«DE pueblo» -Rebeca González de Alaiza-
Mujer o socializada como tal, de pueblo o que en vive en él, currela fuera y/o dentro de casa , haciéndose un hueco propio y gritando fuerte y claro su lugar en este maravilloso espacio que ha decidido habitar.
En Mendialdea también anidan estos seres incómodos que se resisten a vivir lo que el poder establecido, que pretende su anulación, les tiene reservado.
Fuerza grupal con un componente de rebeldía necesaria para encarar años de desarrollismo patriarcal y desfigurador del carácter que este valioso espacio nos regala.
Energía transformadora que recorre nuestro pueblo y nos lleva a las plazas instalándonos en el lugar donde el debate, el movimiento es posible.
Gritar, gritar y gritar, nuestra voz, es la que nos permite decir:
Basta!
Aquí estamos y no estamos dispuestas a no ser escuchadas
En los concejos,
En las asambleas,
En el trabajo,
En nuestras casas,
En nuestras cuadrillas,
En las veredas,
En la tasca,
En las fiestas ¡gora jaizkibel!
Nos quieren calladas o con su mismo discurso, mujeres de bien aceptando necesidades ajenas sin cuestionamientos.
Tenemos voz y exigimos nuestros derechos, deseos y necesidades.
Queremos pueblos vivos con casas habitadas donde las personas nos cuidemos mutuamente; pueblos dirigidos por y para las personas que los habitan, no supeditados a ser los recursos económicos que satisfagan los intereses de unos pocos.
Pueblos donde nuestra sexualidad pueda ser vivida en libertad, no somos objetos para nadie.
Pueblos donde nuestros cuerpos no sean lugares de dominación.
Queremos vivir en una Mendialdea donde el entorno natural sea tratado con la misma atención que nosotras mismas, este espacio que nos sustenta y por el que apostamos para quien nos suceda.
Voces
Voces que han despertado de sus opresiones, saltando obstáculos aupadas en manos amigas, en hombros amigos, en pechos amigos, dispuestas a cogerse el relevo ante cada caída, cada desánimo, cada desmayo, transformando el cuerpo que atraviesan, juntas en el viaje.
Así
Queremos Mendialdea,
Así
Queremos Euskal Herria, motivo suficiente para sumarnos a la huelga del 8 de marzo convocada por el movimiento feminista de Euskal Herria.
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