«Formas de gobierno» -Juantxu Oscoz-
REPÚBLICA O MONARQUÍA:
Mi opinión es que la alternativa verdadera se da entre democracia o autoritarismo.
No existen la república ni la monarquía en abstracto. Hay monarquías desde la feudal y criminal de Arabia Saudí y de Marruecos, a la parlamentaria del Reino Unido. Y Repúblicas que van desde la autoritaria y xenófoba polaca a las avanzadas de la Islandesa y la R.A.S.D.
República centralista y unitaria es la francesa. Y la Confederación Helvética, Suiza, con sus cantones y sus varios idiomas es otro ejemplo.
Parlamentarismo o Presidencialismo son formas de gobierno distintas, Francia y USA son los casos más conocidos. Formas parlamentarias se dan en Italia, en Portugal o en el reino corrupto e impuesto de España.
La pregunta clave, por encima de esas diferencias, es qué debemos entender por democracia. i Entendemos por Democracia Participativa el lugar donde se respetan todos los Derechos Humanos civiles, jurídicos, políticos, sociales, culturales- de las personas individuales y grupos que constituyen una comunidad política; con separación de los tres poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Y donde los medios de comunicación son libres, independientes del poder político y económico, con respeto a la verdad y a la dignidad de las personas.
Esto todavía no es más que un ideal no realizado. ¿Puede haber democracias reales sin demócratas -mujeres y hombres- que trabajen y se comprometan por el bien común y políticos, entre ellos, que no busquen el poder para sí, sino para servir a la ciudadanía? ¿Dónde hay escuelas de ciudadanía que forjen demócratas críticos? ¿No resultan accidentales las formas concretas de gobierno de un país, si no sirven para avanzar en el camino hacia una democracia real?…
“Si se juzga a la Democracia en Catalunya, se nos juzga a TODXS”
“La autodeterminación no es, no puede ser ni será nunca un delito”
¡Veamos el nacionalismo propio antes de juzgar y condenar el ajeno!
MUROS O PUENTES
A ciertos políticos tiranos y xenófobos, y otros muy poco justos y veraces, les ha entrado la fiebre por construir muros. Barreras físicas que defiendan sus países y “sus dineros”. Si esos políticos que construyen muros, ponen concertinas, cierran fronteras, cometen todo tipo de tropelías y corrupción están en el poder, es porque les hemos votado. ¿No somos cómplices por nuestros votos, por nuestro silencio, de esa violación de Derechos Humanos, de ese saltarse a la torera las reglas del Derecho Humano Internacional?
¿A qué tienen, tenemos miedo? ¿A su pobreza, a su angustia, a tener que compartir lo que nos sobra, a que descienda nuestro nivel de vida? A que se nos acaben los “chiringuitos – cortijos – chalets, masías, txokos…”
Esos muros son tan reales como los físicos. Los hemos ido levantando casi sin darnos cuenta, ladrillo a ladrillo, aferrados a nuestra cómoda existencia, negándonos a aceptar que nuestro estilo de vida, nuestro consumismo compulsivo, son la causa de esa inicua desigualdad.
¿Por qué vendemos armas a países desgarrados, donde se violan diariamente Derechos Fundamentales? ¿Para defender los beneficios de las empresas armamentísticas y los puestos de trabajo de ellas?
Lo contrario de los muros son los puentes. Sirven para poner en contacto dos orillas alejadas en las que poder plantearnos un diálogo en el que poder hacernos preguntas y proponer soluciones.
¿QUÉ RESPUESTAS?
La especie humana es la única que se hace preguntas. Para tratar de obtener respuestas, claro. Y no hay democracia cuando se nos prohíbe hacer preguntas. Ni son demócratas quienes han renunciado a plantearlas.
Hay preguntas que nos incomodan, cuando se nos dirigen, pidiéndonos un sí o un no, o blanco o negro, sin ninguna posibilidad de matización. ¿Quién calla, otorga o rechaza?… Dar la callada por respuesta
¡Cómo me sorprende la osadía de ciertos comunicadores sociales para pontificar con todo desparpajo sobre todo lo divino y lo humano!
INDIGNANTE .- «Solo existe una cosa más repugnante que una ideología odiosa, y es manipular la realidad para quitarle importancia, quitarle valor, quitarle verdad y saltarse así los Derechos Humanos y la Justicia que va con ellos.
.- Que la prensa y algunos medios tengan tendencia a subrayar lo negativo sobre lo positivo. Pero, hay exageraciones increíbles que ninguna persona, ideológica y mentalmente equilibrada, puede dar por buenas.
¿SOMOS LIBRES?
Constelar es sellar con paz y libertad el pasado, pero también el futuro que está por llegar. Es darnos la oportunidad de reconciliarnos por dentro, con la determinación de hacerlo mejor. Justamente, apelo a la libertad entendida como responsabilidad.
“Si se juzga a la Democracia en Catalunya, se nos juzga a TODXS”.
“La autodeterminación no es, no puede ser ni será nunca un delito”
¡Veamos el nacionalismo propio antes de juzgar y condenar el ajeno!
La libertad no consiste en decidir sin condicionamientos que nos determinen, sino en ir aprendiendo a decidir mejor: por la educación, la vida sana, la reflexión y la meditación, la música y el silencio, la transformación de las estructuras sociales, políticas y la convivencia.
La libertad no consiste en no estar determinado en nuestras decisiones, sino en ser conscientes y en saber adoptar una buena decisión, “buena” en el sentido de que nos permita tomar una u otra decisión.
La libertad consiste, diría San Agustín, en querer el bien y hacerlo porque lo queremos. Cuando deseamos algo pernicioso para nosotros mismos o los demás, no somos libres. Solo somos libres, seguiría diciendo con San Agustín, cuando deseamos lo bueno y el deseo del bien nos determina.
En conclusión, podemos ser “libres”, no a pesar de los condicionamientos, sino a través de ellos. La libertad es la facultad de ser, de avanzar, de optar y decidir hacia la realización cada vez más plena de nuestro ser, nuestra bondad innata, en medio de todos los condicionamientos.
Nuestra meta como seres humanos es aspirar a ser libres, a realizarnos cada vez más, es decir: a ser más felices siendo personas, prójimos, buenos. Es un aprendizaje vital. Esa libertad es nuestra vocación, y nos va en ello la vida común de la humanidad y de todos los vivientes.
Decía Dostoievski: “ Quizá no podamos cambiar todo, pero sí el espacio y el entorno que nos toca y nos rodea” “Todos somos responsables de todo y de todos ante todos y YO más que todos los demás”.
¡ ESTÁ EN NUESTRAS, EN VUESTRAS MANOS! – ¡ SALUD Y REPÚBLICA SIEMPRE!
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