos para aquellas mujeres, políticas económicas que solo beneficiaban a grandes empresas y se olvidaban de los pueblos del herrialde, y que decir de los concejos. Una Araba erdaldun, matxista, ultraliberal y oscura, muy oscura.
Pero mientras en las instituciones y grandes directivas de empresas o lobbys de todo tipo continuaba esa oscuridad, en los pueblos y barrios, gracias al movimiento popular y el compromiso y esfuerzo de miles de arabarras otras sinergias se iban creando. Sin ser pomposas, ni salir en la tele, sin protagonismo… pero dinámicas y proyectos que asentaban bien las bases de una nueva sociedad. El inicio de las ikastolas, la euskaldunización de adultos con Aek, el movimiento ecologista contra Garoña, los taldes feministas, por una eskola propia, el surgimiento de los gaztetxes y proyectos comunicativos propios (como el que hoy me da la oportunidad de expresarme), porque Araba sea lugar de acogida para migrantes e internacionalista con los pueblos en lucha del mundo, por otra alimentación mas sana y con productos de nuestra tierra… incluso recuerdo las grandes movilizaciones que se dieron en Agurain cuando se dio a conocer públicamente al primer insumiso del pueblo. Otra batalla que ganamos, por cierto.
Estos días las encuestas nos dicen que la pugna electoral en Araba y en sus principales pueblos se sitúa entre el PNV y EH Bildu, y que el PP se va quedando atrás. En torno a esto, y para acabar, dos reflexiones:
La primera, el cambio está llegando a las instituciones en Araba, resulta increíble pensar que el PP y la derecha española pueda ser residual en nuestro herrialde, y que la pugna se sitúe entre dos partidos nacionalistas, un triunfo ya de por si, desde mi punto de vista.
La segunda, no confiemos demasiado en las encuestas, pues ya sabemos que están precocinadas para responder a intereses concretos. El PP sigue teniendo fuerza en Araba, y al PNV durante diferentes legislaturas no le ha temblado el pulso en hacer acuerdos con ellos para obtener mayorías en diferentes instituciones. La única alternativa a la derecha, sea de aquí o de allá, es una izquierda transformadora fuerte, con poder para seguir haciendo en este herrialde realidad el sueño de miles de arabarras.
El domingo no nos podemos quedar en casa, ni nosotras ni muchas presas políticas vascas que ya han dado su voto por correo. Por nosotras y por ellas. Ojala el domingo tengamos mucho que celebrar, está en nuestras manos.
DENAK ETXERA ETA MUXU BANA!!!!
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