«¿Qué hace una chica como tú en un pogo como este?» -Reina Ginolanda-
La primera vez que me metí en un pogo tenía 12 años. Era de las pocas chicas, casi la única, que estaba ahí dentro. Me he pasado la adolescencia sintiéndome agresiva, incluso una «marimacho» por disfrutar en ese espacio. 20 años después, soy capaz de reflexionar y de darme cuenta que como mujer, me han educado para ser mansa y no expresar mi rabia. Menos mal que con 32 tacos ya no me fustigo y suelto la mierda que me molesta dentro. Y entre toda esa mierda, estos días me está taladrando la cabeza el cartel del Gasteiz Calling, en el que, para variar, la presencia femenina brilla por su ausencia.
Esto me genera frustración por unas cuantas razones. La primera, evidentemente, es porque one more time, las mujeres son invisibilizadas
Además, me resulta curioso que casi nadie haya hecho alusión y que en ningún medio local hayan comentado la jugada. ¿Qué pasa, qué cuando la caga un promotor de pasta le ponemos a caldo pero si es alguien de la city no?
Que la mujer está marginada en los circuitos musicales es un hecho le pese a quién le pese. Que existen y que siempre han existido mujeres haciendo música también. El problema es que estamos ante la pescadilla que se muerde la cola. No se visibilizan por lo que no crean referentes para otras mujeres por lo que existen menos músicas a las que les cuesta más hacerse ver. Y así, hasta el infinito y más allá.
Ahora las mujeres montan sus propios saraos para demostrar que existen y que pueden hacerlo igual de bien, algo que todavía sigue sorprendiendo a muchas personas. Lo que pasa es que la etiquetita de «grupo de chicas» empieza a oler un poco. Son un grupo y basta.
Sueño con el día en que me sienta representada como mujer en un concierto. Que el cantante de turno no hable sólo en masculino. Que los grupos revisen sus letras. Que cada dos segundos no este escuchando la palabra puta. Y así, un montón de cosas más que creo que podrían mejorar si no se tuviera tanto miedo a la reflexión y al cambio.
Amigos que os identificáis como hombres, os necesitamos como aliados. Colegas músicos, más de lo mismo. ¿De qué nos sirve que le cantéis al maltrato o a la prostitución infantil si luego algo que tenéis al alcance de vuestra mano no queréis verlo?
¿Que no hay grupos?
Estos grupos podrían ser la mitad del cartel del Gasteiz Calling, todos ellos con componentes femeninas.
Esto demuestra que sí hay grupos y que cada uno de ellos podría sustituir a otro formado íntegramente por hombres en cuanto a calidad y género musical. Para que no pongan de excusa que aunque haya grupos con músicas no tienen tanta «fama». Este argumento también deja al descubierto el poco interés cultural y social que tiene para la organización del festival ofrecer un abánico musical (dentro del hardcore y el punkrock) inclusivo e igualitario. Aquí lo que prima es el reembolso, y para eso nada mejor que los argumentos rancios y que apestan a naftalina que se utilizan en este mundillo, perpetrando así la hegemonía masculina.
Esto es extrapolable a la inmensa mayoría de grandes festivales que existen hoy en día en la península ibérica.
Si no se incluye un número mayor de grupos en los que tocan o cantan mujeres es porque no quieren, no porque no existan, no valgan o no hostias.
¿Que cuesta trabajo encontrarlos? Claro, porque no están tan presentes en los circuitos musicales más conocidos pero precisamente por esto, deberías colaborar en visibilizarlos.
Y si, aún y todo, te da pereza, estoy segura de que un montón de personas podrían proponer grupos e incluso, formar una lista (me consta que en Distrito Uve han realizado una bien completita).
En serio, no nos toméis por tontas. No nos relegueis a grupis, fans, azafatas de chupitos o camareras
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