Cambiar el sistema, no el clima
Este viernes, después de una semana de movilizaciones, hay convocada una huelga general mundial por el clima. La convocatoria viene de Fridays For Future, un movimiento principalmente estudiantil, en favor del clima, que comenzó su andadura hace un año. A finales de agosto del año pasado, una adolescente sueca llamada Greta Thunberg, decidió hacer huelga para protestar por el cambio climático y no acudir a la escuela hasta las elecciones generales suecas que se celebraron el 9 de septiembre. Ese verano hubo una ola de calor en Suecia y se produjeron grandes incendios forestales. Después de las elecciones suecas, se habían unido ya centenares de jóvenes, que siguieron haciendo huelga los viernes, por eso el nombre de Fridays For Future, viernes por el futuro. En un año, esas movilizaciones han cogido gran fuerza y han acertado al unir en un lema, el clima con el futuro, o lo que es lo mismo, con la vida. Estas huelgas y la actividad de Greta Thunberg están teniendo un gran eco mediático, incluso de los medios de comunicación controlados y dirigidos por el sistema, que es quien ha creado el cambio climático. Esto es así, porque el problema es muy grave y ya no se puede ocultar más-
Tenemos que aprovechar la ola de movilizaciones en contra del cambio climático que viene del norte de Europa para relanzar las luchas que durante años hemos venido llevando a cabo en Euskal Herria en defensa del territorio y por un futuro sostenible. La incorporación a la lucha ecologista de las y los estudiantes debería ayudar a dar un salto cualitativo que nos permita condicionar la agenda política y propiciar cambios que aseguren un futuro a las nuevas generaciones.
En ese sentido y viendo que la preocupación de la población es cada vez mayor, el gobierno vasco en pleno, presidido por Urkullu con sus consejeras y consejeros detrás, declaró la emergencia climática el pasado 30 de julio. Una declaración que no se ha visto respaldada por acciones concretas. Al contrario, las prioridades de este gobierno vasco siguen siendo la construcción del TAV, la incineradora de Zubieta, la ampliación de la Supersur y todo tipo de obras faraónicas que van en sentido contrario al de la sostenibilidad y al de la reducción de emisiones. Un gobierno vasco que tiene una empresa pública, llamada SHESA, dedicada a buscar y extraer hidrocarburos de nuestro subsuelo, carece de legitimidad para hablar de emergencia climática.
Debemos de presionar para que el consenso general que nos dice que el cambio climático es un hecho y que nos afecta gravemente, se traduzca en acciones. Un ejemplo a seguir es la lucha del movimiento feminista, que en pocos años, con un gran trabajo y mucho debate ideológico, ha llevado sus reivindicaciones al centro político. La reivindicación de acciones concretas no nos debe hacer olvidar que si queremos parar el cambio climático debemos ir a la raíz del problema. El cambio climático es el síntoma que nos indica que algo va muy mal, pero la enfermedad, la raíz del asunto, es el sistema capitalista que necesita de un crecimiento constante del PIB, sustentado en la quema de miles de millones de toneladas de carbón, gas y petróleo.
Para cambiar un sistema, que está tan asentado y es tan poderoso, como el sistema capitalista, no nos queda otra que unirnos entre quienes sufrimos las consecuencias del mismo. Por eso, me parece un acierto la convocatoria de huelga general mundial, ya que quienes podemos y nos interesa cambiar este sistema somos las y los de abajo. Este viernes nos vemos en las calles.
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