«Nadie es más que nadie» -Imanol Olabarria-
“NADIE ES MÁS QUE NADIE”, dijo Antonio Machado haberlo leído en la entrada de una vieja casa castellana.
Pero a pesar de ello, no podemos menos de reconocer que el Racismo constituyó uno de los rasgos fundamentales del pasado de nuestro Occidente, y sin él, no hubiera sido posible nuestro actual modelo de desarrollo, tecnológico-militar, y económico-social.
Y no hablamos de un racismo diluido, difuso, sino estructurado en políticas de Estado, bendecido por la Iglesia y que formó parte de la cultura de los países de la Unión Europea.
Podemos visualizar el racismo en el pasado, en las guerras de razas, de religión y conquista, con sus genocidios, posterior mestizaje, e imposición final de estructuras de dominación.
Quienes sufrían el racismo vivían a menudo marcados a fuego por su condición de esclavos, y como sospechosos por su uso de “jergas” y “supercherías” religiosas murian descuartizados en el potro o por los perros, o diezmados por las epidemias.
Eduardo Galeano, en su obra “LAS VENAS ABIERTAS DE AMERICA LATINA”, destaca que 150 años después de la conquista española de América, la población indígena en ese continente se había reducido de más de setenta y cinco millones de habitantes a tan solo tres millones y medio. Esto sucedía en aquellos tiempos, hoy todavía recordados con nostalgia de cuando “En España nunca se ponía el sol”. Historia macabra la que contribuimos los vascos con nuestra aportación de armas y personal religioso y militar.
Otra mirada a un pasado más reciente y donde Occidente jugó un papel similar al jugado en América, tuvo lugar en África.
Una África, hoy el continente más empobrecido del planeta. Primero fue la trata de esclavos que vació durante siglos de millones de hombres y mujeres, los más jóvenes y sanos, y obligando al resto a aislarse en la jungla. En el paseo de la Senda, los alaveses podemos contemplar el Palacio de Zulueta, quien amasó su fortuna con la trata de esclavos.
Una África, donde las fronteras se trazaron a escuadra y cartabón en la Conferencia de Berlín, en 1885, a capricho de los intereses de las potencias europeas del momento.
Un África, que ha sido hasta ayer tierra colonizada por nuestra Europa a sangre y fuego, portugueses, holandeses, franceses, alemanes, italianos, españoles…
África, en opinión del politólogo Gerardo Fernández Calvo sufre hoy una tercera colonización, agujereada por tierra mar y aire, pareciéndose a un queso gruyere. A la colonización de antaño le han seguido las injerencias humanitarias no ajenas a los golpes de estado, alimentados por antiguas metrópolis y, hoy relegada a suministradora de materias primas. A día de hoy son las multinacionales las que sustituyen a las antiguas metrópolis que ven en África una zona privilegiada para abastecerse de hidrocarburos, materias primas y minerales estratégicos para su desarrollo tecnológico.
La organización ecologista Greempeace, denunciaba hace dos tres meses a sobreexplotación pesquera que sufre África y señalaba entre los 20 buques pesqueros más destructivos a tres vascos, ALBATUN TRES, TXORI ARGI, y ALBACORA UNO, con sede en Bermeo.
Se podrían decir que la Humanidad nunca antes tuvo tanta riqueza, ni tantas universidades, ni estuvo tan bien informada, mientras… asistimos indiferentes a un aumento hiriente de la desigualdad, donde el problema no es la producción sino el reparto.
HOY LAS POLITICAS DE INMIGRACIÓN SON EXPRESIONES RACISTAS DE ESTADO:
-La militarización de las fronteras y la utilización de hasta buques de guerra, no para salvar sino para interceptar y cazar inmigrantes, en Libia, Lampedusa…
-Criminalización de la solidaridad, caso Helena Maleno.
-Y sacralización del derecho a la propiedad sin topes, tan asumido por nosotros mismos.
¿QUÉ DECIR DE NUESTRA SOCIEDAD?:
-Cuando el negocio de la vivienda nos lleva al sinsentido de dejar sin casa a tanta gente, cuando hay 8millones de casas vacías a nivel del Estado español, haciendo de la abundancia escasez?
-Qué pensar de la industria militar, la industria de la muerte, que acapara más que ninguna las inversiones de I+D+I, y constituye la principal fuente de nuestros inventos tecnológicos con los que saquea, extorsiona países y hasta continentes?
-Cuando sesenta y cinco millones de personas, sin parangón desde la Segunda Guerra Mundial, vagan sin destino, empujados por el hambre y la guerra.
Vivimos atemorizados pero hechizados por el poder y sus escándalos, y en vez de urgar en las causas de este sinsentido, buscamos cabezas de turco para nuestro desfogue y entretenimiento.
No busquemos a nuestros enemigos entre las filas del SEPE (antiguo Inem), ni entre quienes perciben la RGI, ni entre los gitanos, ni los inmigrantes, ni los “sin papeles».
Imanol Olabarria
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