«Complicidades solidarias» -Bego Oleaga-
Esporádicamente y casi siempre relacionadas con grandes hambrunas y/o desastres naturales, se colaban en nuestras casas impactantes imágenes de masivos éxodos de personas que protagonizaban migraciones internas dentro de sus continentes, acompañadas de mensajes que llamaban a una compasión sensiblera e infantil. Todo ocurría allá, casi, casi, en otro planeta. Lejos de nuestras opulentas sociedades.
Pero desde hace unos años y como consecuencia de lo que ya se considera como la mayor crisis migratoria y humanitaria en Europa después de la Segunda Guerra Mundial, los flujos migratorios comenzaron a diversificarse y miles de seres humanos comenzaron a llamar a nuestras puertas. Huían y huyen de los horrores que las sociedades enriquecidas hemos generado en tantos y tantos países del planeta. Sencillamente quieren compartir su existencia con nosotras.
Durante un tiempo la “crisis migratoria en Europa” acaparó los informativos televisivos y las redes sociales. Así nos fuimos enterando de que el Mediterráneo se estaba convirtiendo en la mayor fosa común del mundo; que Europa cerraba sus fronteras abandonando a su suerte a las miles de personas que habiendo llegado en busca de asilo y refugio, se encontraban con la constante vulneración de derechos, la violación de mujeres y niñas, el rechazo clasista y racista de importantes sectores sociales, etc. Y todo esto, en un principio, nos escandalizó y trastocó individual y colectivamente. Pero nos hemos acostumbrado. Y además no les queremos.
Afortunadamente sectores de la sociedad civil comenzaron a implicarse creando estrategias y alianzas solidarias hacia lo que estaba ocurriendo. Así comenzaron su andadura las diferentes caravanas que desde Euskal Herría junto otras zonas del Estado Español se fueron organizando. Grecia fue el primer destino en el año 2016. Mostrar solidaridad a las personas refugiadas que malvivían en Grecia, denunciar los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIEs), los cierres de fronteras y el incumplimiento de la legislación europea en materia de asilo, refugio, etc. fueron los objetivos. Las complicidades solidarias comenzaron a tomar cuerpo.
La publicación del libro por el colectivo Gasteizkoak “Estas Guerras Son Muy Nuestras”. Industria militar Vasca y la coherencia de Ina Robles, bombero de Bilbao que alegó razones de conciencia para no participar en el envío de armamento hacia Arabia Saudí desde el puerto de Bilbao, destaparon las lucrativas actividades empresariales vascas relacionadas con las guerras y nos mostraron la cara oculta de nuestra responsabilidad como sociedad en las mismas. Perdimos la inocencia.
En verano del pasado año y con implicación importante del Movimiento Feminista de Euskal Herria, unas quinientas personas a nivel del Estado Español participaron en la caravana a Melilla “Abriendo Fronteras” con la finalidad de denunciar los CIEs, la devoluciones en caliente, la situación de los menores no acompañados, las condiciones de cuasi esclavitud de las mujeres porteadoras que trabajan en las fronteras de Ceuta y Melilla, las pésimas condiciones de los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) las infranqueables vallas fronterizas de Ceuta y Melilla, las inhumanas condiciones de vida en el monte Gurugu de Marruecos de quienes esperan saltar la valla de Melilla…Surgieron nuevos interrogantes.
Entre caravanas y de manera transversal las actividades de información, denuncia y de creación de redes no se paraliza. Charlas informativas, montajes de videos y documentales, participación en eventos solidarios como el de Ongi Etorri Errefuxiatuak Gernika 2017, jornadas como las que próximamente se celebrarán en Markina-Xemei con el lema “Ni muros Ni armas. Ez harresirik, ez armarik”, son muestra de ello.
En Diciembre del pasado año el movimiento feminista de Euskal Herria junto a otros colectivos antimilitaristas, convocó una Marcha feminista y antimilitarista en el puerto de Bilbao denunciando las guerras, los cierres de fronteras, el muro y el comercio de armas sumando y enriqueciendo el discurso antimilitarista. Nace “Feministok gerraren aurka”.
Aquí en casa se ha dado un paso importante con la organización de la caravana “Euskal Herria Mugak Zabalduz” que ha recorrido algunas ciudades de nuestro país durante los días 28 al 30 de abril, porque, además de crecer en complicidades solidarias y diversas, nos ha permitido mirarnos a nosotras mismas y tomar conciencia de que en este país en el que tanto se habla de paz, contamos con un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) en Hendaia , tenemos fábricas de armas, polígonos de tiro donde se ensaya para las guerras, aumenta el acoso policial hacia las personas extranjeras permitido por la Ley de Extranjería, la presencia de multinacionales como Inditex exponente de la explotación laboral femenina. También tenemos un muro de la vergüenza levantado en los muelles del puerto de Bilbao para impedir la entrada de inmigrantes a los ferris que se dirigen al Reino Unido, puerto desde el que se exportan armas que matan en la guerra de Yemen y, cómo no, un Gobierno Vasco cómplice que incumple sus compromisos de no colaboración… “con aquellas personas físicas o jurídicas dedicadas a la producción, comercialización y financiación de armas”.
Me pregunto si quienes comenzaron con la “aventura” de la caravana a Grecia pensaron en la transcendencia de lo que se estaba gestando y de las complicidades solidarias que han ido e irán surgiendo en el camino. Resulta sencillamente sorprendente lo que puede conseguir la tenacidad, el entusiasmo y la dedicación de un grupo de personas comprometidas. Gracias por estar ahí.
Finalizo parafraseando a Bob Dylan.
Señores de la guerra de Euskal Herria. Señores del capital/ Ustedes que fabrican todas las armas/ Los aviones de muertes/ Las grandes bombas/ Ustedes que privatizan servicios, explotan personas, vulneran derechos/ Ustedes que expolian pueblos contaminan la tierra/ destruyen la vida…Esperamos que la muerte les llegue pronto/ Nosotras seguiremos sus ataúdes/ y nos quedaremos paradas frente a sus tumbas/ HASTA ASEGURARNOS QUE GANA LA VIDA.
Me duele Palestina.
Zorionak a la Casa de la Colina (Gaztetxe de Gasteiz) por sus 30 magníficos años!
Bego Oleaga
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